Descubren un idioma de hace 3.000 años que nadie puede traducir

Turquía es tierra de alfombras artesanales, lámparas de mosaico, gastronomía variopinta y, por qué no, de algún que otro retoque estético. Pero de un tiempo a esta parte, también es cuna de grandes descubrimientos arqueológicos, gracias al importante legado cultural y artístico de una zona dominada por varios imperios. El último gran hallazgo en tierras turcas, protagonizado por arqueólogos alemanes, ha sido el de una tabla de arcilla que contiene escrituras de un idioma perdido hace aproximadamente 3.000 años y que, según los expertos, «no se parece a ninguna otra lengua vista antes en Oriente Medio».

De hecho, no hay fotografías disponibles de la tablilla ni se ha publicado el texto puesto que los especialistas tratan de traducirlo a través de referencias de otras lenguas indoeuropeas de la época -de las que procede, por ejemplo, el español-, aunque aseguran que será una tarea ardua. Ni siquiera Google con su ‘infalible’ traductor sería capaz de averiguar el contenido de la tabla.

Lo que sí se sabe es de donde provienen estos ‘garabatos’: «De ahora en adelante, lea en el idioma del país de Kalašma», es lo que versa la introducción del texto, escrito en hitita, la lengua indoeuropea más antigua conocida. Lo que sigue a esa introducción es todo un misterio. Kalašma hace referencia a una sociedad organizada en la Edad de Bronce -1650 a 1200 a. C.- que se encontraba en la franja noroeste del Imperio hitita, probablemente lo que hoy es la provincia turca de Bolu. Por tanto, el texto hallado pertenecería a la lengua kalasmaica, un idioma absolutamente extinto y del que hay muy poca información.

Hattusa y sus reliquias

Esta reliquia de la arqueología ha sido descubierta en el yacimiento de Hattusa, en el centro de la península de Anatolia, tierra de grandes civilizaciones y en la que durante el último siglo se han hallado más de 30.000 tablillas cuneiformes que han sido declaradas Patrimonio Documental Mundial por la Unesco, aunque esta última es una de las más especiales por su secretismo lingüístico.

Sin embargo, los expertos sostienen que este dialecto perdido tiene ciertas similitudes con el idioma luvita -otra lengua indoeuropea de la rama anatolia también expresada en otros textos cuneiformes-, lo que podría ser la llave para solucionar este enigma.

Por suerte, el jefe de excavaciones de las ruinas de Hattusa, Andreas Schachner, confirmó que la tablilla estaba especialmente bien conservada en comparación con las otras miles halladas en ese mismo yacimiento. Además, el experto confesó que «cuando cogí por primera vez la tablilla, pude sentir el peso de su importancia histórica».

Nadie ha podido descifrar aún el contenido de esta tablilla cuneiforme. Lo que sí es irrebatible es que este hallazgo dará más información sobre la vida, las creencias, la economía, y, en definitiva, la historia de estas grandes civilizaciones.

Tomado de www.elcorreo.com

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