DEBATE 216: Comportamientos juveniles (1ª de la 3ª Evaluación)
La investigación interna realizada por Renfe da la razón al interventor que decidió apear en la estación de la capital palentina a 22 menores de edad y a sus dos monitores del tren Alvia en el que viajaban desde Barcelona Sants a León. La medida se tomó dados «el ruido y el mal comportamiento» que provocó el grupo y tras las consecuentes «quejas de los viajeros», según han confirmado fuentes de la compañía.
Dicho informe será remitido al Defensor del Pueblo tras que este organismo pusiera en marcha una investigación al conocerse los hechos ocurridos. No obstante, Renfe deja claro que el grupo perteneciente a la escuela catalana generó «alboroto y desorden», además de «no hacer uso de la mascarilla obligatoria», incluidos los monitores acompañantes, quienes mostraron una «actitud indiferente» respecto a los hechos.
En la información confirmada desde Renfe se refleja que los menores habían inutilizado el servicio «con papel higiénico», el cual empleaban a modo de «serpentinas». Todo ello unido a la presencia de «restos de comida, latas y suciedad en los asientos».
Este incidente en el tren Alvia es bastante serio y muestra cómo el comportamiento irresponsable de algunas personas puede afectar a otros. Por un lado, está bien que el interventor tomara medidas para detener el mal comportamiento de los 22 menores y sus monitores. Viajar en tren puede ser una experiencia agradable, pero si hay personas que están causando disturbios, puede arruinar el viaje para todos los demás.
También es importante considerar por qué estos jóvenes estaban comportándose de esa manera. ¿Por falta de supervisión adecuada por parte de los monitores? ¿O quizás estaban aburridos y no sabían cómo entretenerse durante el viaje?
Por otro lado, es bueno ver que Renfe está tomando medidas al respecto y que están enviando un informe al Defensor del Pueblo para que se investigue más a fondo el incidente. Esto muestra que se toman en serio la seguridad y el bienestar de los pasajeros.
Según lo que cuenta este texto, un interventor se vio en la obligación de expulsar a un grupo de jóvenes menores de edad junto a sus monitores en una ruta desde Barcelona Sants a León, ruta de la que me he tomado la molestia de informarme y tiene tramos a mayor velocidad (250 km/h como máximo) y otros de menor velocidad con una duración aproximada de cinco horas. En esta ocasión, los menores, según los propios pasajeros, tenían un mal comportamiento y provocaban ruido, lo cual tampoco era reprimido ni corregido por los monitores.
Primeramente, yo me planteo el porqué del no reprimir ese comportamiento. Yo, como estudiante y adolescente que soy, siempre he considerado al profesorado como un órgano de autoridad y el encargado de moderar el comportamiento del alumnado, también he considerado en muchas ocasiones excesiva la represión. Sin embargo, algo que también creo firmemente es que alguien que no es capaz de controlar a un grupo de jóvenes no debería ser responsable de tal.
Además, el hecho de que se usase el papel higiénico a modo de serpentina no hace más que reafirmar la ineficacia o insignificancia de la autoridad de los dos monitores que estaban a cargo de los menores. Sin ninguna duda este hecho sumado a los anteriores junto al desuso de la mascarilla explícitamente obligatoria muestran una total falta de educación y respeto hacia los demás pasajeros y al propio servicio de transporte.
Personalmente, aunque el interventor efectuase la expulsión a apenas 35 minutos del destino final del grupo catalán, mi perspectiva es totalmente favorable a la acción tomada por el responsable del tren Alvia, ya que esto podría repercutir en el pensamiento tanto del alumnado como de los monitores para unas futuras experiencias.
En este caso nos hablan sobre un incidente ocurrido en el tren Alvia, al parecer lo ocurrido fue que un grupo de jóvenes no supieron comportarse, ya sea desobedeciendo la norma de la mascarilla, molestando a los otros pasajeros, alboroto… En esta situación se nos dice que los monitores que les acompañaban no intentaron conseguirles en ningún momento, y en mi opoinión eso es clave.
Cada uno es educado de una manera y con unos valores y en el caso de los estudiantes cuentan con mas «educadores», si en casa no te dicen que algo esta mal, ni fuera de casa, tu no vas a aprender a tomar responsabilidad de tus acciones y ahí es donde hay que actuar.
Esta noticia nos hace, una vez más, reafirmarnos en la importancia de cumplir ciertas normas y, en caso de no hacerlo, la necesidad de imponer castigos, con el fin de que no se vuelvan a repetir dichas situaciones.
Está claro que la actitud de este grupo no fue para nada adecuada y, seguramente, según muchos, es una cuestión de la educación y los modales recibidos en casa. No obstante, ¿siempre es esa la raíz de este tipo de problemas?
Desde mi punto de vista, estas actitudes muchas veces vienen de la necesidad de llamar la atención dentro del grupo o el hecho de querer encajar, lo que aunque no excuse dichos comportamientos, deberían hacernos pensar.
¿Y si no es una cuestión de lo que se nos impone, sino del modo del que se hace?¿Y si se «pinta» a los profesores/ monitores, etc como nuestros enemigos y nos vemos con la necesidad de «reberlarnos»?
Este es un claro ejemplo de irresponsabilidad, tanto por parte de los jóvenes como de los monitores; pero a mi parecer, tienen mayor culpa los monitores. Ellos son los responsables de esos menores «maleducados» en ese instante y son los que tienen que cortarles el rollo o «diversión».
Principalmente no por su reputación, si no por el respeto que deben tener a la compañía de RENFE, y, sobre todo, a los viajeros. Si el viaje que estás realizando no es cómodo, al final están inquieto e incluso rabioso durante todo el viaje.
Pienso que la medida que más les dolería sería una buena multa a cada uno, monitores incluidos. Así la próxima vez se pensarán mejor que hacer y que no; ya sin tener en cuenta todo el trabajo que han tenido los trabajadores de la limpieza debido a sus «trastadas».
Este texto muestra la importancia que tienen las normas en nuestra sociedad. Los 22 menores tuvieron una actitud pésima en unos servicios públicos y eso se debe a una gran irresponsabilidad y falta de educación. Además los dos monitores que les acompañaban mostraron aun más inmadurez ante la situación ya que no les echaron ninguna reprimenda y ni mostraron ninguna actitud para mostrarles lo que estaban haciendo mal.
En estos casos, se puede ver lo maleducados que pueden ser algunas personas y nos damos cuenta de porque son necesarias las normas, ya que si no todo acabaría siendo un descontrol.
Desde mi puntos de visto, los monitores son los mayores culpables ya que era los responsables de esos menores, aunque no se puede excusar la actitud de los jóvenes ya que faltaron el respeto tanto al Alvia y sus trabajadores, como a los demás pasajeros. En mi opinión se les debería de imponer una sanción para que no sigan haciendo lo mismo.
Al leer este texto, me preocupa mucho cómo se comportaron los niños y sus cuidadores en el tren. No está bien que un grupo de personas moleste a los demás pasajeros con ruido, desorden y mal comportamiento. También es peligroso que no usaran mascarillas, especialmente ahora con el problema del COVID-19.
Entiendo por qué el encargado decidió sacar al grupo del tren para que los demás pasajeros pudieran viajar tranquilos. Pero es triste que los adultos responsables de los niños no hicieran nada para evitar el mal comportamiento.
Este problema nos muestra lo importante que es enseñar a los niños a ser respetuosos y responsables. Espero que todos aprendan de esto y que se tomen medidas para evitar que esto vuelva a suceder.
Los jóvenes estaban descontrolados, seguramente debido a la falta de educación en sus casas, pero si encima los profesores pasan de controlarles, pues ya no se puede esperar nada bueno.
Los monitores son muy culpables ya que era los responsables de esos menores.
Pero no tienen toda la culpa, ya que un niño problemático se controla fácil, pero un grupo problemático no tanto.
Lo de no respetar la mascarilla en época de Covid dice mucho de los cuidadores del centro.
El incidente en el tren Alvia destaca la importancia del comportamiento adecuado y la supervisión efectiva. Los jóvenes, a pesar de su inmadurez, deben aprender a comportarse correctamente en espacios públicos. Este comportamiento puede ser influenciado por una variedad de factores, incluyendo la falta de madurez, la presión de grupo, o simplemente el aburrimiento en un largo viaje en tren. Sin embargo, esto no excusa su comportamiento y es importante que los jóvenes aprendan a respetar los espacios compartidos y a considerar cómo sus acciones pueden afectar a los demás.
Los monitores fallaron en controlar el comportamiento de los jóvenes y mostraron indiferencia, lo que cuestiona su capacidad para supervisar.
Renfe, como empresa de transporte, tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de los pasajeros. Tomaron medidas adecuadas al expulsar al grupo y al informar al Defensor del Pueblo, pero este incidente podría ser una oportunidad para mejorar sus políticas y procedimientos.
En mi opinión, este incidente subraya la necesidad de una educación cívica más sólida para los jóvenes y una formación más rigurosa para los adultos a cargo. Todos debemos respetar los espacios compartidos y considerar cómo nuestras acciones pueden afectar a los demás. Además, las empresas de transporte deben estar preparadas para manejar este tipo de situaciones y tomar medidas para prevenir incidentes similares en el futuro. Este incidente es un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en la creación de un ambiente seguro y respetuoso para todos. Es esencial que todos los involucrados aprendan de esta experiencia y tomen medidas para prevenir incidentes similares en el futuro.
Con toda la información recogida considero que la actuación de los niños supera el concepto de lo que los padres han querido calificar de “simple travesura”.
No fue un acto aislado como montar un poco de jaleo o hacer ruido, que sería comprensible en niños de tan corta edad, sino algo más. Desobedecer las ordenes de no ponerse mascarilla, (cuando todos debemos cumplirlo), utilizar el papel de baño como serpentina e incluso atascar los baños con este y dejar restos de comida por todo el tren, demuestran una comportamiento inaceptable.
La actuación del revisor y RENFE me parece totalmente justificada y más si, como se ha demostrado, los niños estuvieron en todo momento acompañados por personal de RENFE y policía y no desamparados como mantienen los padres.
En su casa, ¿también atascan los baños con papel y tiran la comida por las habitaciones y pasillos? Evidentemente no, por ello la pregunta que habría que hacer a los padres sería; ¿porqué lo hacen fuera?. Es lo que los padres deberían realmente preguntarles a sus hijos y no tratar de justificar una conducta vergonzosa.
Pero igual de grave que la conducta de los niños es la de los monitores que estando bajo su responsabilidad ni intervinieron ni corrigieron la conducta de los menores a su cargo. Yo me inclino por pensar que por miedo a la reacción de los padres y no enfrentarse a ellos.
Esto es una total falta de respecto tanto por los estudiantes quienes fueron los causantes de los problemas mencionados como de los monitores, ya que al ser esos jóvenes su responsabilidad forma parte de su trabajo como docentes controlarlos durante en viaje y asegurase de que no comentan esos errores y molesten a los demás pasajeros de tren.
También es evidente la falta de educación, consideración hacia los pasajeros y respecto por el transporte público y los funcionarios por parte de esos adolescentes, por lo cual cualquier castigo o sanción estaría más que justificada según mi criterio. Claramente, a mí no me gustaría recibir una sanción al yo estar en esa posición, pero debo ser consciente de mis actos y debería de haber actuado con educación desde el primer momento para evitar dicha situación.
Se debería inculcar una mejor educación desde el hogar como en las instituciones que seguramente sí hayan recibido esa educación, pero está en ellos no ejerzan también, pero nada perdemos intentando lograr un cambio en las futuras generaciones desde la niñez.
Desde mi humilde opinión, este puede ser un hecho aislado como otro cualquiera pero que, por desgracia, se está repitiendo una y otra vez en esta sociedad lo que repercute en el resto de la sociedad.
Debemos recalcar que este grupo de jóvenes estaban supervisados por unos monitores que se inmutaron ante una situación inexplicable. Por ese motivo deben estar inhabilitados por un tiempo.
Por un lado, la actitud, el respeto, la educación del grupo es muy indignante y no puede ser que gente así pueda manchar la imagen de Renfe que hizo lo correcto sancionando al grupo.
Por otro lado debemos remarcar la buena labor que hizo Renfe actuando lo más rápido posible ya que esta situación es insostenible.
Por último los viajeros fueron los más perjudicados debido a que en ese AVE debía haber una atmósfera tan contaminada que el resto de pasajeros no pudieron distrutar de la estancia en el tren, lo cual perjudica al pasajero y a la reputación de Renfe.
No debemos permitir que jóvenes sin educación permitan arruinarnos cualquier experiencia en la vida ya que podemos vivir uno de nuestros peores momentos.
Me parece una situación compleja. Por un lado, entiendo la molestia de los demás viajeros por el ruido y comportamiento inadecuado de los niños. Es importante respetar el espacio común y no molestar a los demás.
Por otro lado, me preocupa que se haya expulsado a los niños del tren sin darles otra alternativa. Son menores de edad y no tienen la capacidad de resolver este tipo de situaciones por sí mismos.
Creo que Renfe debería haber buscado una solución más adecuada, como por ejemplo, separar a los niños del resto de viajeros o hablar con los monitores para que controlaran mejor la situación.
También me parece importante destacar que los monitores también deberían haber actuado de forma responsable y velar por el buen comportamiento de los niños.
En resumen, creo que la responsabilidad es compartida y que todas las partes implicadas deberían haber actuado de forma más responsable.
Lo que comenta este texto es una situación de varias personas con muy poca educación, quiero decir que no presentan respeto por nada ni por nadie, principalmente por sus monitores que están allí cuidandoles y también pro los que están al rededor del metro, ya que la mascarilla aunque ahora no sea obligatoria llevarla, hace relativamente poco era necesaria y muy irresponsable no llevarla, mas bien por las personas con las que puedes estar o con las personas que convives.
También es verdad que estos monitores que iban con ellos tendrían que haberles puesto las piernas en la tierra, aunque doy por echo que no seria tan fácil como decirlo, pero dejar latas,comida….básicamente dejar sucio un sitio publico tendrían que haberle dicho las cosas claras para al menos empezar por algo y que sepan que no lo están haciendo bien.
En conclusión estos chicos necesitan educación y que respeten a la gente y respetar en que lugar están.
Bueno realmente el caso que se nos presenta es obviamente algo que se puede dar y que se suele dar entre grupos de adolescentes con poco pensamiento critico. Lo que aumenta cuando se juntan mas de dos. Es una pena, pero son las nuevas generaciones las que no son educadas adecuadamente y creo realmente quela culpa la tienen los padres de esos niños. A cerca de los monitos, poco que decir, cobrarán lo mismo y estarán acostumbrados, así pues, preferirán pasar del tema que entrar en conflicto con ellos.
En mi opinión, Renfe tomó una decisión necesaria para garantizar la comodidad y seguridad de todos los pasajeros. Si un grupo de personas, está causando problemas, como ruido excesivo, mal comportamiento o no cumplir con las normas, es comprensible que se tengan que tomar medidas.
Me parece importante mantener un ambiente agradable en el tren para todos y si hay un grupo de personas que no cumplen las normas veo comprensible que se intente tomar medidas. Las faltas de respeto o incumplimiento de las normas como no usar las mascarillas, también me parecen preocupantes porque están poniendo en peligro a los demás.
El caso que nos presenta el texto, desgraciadamente, es algo muy habitual en nuestros días. Grupos de adolescentes molestando y sin respetar el espacio vital ni los sitios públicos. Pienso que estas actitudes muchas veces pueden venir de la necesidad de llamar la atención que tienen los adolescentes ya que en sus casas no les hacen caso. Sienten la necesidad de tener que molestar y así ser más atendidos por sus padres.
También se puede dar el caso de que simplemente sean personas sin ningún tipo de respeto hacia los demás y que no tienen pensamientos racionales para darse cuanta de lo que están haciendo.
El interventor hizo lo correcto, todo el mundo tiene derecho a usar un medio de transporte público como el tren, pero debes comportarte y respetar al resto de pasajeros y seguir unas normas morales que a todos nos han inculcado desde pequeños en casa.
En caso de incumplir esas normas lo apropiado sería expulsarles del tren, por que estarían alterando el orden público dentro del tren.
Por último, consideró que lo peor fue que los profesores no tomasen cartas en el asunto, aunque el alumnado tiene la obligación de comportarse adecuadamente, si no lo cumplen y realizan actos moralmente reprobables, deberían ser los profesores quienes deberían poner orden y no dejar que la situación se descontrole.
En el mas que recurrente caso que nos muestra el texto el interventor hizo lo correcto, todos hemos presenciado alguna vez a algún grupo de jóvenes molestando en cualquier tipo de espacios públicos; así que como todo el mundo tiene el derecho a usar cualquier servicio público, lo que más conviene en estas situaciones es la medida que el interventor adoptó.
Sin embargo, lo único negativo de ese momento es la nefasta actitud de los profesores que, pese a que no pueden encargarse al 100% de su educación, al ser parte importante de la educación de los menores no hicieran nada al respecto y dejasen la corrección del comportamiento en manos del interventor.
Este texto nos informa sobre el incidente en el tren de Alvia y los adolescentes. La educación es algo muy importante que destacar, es decir, los adolescentes sobretodo vamos cada vez más rápido coomo tener el movil con menor edad, las niñas cada vez se maquillan antes, piercing y tatuajes ha temprana edad y entre otras muchas cosas que encajan en la sociedad de hoy en día.
Los adolescentes en el tren de Alvia han demostrado ser unos ignorantes al no tener en cuenta el material del tren y maleducados ya que no muestran pena hacía los de la limpieza que más tarde tendran que recojer el papel higienico y las serpentinas, los monitores no han demostrado caracter negativo ante estas acciones de la juventud, molestando y alterando al tren.
En conclusión la educación en muchos centros no es adecuada ni correcta socialmente, por lo que unas charlas en centros escolares no es mala idea.
Personalmente, me parece correcto que se les castiguen por ruido y por molestar a otros pasajeros. Respecto a los monitores, siendo adultos y teniendo a niños a cargo me parece que no son responsables porque no les enseñar lo que esta bien o lo que esta mal, o el respeto hacia otras personas. Aunque no sean sus hijos hay que enseñarles modales. Y la compañía aunque les echasen, tendrían que haberles manado limpiar todo lo manchado, así aprenderán a no manchar y mas en un lugar publico.
Este texto hace que veamos el claro ejemplo de irresponsabilidad que tienen algunas personas, normalmente adolescentes. Son muy habitual estos comportamientos negativos en nuestra sociedad. Creo que estos malos comportamiento por parte de los adolescentes pueden venir por el echo de querer llamar la atención, creerse superior o simplemente no tener ningún tipo de educación.
En mi opinión, los monitores que iban con estos jóvenes son los principales culpables de ocurrido, ya que los adolescentes estaban a su cargo. La decisión de Renfe me parece correcta para garantizar la comodidad y seguridad de todos los pasajeros. Gracias a este problema ocurrido se puede observar la importancia de la educación, sobre todo el espacios públicos donde puedes molestar a otras personas.
El incidente descrito refleja un comportamiento inaceptable por parte de unos jóvenes y sus monitores durante un viaje en tren. La decisión de la intervención de Renfe de desalojar al grupo debido al ruido, mal comportamiento y falta de cumplimiento de normas básicas de viaje, como el uso de mascarillas, es totalmente comprensible. Es preocupante ver cómo los jóvenes no solo mostraron una actitud indiferente ante las quejas de los demás pasajeros, sino que también causaron daños al servicio y dejaron una importante cantidad de suciedad en los asientos. Este incidente destaca la importancia de la responsabilidad individual y el respeto hacia los demás. Además, la supervisión por parte de los monitores debería haber sido mejor, ya que parte de la culpa también la tienen ellos.
El texto refleja de una manera clara la pérdida de valores entre las nuevas generaciones, y esto en gran medida viene dado por la educación recibida en casa, si un niño hace algo mal, se le debe hacer entender que no tiene que volver a hacerlo mediante una charla (bronca), un castigo, o la medida que se crea pertinente. Lo que no se puede hacer es «hacer la vista gorda» ante este tipo de comportamiento, porque eso hará que vayan más. Y así nos encontramos con este tipo de incidente que cada vez son mas frecuentes.
Por otro lado, se observa la falta de profesionalidad de los monitores ante esta situación, ya que ellos están a cargo de dichos menores.
En conclusión, me parece que este indecente y muchos otros, no son mas que un reflejo de la educación «moderna» que imparten los padres queriendo ir de amigos de sus hijos o de padres a los que parece darles igual mientras a ellos no les afecte.
Me parece correcta la penalización de RENFE hacia estos seres irrespetuosos. Todo el mundo que haya viajado en un transporte publico sabe lo que es estar compartiendo espacio con alguien así, ya sea niños llorando, adolescentes gritando o adultos sin valores de comportamiento.
En este caso, la culpa es de todos. La indiferencia de los adultos junto al mal comportamiento de los adolescentes, hace que no se libre ninguno. Es normal, que cuando uno empieza a hacer tonterías, el otro le siga, pero para algo están los adultos y es para poner frenos. Si en este caso han querido hacer la vista gorda, era obvio que se necesitase a alguien con mayor prejuicio para detenerlos.
En conclusión, desde mi punto de vista es normal que los alumnos estén excitados por un viaje, pero eso no es excusa para tener ese comportamiento. Lo primero que se debe mostrar es el respeto que te han enseñado tus padres. Estoy segura que esta no ha sido la primera vez que se comportan así, y me alegro que se les haya castigado con tal sanción.
Para empezar, no quiero justificar el comportamiento de muchos menores de edad, pero entiendo que los jóvenes, incluso más jóvenes que nosotros, pueden comportarse de manera indebida en algunos lugares. Dicho esto, el texto menciona un incidente en una instalación de RENFE en Barcelona, donde un grupo de menores, acompañados por monitores, se dedicó a comportarse de manera inapropiada, incluyendo ensuciar los asientos y utilizar el papel higiénico como serpentina. En esta situación, lo esperable sería que los monitores reprendieran a los menores, sin embargo, actuaron con indiferencia. Por eso, creo que la persona que llamó la atención, posiblemente un empleado del mismo viaje, actuó correctamente al sancionarlos o incluso expulsarlos del tren. Al fin y al cabo, el tren es un espacio público, un medio de transporte donde se convive con otras personas, y eso no da derecho a comportarse como uno desee.
Estoy de acuerdo con las medidas tomadas por la RENFE ante este desafortunado suceso. La faltas de respeto y el mal comportamiento de los menores que se narran reflejan como cada vez las nuevas generaciones poco a poco van perdiendo el respeto y valores que nos enseñaron nuestros padres. Es impresionante como algo tan simple como saber estar en un transporte público como una persona normal se vuelve una tarea difícil de llevar a cabo. Es cierto que es comprensible que los jóvenes estuviesen más alborotados o inquietos de lo normal por la excursión, pero eso no justifica acciones que interfieran con la tranquilidad y seguridad de los demás pasajeros. Además , la indiferencia de los dos monitores deja mucho que desear y me parece incluso peor que la actitud de los chavales, que intuyo que no serán demasiado mayores, es imposible que aprendan a respetar las normas si no se les llama en ningún momento la atención.
Lo ocurrido con el grupo de jóvenes y RENFE es una situación lamentable, ya que refleja que el comportamiento de los jóvenes es cada vez más insoportable. En este caso, las autoridades de RENFE, tomaron medidas, con las cuales de estoy deacuerdo, de sacar a los jóvenes del medio de transporte, ya que no sólo estaban dañando la infrestructura, sino que además estaban incomodando a los demás pasajeros. El comportamiento de los estudiantes fue inaceptable, pero el de los monitores fue completamente erróneo, ya que en ningún momento le indicaron a los estudiantes que su actitud no era especialmente buena. Las faltas de respeto se están empezando a normalizar entre jóvenes que no se dan cuenta que los servicios públicos como el transporte, no sólo lo utilizan ellos, sino también personas que van a trabajar o que vuelven a casa, además de otros estudiantes que deben utilizarlo, ya que su centro de estudios les queda lejos, así que un comportamiento adecuado es lo mínimo que se pide al momento de estar en un lugar público.
La verdad que mee parece un poco extremo que los hayan echado del tren, pero si estaban causando tanto alboroto y desorden, tal vez no había muchas opciones. Es importante mantener el orden y el respeto hacia los demás pasajeros.
Entiendo que Renfe tenga que tomar medidas cuando los pasajeros están siendo molestos, pero también deberían asegurarse de que se respeten los derechos de todos. Tal vez podrían haber buscado una solución menos precipitada, como hablar con los monitores y pedirles que controlen mejor a los chicos.
Lo del papel higiénico y la comida tirada por todos lados es simplemente irrespetuoso. Está bien divertirse, pero no a costa de molestar a los demás y ensuciar el tren. Y creo que tanto los menores como sus monitores deberían reflexionar sobre su comportamiento y aprender a ser más respetuosos en público. Renfe, también, debería buscar formas más efectivas de manejar este tipo de situaciones sin afectar demasiado a los pasajeros.
Tras leer este fragmento llego a la conclusión de que el futuro que nos espera va a ser muy duro. Puedo entender que los niños hablen durante el trayecto, o incluso que jueguen, pero que les llamen la atención por que no saben comportarse cuando salen de sus casas, me cabrea mucho. No solo porque les perjudica a los adolescentes respetuosos y buenos, si no que no viajaban solos en ese tren, era de uso público.
Pero lo que más me llama la atención es el comportamiento de los monitores, que permiten este tipos de comportamientos y no hacen nada para intentar resolverlo. Yo por lo menos si fuera profesor y me tuvieran que llamar la atención por el mal comportamiento de mis alumnos, me enfadaría mucho. Pero aquí parece que no. Parece que ni los profesores están capacitados para ejercer su trabajo.
Un grupo de jóvenes y sus monitores comportaron de manera inaceptable en un tren de Renfe, causando disturbios, ruido excesivo y desorden. No cumplieron con el uso obligatorio de mascarillas y mostraron indiferencia hacia las quejas de otros pasajeros. Además, utilizaron papel higiénico de manera inapropiada y dejaron restos de comida y suciedad en los asientos.
Este comportamiento irrespetuoso y descuidado no solo afectó la experiencia de otros pasajeros, sino que también reflejó una falta de responsabilidad por parte de los monitores. Es esencial educar y corregir estas conductas para fomentar el respeto y la responsabilidad en entornos públicos como el transporte.
La medida que ha tenido que tomar Renfe con este grupo de adolescentes em parece adecuada. El tren es un servicio que se puede aprovechar al máximo pero dentro de este no se incluyen actos vandálicos o similares.
El hecho de acabar con el papel higiénico y utilizarlo como serpentina demuestra que realmente esos viajeros querían causar problemas así que sin ningún tipo de dudas la decisión tomada por Renfe es la adecuada.
Además es una forma de que futuros viajeros tengan cuidado con sus comportamientos pues ya saben cuales pueden ser las consecuencias y los castigos.de el mal uso de los trenes y sus instalaciones.
Este lamentable incidente, donde un grupo de menores de edad y sus monitores, no solo perturbó el viaje de otros pasajeros, sino que también muestra la falta de respeto por las normas y el entorno.
Creo que es muy importante saber ver la importancia de los adultos a cargo de los menores. Los monitores tienen la obligación de supervisar y guiar a los jóvenes a su cargo, tanto en términos de comportamiento como en el cumplimiento de las normas de seguridad, incluyendo el uso de mascarillas en tiempos de pandemia. Su actitud indiferente ante el comportamiento inadecuado de los menores es muy preocupante y cuestiona su capacidad para desempeñar esa función. Cuando solicitas una plaza de trabajo, has de saber lo que conlleva ese trabajo, y sobre todo si estamos hablando de la educación de menores y la responsabilidad que hay que tener al hacernos cargo de ellos.
Por ello, creo que la decisión de Renfe de desembarcar al grupo del tren parece haber sido una respuesta necesaria para mantener la seguridad y el orden a bordo, así como para garantizar una experiencia de viaje adecuada para todos los pasajeros. Es comprensible que la empresa deba tomar medidas en situaciones donde el comportamiento de los pasajeros afecta negativamente la calidad del servicio.
En este tipo de situaciones debemos tener en cuenta lo siguiente: mantener un ambiente tranquilo y seguro para todos los pasajeros en el tren ya que el ruido excesivo, el mal comportamiento y el incumplimiento de las normas de salud, como no usar una mascarilla; pueden ser perjudiciales para la experiencia de viaje de los demás.
Además, debemos tener en cuenta que, al ser menores y dependiendo de su edad, pueden no entender completamente las consecuencias de sus acciones ya que aún no tienen un pensamiento maduro.
Por ello, este incidente subraya la importancia de la educación y la supervisión adecuada para garantizar que los menores comprendan y respeten las normas de comportamiento en espacios públicos.
Considero que Renfe a tomado la opción correcta al apear a esos adolescentes ya que a la hora de estar en un sitio publico, como es el tren, hay que ser consciente de que no están solos en el.
Al ser un sitio publico hay que respetar el silencio y la tranquilidad de las personas con las que compartes el dicho espacio publico.
La culpa de la falta de educación de los jóvenes no puede recaer únicamente en los monitores. La base de toda educación debe asentarse en casa, dónde a cada uno le enseñan los valores adecuados para hacer frente a diferentes situaciones y aprender a como comportarse.
Personalmente, creo que en estas situaciones la culpa recae en la ausencia de educación que debe aprenderse en casa y en la indiferencia tan grave que muestran los monitores que llevaban a los niños en el tren. Los comportamientos no fueron los adecuados y considero que es alarmante la falta de respeto hacia el resto de pasajeros.
Personalmente creo que los 22 menores han mostrado una clara falta de educación al generar alboroto, ensuciar y molestar a los demás pasajeros en el tren Alvia. A pesar de su comportamiento inapropiado, creo que la responsabilidad recae en los monitores, ya que son los encargados de cuidarlos y controlar que se comporten de manera adecuada.
Es inaceptable que no respetaran las normas, incluyendo el uso de mascarillas obligatorias, y que los monitores mostraran indiferencia ante la situación. La decisión de Renfe de expulsar al grupo fue, en mi opinión, toalmente justificada. Porque si ha cualquiera de nosotros nos hubiera tocado vivir esa experiencia, también nos hubieramos quejado como lo han hecho el resto de pasajeros.
Es esencial que los monitores asuman su responsabilidad y tomen medidas para evitar futuros caos.
El informe de Renfe respalda al interventor que bajó a 22 niños y a sus monitores del tren debido a su mal comportamiento y ruido molesto. Renfe menciona quejas de otros pasajeros y que el grupo no usaba mascarillas, además de crear desorden y ensuciar con papel y comida. La compañía enviará el informe al Defensor del Pueblo tras una investigación.
Estas acciones pueden ser el resultado de la búsqueda de destacar o pertenecer, pero eso no justifica su comportamiento. Sin embargo, deberíamos considerarlo.
El texto resalta la importancia de las reglas en la sociedad. Se menciona que 22 menores se portaron mal en un lugar público debido a su falta de responsabilidad y educación. Además, los dos adultos a cargo no tomaron medidas disciplinarias, lo que empeoró la situación. Esto demuestra la necesidad de reglas para evitar el descontrol. El autor considera que los adultos a cargo son los más culpables, pero los menores también deben enfrentar consecuencias por su falta de respeto. Sugiere aplicar sanciones para evitar comportamientos similares en el futuro.
El texto cuenta que en un viaje en tren de Barcelona a León, unos jóvenes con sus supervisores fueron expulsados por su mal comportamiento, incluyendo ruido y desorden. Aunque el personal no intervino, el interventor decidió sacarlos del tren cerca del destino final. Esto muestra una falta de control por parte de los monitores y una falta de respeto hacia los demás pasajeros. La acción del interventor podría servir como lección para mejorar comportamientos futuros.
El texto cuenta como unos jóvenes, junto a sus supervisores fueron expulsados de un transporte público debido a su mal comportamiento. Esto dice mucho de la educación de estos jóvenes y también de como han podido permitir sus supervisores este suceso. Este tipo de comportamientos deben de ser corregida por sus mayores, es decir, sus padres o recibir el castigo necesario.
Desde mi punto de vista el comportamiento me parece algo fundamental Y sobre todo si estás en el transporte público con más gente . El hecho de que estos menores se comportasen tan mal me parece algo horrible . Lo preocupante de esto y los que tienen la culpa son los profesores ya que ninguno les dijo nada. Los adultos aquí son los que hicieron mal en esta situación, ya que ellos son los encargados de estos menores y son los que tienen que poner el control de la situación . Esto no quiere decir que estos menores no tengan la culpa, porque son ellos quienes se han comportado como no debían . Es esencial aprender a comportarnos en situaciones públicas y saber no molestar.
La situación que se nos presenta es un claro caso de incluplimiento de los deberes, tanto cívicos como de responsabilidad.
Por un lado, creo que las personas, especialmente los jóvenes, se sienten envalentonadas cuando se encuentran rodeadas de amigos, lo que les puede llevar a actuar de manera distinta a como normalmente lo harían (por ejemplo, mostrando signos de rebelión frente a las normas). Sin embargo, también opino que la educación y el propio carácter del individuo juegan papeles importantes en la manera en la que éstos se comportan.
Por otro lado, la culpa del suceso no es únicamente de los menores, ya que, en mi opinión, sus monitores no cumplieron con su deber de controlarles y no trataron de corregir esos comportamientos incívicos. Por tanto, creo que los responsables últimos son ellos.
Para finalizar, me gustaría resaltar la buena actuación del interventor de Renfe, que haciendo caso a las quejas del resto de pasajeros cumplió con su trabajo echándoles del tren.
Estoy totalmente de acuerod con lo que ha dicho Miriam, en situaciones como esta – que son cadas vez más ubicuas- la culpa recae en la ausencia de educación que debe aprenderse en casa y en la indiferencia tan grave que muestran los monitores que llevaban a los niños en el tren.
Vivimos en una sociedad donde escasean los valores morales y nos escondemos tras grandes dosis de urbanidad y de falsa modestia cuando realmente alojamos grandes problemas y muy arraigados que demuestran en quiénes nos estamos convirtiendo. En este caso, ni siquiera trataron de mostrar civismo y los niños disfrutaron de ese momento en el que poder envalentonarse en compañía de sus iguales, y alejados de su familia que es el único núcleo que podría jugar con su corazón por medio de los castigos, visto que los monitores eran incapaces…
El problema es de raíz y a la vista está en las nuevas generaciones. Ahora no destacan los necios de los grupos, sino los que se salvan de cometer atrocidades y buscan la dignidad y la felicidad.
Ante este caso puede haber dos grupos de personas que piensen de manera diferente o que tengan una perspectiva distinta con este suceso.
Unos sienten empatía hacia los menores y cuestionan si la medida de Renfe fue excesiva, especialmente si se considera que los niños por mero hecho de serlos podrían haber estado muy emocionados por su viaje y que el comportamiento indisciplinado podría ser típico de su edad.
En cambio otros defienden que la decisión de Renfe fue una de las mejores argumentando que esa falta de educación y respeto hacia los demás pasajeros. En cualquier caso es muy importante concienciar a los estudiantes que tipo de comportamiento deben tener en lugares como estos.
Creo que comportamiento que estos adolescentes tuvieron es realmente vergonzoso. Esta falta de valores viene de la educación que se les da tanto en cada como en el colegio. Sin embargo, con mucha frecuencia, se confunde el ser adolescente con ser irrespetuoso. Y sinceramente, es algo que me molesta muchísimo. No crea que sea nada justo que porque haya jóvenes que se comporten de forma muy maleducada o irrespetuosa, haya que generalizar y afirmar que todos los adolescentes son iguales, cosa que es muy frecuente.
En conclusión, la manera en la que se comportaron estos adolescentes fue totalmente errónea y todo esto proviene de la educación que se les da a dichos jóvenes. Sin embargo, hay una especie de estereotipo en nuestra sociedad sobre lo mal que se comportan todos los adolescentes, pero creo que antes de juzgar debemos conocer, ya que hay personas ya mayores que se comportan bastante peor.
Este incidente destaca la importancia del respeto y la responsabilidad durante los viajes en tren. Los pasajeros, especialmente los menores y sus monitores, deben mantener un comportamiento apropiado y respetuoso hacia otros viajeros y las instalaciones. De acuerdo al informe de Renfe, el grupo ocasionó un mal estar en los otros pasajeros, haciendo mucho ruido, desorden y no cumplimiento de las normas básicas de viaje y también no utilizando las mascarillas. Pueden impactar no solo la experiencia de los demás pasajeros, sino también la seguridad y limpieza del entorno compartido. Educar adecuadamente las medidas disciplinarias y educativas es muy importante para promover comportamientos positivos y respetuosos en todos los pasajeros, especialmente en entornos públicos como los trenes.
La investigación interna de Renfe respalda al interventor que decidió desembarcar a 22 menores y sus monitores en la estación de Palencia debido a su mal comportamiento y ruido, confirmado por quejas de otros pasajeros. El informe será enviado al Defensor del Pueblo. Renfe sostiene que el grupo catalán causó alboroto, desorden, y no cumplió con la obligación de usar mascarillas. Los menores también dañaron el tren con papel higiénico y dejaron suciedad y comida en los asientos.
Creo que es importante que todos respetemos las normas y a los demás en espacios públicos, especialmente en lugares como trenes donde compartimos el espacio con muchas personas. La acción de Renfe parece justificada ante tal comportamiento inadecuado.
Al leer este texto, me hace reflexionar la importancia que tienen las normas en nuestra sociedad. La indiferencia de los adultos junto al mal comportamiento de los adolescentes, hace que sean culpables todos. Renfe tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de los pasajeros. Las medidas que tomaron fueron las adecuadas. Es comprensible deba tomar esta clase de medidas en situaciones donde el comportamiento de los pasajeros afecta negativamente la calidad del servicio.
En conclusión, se puede ver lo maleducados que pueden ser algunas personas y nos damos cuenta de porque son necesarias las normas, ya que si no todo acabaría siendo un descontrol. Estos comportamientos se debe a la educación que han recibido en sus hogares, los adultos les deben de enseñar a respetar desde una edad temprana.
La educación está en constante evolución. El desarrollo de la tecnología trae consecuencias. Se dice que las generaciones venideras serán cada vez más analfabetas (por así decirlo). Cada vez tenemos acceso a más información y la empleamos peor o ni la empleamos.
Los padres cada vez relegan más su función como educadores en los móviles lo que les da acceso a mucha información a la que no tendrían que estar expuestos a tan temprana edadedad lo que conlleva a un mal desarrollo que tendrá repercisión en su personalidad adulta. Cada vez tienen menos respeto a la autoridad que representan sus padres porque estos no establecen límites y por ello pierden el respeto y el sentido de la educación hacia todo lo que les rodea lo cual representa un grave problema de índole social.