DEBATE 149: ¿Hijo adolescente y caprichoso en casa? (3º de la 1ª Evaluación)

Hoy en día son muchos los adolescentes que no saben apreciar lo que tienen. Incluso hay adolescentes que si no tienen lo último en tecnología o en ropa pueden montar en cólera (como las rabietas de los niños de dos años pero con quince o diecisiete). Resulta que cuando se llega a estos extremos es porque no se ha puesto remedio antes y es más que probable que ese adolescente caprichoso fuese también un niño mimado.

Los hijos adolescentes deben aprender que las cosas no caen del cielo y que las cosas no se hacen solas en casa. Por este motivo habrá que darle responsabilidades en las tareas domésticas. Así mismo es casi vital que en casa se viva bajo unas normas y unos límites, que aunque se pueda ser flexible en algunos momentos determinados, en la mayoría de ocasiones se deberán de respetar al máximo.

Por ejemplo, si se cede en algo cuando está teniendo un mal comportamiento, sólo se estará potenciando que el mal comportamiento se repita igual o peor en el futuro porque sentirá que tiene derecho a exigir las cosas que él quiera. Cuando se diga que no, no se debe dar  marcha atrás porque se haya enfadado y diga (con chantaje emocional) que eres lo peor del mundo.

Establecer reglas claras es fundamental, y habrá que seguir adelante con las consecuencias cuando sea necesario. Para establecer estas normas, límites y responsabilidades, se podrá haber pactado con él con anterioridad. Las cosas no caen del cielo, y si quiere algo… ¡tendrá que ganarlo! Los privilegios no son derechos.

Tomado de www.madreshoy.com

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38 Respuestas

  1. irati bartolome (2Bach) dice:

    En mi opinion los niños o adolescentes son caprichosos por culpa de la sociedad en la que vivimos ya que al tratarse de una sociedad consumista siempre estamos intentando comprar lo ultimo que ha salido al mercado. Aunque los niños sean caprichosos si se les enseña desde pequeños que las cosas tiene un valor y que no se pueden tener cuando ellos quieran pues no montaran rabietas de ese estilo.
    En mi opinion que un niño este bien educado no solo significa no montar rabietas o saber que las cosas tienen un precio y que no se puede estar todo el día comprando todo porque el niño quiere, si no que el niño este bien educado también significa que reaccione de buena manera ante la negativa de los padres para hacer cualquier cosa.

  2. Xabier Fernández Sánchez dice:

    Estoy de acuerdo con lo mencionado arriba, ya que unos padres que, ante los caprichos de los hijos, ceden en vez de negárselos y explicarles que no todo se puede tener, acaban consiguiendo que sus hijos que acostumbren a tener siempre lo que quieren. Bien es cierto que cada familia educa como quiere a sus hijos, pero creo que un mínimo en este aspecto debería ser enseñar que no todo se consigue con rabietas o chantaje emocional, sino que uno se lo debe ganar, ya sea colaborando en casa o siendo responsable, con el objetivo de que, cuando sean adultos, sean conscientes del trabajo que conlleva mantenerse y llegar a fin de mes, y no acaben dependiendo de otros como tan frecuentemente ocurre hoy en día.

  3. Sandra Antunez dice:

    Hoy en día los niños tienen una dependencia muy grande con las nuevas tecnologías. Sin ir más lejos, lo he podido comprobar en la gente de mi entorno. Niños de dos años con el móvil en la mano las veinticuatro horas del día. ¿A qué se debe esto? Por lo que yo he podido observar se debe, a que los padres utilizan estos métodos para que sus hijos estén callados o se porten bien. Cuando vayan a un restaurante a cenar fíjense en los niños, ¿hay alguno que no esté con el móvil? Y eso hablando de prácticamente bebés, pero si analizamos la situación en adolescentes todo lo dicho se multiplica. El problema es la forma de educar, no podemos darles a nuestros hijos algo rápido e inmediato (el móvil) para que permanezcan en silencio o se porten bien, el recibir el móvil no lo tienen que ver como un premio, tienen que aprender a vivir sin el.

  4. ANDONI CALVO ACEBEDO (2B) dice:

    Comparto plenamente la opinión argumentada en el texto. La sociedad consumista en la que vivimos a acabado por dar el toque final a estas nuevas generaciones de niños mimados. Si bien el entorno familiar y la convivencia en casa son clave en la educación del menor, hay ciertas costumbres modernas que deberíamos de evitar. Sin ir más lejos, muchas familias se llevan a sus hijos pequeños cuando van de compras por el simple echo de no dejarlos en casa solos. Hasta ahí todo normal, el problema viene cuando en esa sesión de compras que puede durar aproximadamente un par de horas, el niño o niña comienza a exigir de manera reiterada que le compren toda clase de tonterías que va viendo por las baldas. Finalmente, los padres acceden a comprárselo, aunque estemos hablando de una cosa insignificante que generalmente no supera el par de euros, con este pequeño gesto le estamos dejando claro dos cosas, que siempre que venga con nosotros va a volver a casa con algo nuevo entre las manos y que a base de insistir puede lograr lo que quiera. Con este corto ejemplo que muchos de nosotros hemos podido vivir cuando eramos más pequeños, he querido mostrar mi opinión al respecto y también como de fácil es influir, con pequeños gestos, en el comportamiento de los más pequeños que, sin dudarlo, lo mantendrán hasta bien mayores como dice en el texto.

  5. Sofia Mena dice:

    Estoy de acuerdo con parte del texto. Es verdad que hoy en día muchos adolescentes no valoran lo que tienen y otros muchos montan rabietas cada vez que sus padres no les compran lo que quieren. El autor o autora del texto dice que estos comportamientos se deben a que sus padres les han mimado desde que eran pequeños. Aunque el haber sido mimados sea una de las razones principales de acabar siendo caprichosos, no creo que sea la unica razón. Al vivir en una sociedad consumista, rodeados de gente con lo último en tecnología y en ropa, creo que puede llevar a la frustración de algunos adolescentes. Aunque creo que no deberíamos comparar lo que los demas tienen con lo que tiene cada uno, es mas habitual de lo que parece.

  6. Mitxel dice:

    Sin entrar en vuestros «comentarios», sí que me extraña que escribáis sobre los «adolescentes» como algo que no os afecta, como algo pasado… ¿No sería más real que hablaseis de vosotros mismos?

  7. Andrea Villanueva Santibáñez (2 BACH A) dice:

    Yo estoy bastante de acuerdo con lo que dice el texto y con lo que dicen mis compañeros. La base del comportamiento de un adolescente es su educación cuando ha sido un niño y los padres son los encargados de que esta sea buena. «Los privilegios no son derechos» como apunta el texto es una frase que todos los niños deberían llevar grabada desde pequeños. Por lo que el ir al supermercado y comprarle una chuchería al niño después de haber insistido 20 minutos no es una buena costumbre. El niño se merece la chuchería si ha sido responsable con las tareas de casa o si ha sacado muy buenas notas (al igual que los padres reciben un sueldo después de realizar su trabajo), no si lo lleva pidiendo 20 minutos porque al recibir esa chuchería la siguiente vez que vayan al supermercado pedirá dos en vez de una sabiendo que con unas lagrimitas va a conseguirlo. Lo mismo pasa con los adolescentes, cambiando las lágrimas por el chantaje emocional, pero siempre consiguen lo que quieren.
    Con una buena base en la educación desde pequeños y sin dejarnos influir por esta sociedad consumista, los pequeños conseguirían aprender que los caprichos no son buenos y que si sus padres les han regalado algo es porque realmente se lo han ganado y no por haber insistido un buen rato para conseguirlo.

  8. Marina Calleja dice:

    Es evidente que muchas familias funcionan mal porque desde el principio no ha habido una instauración de normas que se hayan respetado. Eso no quiere decir que sean normas antiguas, rigidas y tradicionales, pero si que es verdad que tiene que haber unas normas de comportamiento fundamentales que siempre se cumplan dentro de la familia y que los adolescentes que vivimos en ellas sepamos que no podemos traspasar, por ejemplo faltar al respeto a los padres o por ejemplo cualquier conducta que suponga romper la armonía de la familia creando un malestar continuo. Por eso nosotros debemos saber que cuando nos ponen limites aunque nos de mucha rabia (por ejemplo un horario establecido por las noches los días de fiestas) hay razones que los padres creen importantes para ello por ejemplo la seguridad o incluso razones como el miedo que puedan sentir ellos por nuestra llegada tardía.

  9. Iker Domínguez Hernández dice:

    Personalmente nunca he sido muy de pedir cosas , aunque como todos alguna vez me he encaprichado con algo. En estas situaciones, según consideraban mis padres actuaban de dos formas: cuando no lo consideraban oportuno se negaban y me compraban algún capricho que quería cuando consideraban que me lo había merecido. Gracias a esta actitud que pueda parecer ruda, actualmente no estoy constantemente pidiendo móviles o ropa, ni me encolerizo cuando no me compran algo que realmente quería.
    Aunque me salga de la media es cierto que el ser un hijo malcriado es un problema muy habitual hoy en día y con el que tienen que lidiar los padres. Para evitar estas situaciones lo idóneo sería, que al igual que han mencionado los compañeros, se recompense a los hijos por conseguir una meta, para que así aprendan a que el esfuerzo da sus frutos y sepan que no siempre es necesario tener de todo.

  10. Adrián Gordo Martínez dice:

    Yo de pequeño no he sido de pedir muchas cosas, las que me han comprado han sido porque eran útiles para la edad que tenía y otras no las he conseguido debido a que no eran necesarias para los años en los que me encontraba.
    Las rabietas no han sido una vía para obtener los caprichos, solo el paso del tiempo me ha hecho conseguirlos y a veces he tenido que comprarlos con mi propio dinero para valorar lo que cuestan las cosas.
    Me parece que el texto tiene toda la razón cuando se dice un «no» hay que aceptar la respuesta porque nuestros padres no nos pueden mal criar ya que ellos tienen que intentar prepararnos para nuestro futuro y que sepamos administrarnos para dar preferencia a lo vital.

  11. Nerea Orobio (2 bach A) dice:

    Estoy de acuerdo con lo que se menciona en el texto, pues es obvio que hoy en día muchos adolescentes son caprichosos en diferentes aspectos, especialmente con aspectos materiales. En mi opinión, la base de este problema se encuentra en el entorno en el que esta persona ha crecido, dado que, si desde pequeño le han consentido todo lo que ha querido, es muy probable que no sepa aceptar «noes» como respuesta.
    Otras de las consecuencias de no cumplir ciertas acciones, como los castigos, o de consentir siempre cuando esta persona está creciendo es el hecho de que no sabrá dar valor a las cosas y a lo que cuesta obtenerlas. Todos debemos tener claro que no vamos a conseguir todo lo que queramos porque sí y que tenemos que pagar algo por ello, sea mediante esfuerzo o mediante otro modo. Además, si desde un principio aspectos como estos quedan claro, esta persona sabrá más fácilmente distinguir entre aquello que necesita y aquello que no. Por otro lado, será consciente de que, durante su vida, va a tener que esforzarse y sacrificar cosas para conseguir resultados.

  12. Ane Sanz dice:

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice el texto y la gran mayoría de niños somos caprichosos por la educación que hemos recibido desde pequeños, es decir, que nos han dado siempre todo lo que hemos querido y sin reproches. Por otro lado, y para no echar toda la culpa a los padres, antiguamente las familias solían tener una gran cantidad de niños por lo que lo poco que tenía la familia se repartía entre todos y los niños entendían perfectamente su situación sin ningún tipo de reproches. Hoy en día lo normal en una familia es tener dos hijos por lo tanto, las familias todo el sueldo que ganan se lo gastan en sus hijos y muchas veces sin darse cuenta ya que todo gira en torno a sus hijos.

  13. Janire Varela García dice:

    Desde pequeña mis padres me han enseñado a valorar el coste de las cosas. Por ello, pienso que educar a los más pequeños en un ámbito materialista no es lo ideal. Si en nuestra infancia nos enseñan que con una rabieta somos capaces de conseguir lo que nos propongamos, cuando crezcamos y tengamos que afrontar la vida real, no seremos capaces de valernos por nosotros mismos. Además, como anteriormente han mencionado mis compañeros, este tipo de comportamiento podría derivar también en una mala convivencia en el entorno familiar.

  14. ANDONI GÁLVEZ dice:

    Estoy de acuerdo con que los adolescentes cada vez tenemos una calidad de vida cada vez mejor y esto es gracias a todas las facilidades que existen hoy en día. También es evidente que se lleva una mejor vida que antaño pero esto es porque por lo general eran más hermanos y por lo tanto no se podían permitir los caprichos que tenemos ahora. Pero también es cierto que por este motivo, hay en ocasiones que no valoramos todo lo que nos dan nuestros padres y no valoramos la dificultad de ganar dinero y no hacemos nada más que pedir sin conocimiento alguno. Yo creo que, como bien dice el texto, este problema surge desde pequeños y dependiendo de la educación que hayamos recibido somos de una manera u otra. Por eso creo que los padres deberían ser más estrictos con las normas en casa y no criar niños mimados.

  15. Nora Marina Fernández dice:

    A menudo vemos a niños que nunca están contentos con lo que tienen, siempre desean lo que otras personas tienen. El principal de los factores causantes de esta situación es la educación con valores sociales que realzan modelos egoístas y caprichosos, y, sobre todo, la falta de normas y límites impuestos en los diversos ámbitos de la vida, especialmente en el ámbito familiar.Un niño caprichoso es un niño que siempre consigue salirse con la suya. Si un niño después de una pataleta o una rabieta consigue lo que quiere, algo se está haciendo mal como padres. Un niño caprichoso será celoso, envidioso y exigirá cosas sea lo que sea. Otro de los factores es la sociedad y dentro de ella dos factores, ,el avance de la tecnología ( cada vez salen productos mas modernos los cuales producen indirectamente una sensación de rechazo a lo que tu tienes ) y el consumismo el cual viene ligado al primer factor, siempre estamos intentando comprar lo ultimo que ha salido al mercado.

  16. Sheila Gonzalez dice:

    Estoy totalmente de acuerdo, con lo que he leído en el texto y han opinado mis compañeros anteriormente. Vivimos en una sociedad comunista, en la que verdaderamente no sabemos valorar lo que valen las cosas. Lo queremos todo y cuanto antes. Desde pequeños nos dan todo para mantenernos contentos y no montar ninguna rabieta. Para acabar con esto, hay que educar a los niños desde pequeños, de manera que les quede claro que para conseguir algo hay que ayudar a los padres en todo lo posible, para darnos cuenta que conseguir algo requiere un trabajo, por ejemplo ayudar a los padres en tareas del hogar.

  17. Alejandro Gómez Nates dice:

    Estioy de acuerdo con lo que ha comentado Sofia, la mayor causa por la cual hoy en día hay tantos niños que montan rabietas o dejan de dirigir la palabra a los padres, es la sociedad capitalista y consumista en la que vivimos. Cuando queremos salir de fiesta o incluso con nuestros amigos, una actitud muy normal es querer ser especial o más que los demás, para poder destacar y así que los demás no se centren en nuestros defectos y en nuestra vida real. El comprar el último iPhone o llevar las últimas zapatillas de Nike parece que eleva nuestro estatus, y esto es inconcebible. Toda la sociedad, empezando por los adolescentes, no se debería centrar tanto en los bienes materiales de la persona a la hora de juzgar a una persona. Si el valor que le damos a nuestras posesiones disminuyera, también disiminuiría el número de niños mimados y tan caprichosos.

  18. jorge lopez dice:

    en mi opinion esto es mas culpa de la educacion o las circunstancias que hayan impartido los padres/madres ya que todos nosotros hemos montado una rabieta a nuestros padres/madres o dicho comentarios que sin estar dentro de ese estado de enfado y bloqueo serian inimaginables pero esos comportamientos se deben de dar en la infancia y se deben cortar por parte de los padres/madres, existe un numero de menor de ocasiones donde la simple historia de la familia o sus circunstancias han hecho que el hijo vea o sea consciente de lo que el no tiene o lo que el resto del mundo tiene y no valora por desgracia es un peor metodo de llegar a este estado donde la adolescencia no esta relacionado con rabietas y posesion de las ultimas modas, un claro ejemplo son esas familias donde un padre o madre ha sufrido cualquier enfermedad grave o accidente.

  19. ANDER ARIAS HUEBRA dice:

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice el texto. Hay muchos adolescentes que no valoran el tarabajo que cuesta conseguir dinero y se dedican a pedir lo último en tecnología y ropa. Para que estos problemas no ocurran, habría que inculcar unos valores desde pequeño y dejar claro que no se puede tener todo lo que se quiere.
    Personalmente, era caprichoso cuando era mucho más pequeño ya que no era consciente del trabajo que cuesta conseguir dinero. Ahora, en cambio, soy consciente de ello y solo pido lo que es imprescindible.

  20. Iria Carro Lopez (2B) dice:

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice el texto. Cuando somos pequeños no nos damos cuenta de lo que pueden llegar a costar las cosas para nuestros padres, siempre pedíamos e incluso a veces no dábamos ni las gracias. Esto no pasa solo cuando somos pequeños sino ahora siendo adolescentes pedimos lo último en tecnología y ropa de marca.
    En mi caso, de pequeña solía pedir bastantes cosas ya que no era consciente de lo que les podía costar a mis padres poder conseguir eso, pero ahora suelo mirar lo que puede llegar a costar algo y valorar si es imprescindible o simplemente es un capricho

  21. Iker García García dice:

    De pequeños cuando montábamos rabietas teníamos la «escusa» de ser pequeños y de no saber el valor de las cosas. Pero yo creo que es inadmisible que un adolescente monte una rabieta en casa por no tener el nuevo Iphone o la videoconsola más moderna.
    Yo no he sido nunca de pedir muchos caprichos (materiales), mis caprichos son salir hasta tarde, salir de fiesta o irme con mis amigos un fin de semana o unos días a una casa, e ir o no ir dependía de mi comportamiento y de las notas.

  22. Irati Olmedo (1Bach. A) dice:

    A mi parecer, este texto y muchos que he leido a cerca de este tópico, siempre nos tachan a nosotros, los adolescentes, de caprichosos y egoistas. Pero, ¿es nuestra culpa? . Yo creo que no, la educación que uno recibe en su casa es vital para una buena vida en un futuro y cuando se es pequeño se intenta imitar las acciones de los mayores. Conozco a mucha gente que tiene ya una edad adulta y no saben valorar lo que tienen, asique alguien más pequeño, probablemente seguirá su ejemplo. Hablo desde lo que a mi se me ha inculcado, nunca he sido mucho de pedir y si alguna vez lo hacía y montaba una rabieta (muy pocas veces) mis padres no cedían y me explicaban que no se podía tener todo. Cuando ya eres adolescente y aún con una buena educación montas una rabieta porque quieres algo, ahí si que lo tacharía de egoísmo y de una actitud caprichosa.

  23. Mitxel dice:

    Al margen de opiniones, debo coincidir con Irati en su comentario. Coincidir y alegrarme de que hable en primera persona. Creo que así es como podemos caminar hacia la mejora continua.

  24. Erlantz Negueruela Ortega dice:

    En mi caso cuando de pequeño quería algo si es verdad que me enfadaba cuando no me lo daban. Pero cuando nos hacemos más mayores nos damos cuenta que las cosas cuestan mucho y que el dinero no cae de los árboles. Me parece absurdo que las personas con una cierta madurez se quejen cuando no consiguen algo porque debería de saber que sus padres tienen que gastar el dinero en cosas más importantes que satisfacer los caprichos de sus hijos. Si quiere algo tanto que trabaje para que vea el esfuerzo que conlleva conseguir dinero.

  25. Asier Belloso 2ºBach B dice:

    Hoy en día podemos ver que los niños y adolescentes son mucho mas caprichosos de lo que solían ser hace unos años. Esto se debe a que los padres con tal de que no se enfaden sus hijos les consienten todo lo que ellos piden.
    Personalmente no he sido un niño de pedir muchas cosas, pero también tengo que admitir que cuando se me antojaba algo y no lo conseguía me enfadaba con mis padres. En aquella época no entendías muy bien la razón, pero a medida que he ido madurando me he dado cuenta de que ese dinero no cae del cielo y hay que esforzarse por conseguirlo. Ademas, creo que es imprescindible que estos valores se inculquen desde pequeño. En mi caso, mis padres ante esta situación actuaron de la mejor forma posible, puesto que me hicieron ver que las cosas de la vida se conseguían con el esfuerzo y dedicación.

  26. Daniel Galeán 2ºB dice:

    Personalmente, no me considero una persona caprichosa en el ámbito de tener lo más novedoso en el campo tecnológico o de la moda, al contrario, prefiero comprar algo más anticuado y, por ende, de menor precio. A pesar de ello, este no es un pensamiento muy común en las personas de nuestra edad, no hay mas que ver la forma de vestir o los bienes materiales que algunos adolescentes llevan por a calle. Esto puede deberse a varias razones, pero una de las más comunes en mi opinión es la educación que estas personas han recibido en su juventud. Es decir, si una persona durante su infancia recibía todo cuanto quisiese por parte de sus padres para que este sea feliz, esta actitud prevalecerá en el futuro y será complicada de eliminar. Por lo tanto, todos aquellos niños que durante su infancia han recibido todo cuanto quisieron por parte de sus padres ¿por qué no iban a recibirlo en su adolescencia? Estas actitudes deberían ser, en mi opinión, eliminadas ya que no hay mejor forma de educar a un hijo que enseñarle que todos esos objetos que recibe por parte de sus padres, tienen un gran trabajo por detrás y no han aparecido simplemente por arte de magia en sus manos.

  27. Rubén Moreno Garcia 2ºB dice:

    En mi opinión hoy en día los niños y adolescentes son mucho mas caprichosos de lo que solían ser hace unos años. Esto se debe a la educación que se les ha impartido de pequeños, ya que en su niñez cuando querían algún tipo de objeto o juguete, se enrabietaban y por consiguiente los padres con la escusa de que es un «niño» se lo concedían y se lo compraban. Pero lo que no se puede tolerar es que en la adolescencia, ya entrando en el periodo de la edad adulta, ocurran este tipo de comportamientos. En mi opinión este tipo de conductas están arraigadas, a que los jóvenes de hoy en día no saben valorar lo que se les da, ya que si se les da a ellos no les cuesta nada, pero a mi parecer, si en vez de que se lo compren los padres les obligasen o les incitasen a comprárselo con su dinero aprenderían a valorar las cosas de una manera diferente ya que han gastado de su dinero para obtener su capricho. Y a mi juicio, al ver que su dinero poco a poco se va gastando debido a esos caprichos, finalmente los acabarían dejando de lado y se centrarían en las necesidades.

  28. Judith Cid Rodillo dice:

    Si bien es verdad que los jóvenes vivimos muy enganchados a seguir la moda e ir ‘a la última’, en nuestra defensa diré que es un comportamiento del que no somos completamente conscientes, ya que es la forma de ser que el sistema capitalista en el que vivimos quiere que tengamos los jóvenes. Este sistema relaciona el bienestar y la felicidad con la riqueza material. Crecemos alienados, entrando casi sin querer en el mundo del consumismo; conocemos el precio de las cosas, pero casi nunca su valor. El problema evidente de esta situación es que cada vez obtenemos lo que queremos con más facilidad, y con ello, lo disfrutamos menos y desconocemos el esfuerzo que ello conlleva.

  29. Claudia Carreira Seijas 2B dice:

    De acuerdo con el texto, hoy en día los adolescentes tendemos a exigir que nos compren nuestros caprichos, muchas veces sin darnos cuenta de lo que realmente cuesta ganarse esos privilegios. Sin embargo, la solución a esta cuestión creo que radica en la educación que recibimos. En mi opinión, desde pequeños nos deberían de imponer tareas y obligaciones, y premiar el buen realizamiento de estas, para que logremos apreciar lo que tenemos e incluso para fomentar el esfuerzo y la ambición. Tarde o temprano, a todos nos llegará el momento de tener que conseguir las cosas por nuestra propia cuenta, y creo que cuanto antes aprendamos a valorar las cosas, más fácil nos vamos a adaptar a ello.

  30. Julen Sevilla Méndez dice:

    Yo concuerdo perfectamente con la opinión y argumentación del texto ya que creo que lo de que los niños sean tan caprichosos se debe hoy en día a la sociedad consumista en la que estamos expuestos. Por otro lado, pienso que poner unas reglas desde pequeños sería lo mas adecuado porque todas las personas tenemos el pensamiento de que si antes teníamos lo que queríamos, ahora también lo querremos. Así mismo, pienso que si un niño sea caprichoso también depende de la educación recibida. La manera mas adecuada para eliminar estos pensamientos sería enseñándoles desde muy temprana edad que todo lo material y lo que tiene en su cuarto se consigue mediante trabajo y sufrimiento.

  31. Aitor Díaz dice:

    Estoy totalmente de acuerdo, los niños aprenden a cómo deben comportarse cuando son muy pequeños, este comportamiento depende de la educación que se le da. Ellos aprenden por las experiencias, si siempre se les da todo lo que quieren, nunca se imaginarán no tener lo que desean. En cambio, si se les pone unas reglas y cuando no las cumplen tienen consecuencias, se darán cuenta de que nada es tan fácil. Las experiencias del pasado repercuten en el futuro, por lo tanto, deben conocer la dificultad que se tiene a la hora de conseguir algo, porque si consiguen todos los caprichos que quieran cuando son pequeños, a la hora de ir haciéndose mayor seguirán con la misma mentalidad y será demasiado tarde para corregirlo.

  32. Leire Vázquez dice:

    Estoy bastante de acuerdo con lo mencionado en el texto. Los adolescentes en la sociedad actual cada día valoramos menos todos los privilegios com los que contamos y es una triste realidad. Cada vez queremos más y más. Sin embargo, no nos considero del todo culpables (aunque en una gran medida los seamos), ya que debido al modelo de sociedad en el que vivimos a día de hoy, nos vemos impulsados a aspirar siempre a por más. Es una sociedad muy competitiva y capitalista, en la que consideramos que cuanto más tengamos, más felices seremos, aunque esta percepción sea totalmente errónea.

  33. June García Valmaseda dice:

    Estoy de acuerdo con los mencionado en el texto. Hoy en día, tanto los niños como los adolescentes tienen la necesidad de ‘ir a la ultima’, es decir, de comprar las ultimas novedades tecnologías o de llevar siempre las ultimas tendencias en moda o llevar las las zapatillas mas caras. Ya que creen que eso les hará ser mas especiales, destacar entre los demás o ser mejor que ellos; cuando en realidad no es así porque independientemente de lo que lleves puestos lo fundamental es la persona. Todo esto, en mi opinión es generado por la sociedad capitalista en la que vivimos hoy en día. Teniendo en cuenta todo lo anterior, creo que los padres deberían intentar cambiar esta situación desde pequeños. No proporcionándoles todos lo caprichos que deseen y enseñándoles el valor real de las cosas y lo que cuesta ganarlas. Ademas, creo que también deberían enseñarles que el significados de los privilegios y que estos hay que ganárselos y que no caen del cielo. Por ultimo, los padres deben aprender a no ceder a los chantajes emocionales de los niños y a imponerse ante sus rabietas.

  34. NAIA MAQUEDA dice:

    Estoy completamente de acuerdo cuando el texto dice que debemos aprender que las cosas no caen del cielo ni que las cosas se hacen solas en casa. Aun así, cada familia sabrá cómo gestiona su economía y cuánto dinero quiere gastar en concederles caprichos a sus hijos. Si a un niño se le ha dado todo lo pedido desde que era pequeño, es normal que de adolescente se enfade cuando no le den lo que quiere, porque es el modo de vida que tiene desde siempre. Por ello, no creo que la culpa recaiga solo en los adolescentes sino también en la familia (encargada de la educación de ciertos valores) y de la sociedad materialista y capitalista en la que vivimos.
    También es cierto que sería conveniente establecer normas o límites para que esas actitudes inapropiadas de los adolescentes no se desarrollen tanto. Por ejemplo, en mi caso muchas de las cosas que mis padres no quieren comprarme me las acabo comprando yo, y no hago rabietas porque sé que realmente son cosas que no necesito sino que simplemente quiero.

  35. Yeray Miranda Lopez 2A dice:

    Yo creo que de pequeños todos hemos sido caprichosos porque siempre que alguien compraba algo nuevo se jactaba delante de todos y el resto del grupo tenía envidia, entonces al llegar a casa y pedirlo había quien lograba que se lo compren y quien no. Quien lograba dicho regalo tampoco lograba esa satisfacción de conseguirlo porque no sabía el esfuerzo que habia detrás, no lo valoraba, mientras que al que no se lo compraban a pesar de que al principio se quejó con el paso del tiempo aprendió el valor de las cosas y a no ser caprichoso.
    Yo creo que la culpa es tanto del sistema capitalista y la necesidad de gastar y tener lo último en todo como de los padres que no saben decir que no y no saben frenar los caprichos de sus hijos, para cambiar esto solo habría que establecer unas reglas en casa o ponerles unas condiciones para que no consigan lo que desean sin esfuerzo alguno.

  36. JAGOBA GIMÉNEZ dice:

    Estoy de acuerdo en que la mayoría de adolescentes (yo también me incluyo) somos caprichosos, creo que deberíamos de empezar a valorar más las vivencias y menos la cosas materiales, al fin y al cabo lo que recordaremos en un futuro será todo lo que vivamos ahora. Deberíamos dejarnos de tantos trastos; como consolas, móviles, redes sociales etc. Y empezar a ver la vida con una visión más madura. Y a parte si queremos algo en esta vida, tendríamos que empezar a tomar nosotros la iniciativa de comprar y no esperar que nuestros padres nos lo compren ya que ya empezamos a tener una edad considerable.

  37. IRAIDE ERKIAGA FERNANDEZ 2A dice:

    Desde pequeña mis padres me han enseñado a valorar las cosas y a saber apreciar lo que cuesta conseguirlas. A lo largo de mi vida he tenido ocasión de convivir con muchas personas que no tenían el mismo concepto que yo y no valoraban lo que les daban. Se podría decir que esos niños y niñas son y han sido malcriados, y acostumbrados a recibir todo lo que piden, se han olvidado de apreciar el verdadero valor de las cosas, ya que algo que se consigue con esfuerzo vale más que algo que te dan ya echo. Por otra parte quiero destacar que ser un malcriado no es únicamente recibir todo lo que pide, es también ser en muchos casos un consentido. Al cual se le tolera la mayor parte de lo que hace y se le permite tomar decisiones por encima de los deseos o ideas de los demás.
    Muchas veces me quedo asombrada cuando comparto mis ideas con algunos de los niños y niñas anteriormente mencionados, ya que ellos no se ven a si mismos como personas malcriadas. Quizás para solucionar este problema debemos dejar atrás el egoísmo y no dejarnos llevar por los caprichos.

  38. Natalia Lanza dice:

    Personalmente, nunca he sido una niña caprichosa pero si que es verdad que de pequeña alguna que otra vez montaba una rabieta si no me daban algo que había pedido, a pesar de que mis padres nunca cedían. Así me me enseñaron que no siempre podía tener lo que yo quisiera. Los hijos caprichosos nacen a raíz de una mala educación y el problema se agranda cuando ya son adolescentes.

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