LECTURA: Los mitos de Túbal y Aitor
1) El mito de Túbal se centra en la descendencia de los vascos de ese patriarca bíblico, nieto de Noé, que fue el primer habitante y, por tanto, antepasado de todos los habitantes de la península. Según este mito, la lengua vasca fue traída directamente desde el paraíso por su antepasado, sin que existan mezcolanzas posteriores ni derivaciones de otro idioma, como en el caso del castellano, con respecto al latín, lo que de alguna manera confiere a los vascos, simultáneamente, la condición de pueblo elegido por Dios, con el valor añadido de no haber participado en la muerte de Cristo, como ocurrió con los judíos, el otro gran pueblo de elección divina. Esto, como es obvio, no es sólo un mito aséptico sin más, que tiene aplicación en el terreno religioso exclusivamente, sino que constituye el gran justificante de la hidalguía universal, tan importante durante el Antiguo Régimen, y de tanta importancia social, económica y política, tanto en esta época como posteriormente, dadas sus consecuencias. Y digo que justifica la hidalguía universal porque, en las disputas entre leoneses y castellanos, aquellos aseguraban ser los herederos de los godos, por tanto, los verdaderos nobles y herederos de los derechos de preeminencia en la Península. Mas, parar combatir esta idea, los castellanos se remontaban en su origen a un pueblo anterior y nunca sojuzgado, los Cántabros, de los que formaban parte en teoría los vascos. Planteadas así las cosas y dado que Vizcaya constituía parte de Castilla, el reconocimiento de su nobleza era tanto como afirmar la propia, frente a la de los leoneses que eran herederos de una nobleza advenediza, como para los castellanos era la goda. De esta rocambolesca manera, y asociando el mito de Túbal al del cantabrismo de los vascos, se justifican ideológicamente algunos de los mitos vascos más queridos, el de la independencia originaria, al formar parte de un pueblo nunca sojuzgado, que tiene su señor como producto de un pacto, ser un pueblo directamente elegido por Dios, y que es noble per se desde la noche de los tiempos, todo lo cual justifica, evidentemente, la existencia de los fueros en su territorio, que no son sino las concreciones política y económica de esta hidalguía universal, plenamente justificada de esta manera.
2) El mito de Aitor es de mediados del siglo XIX, y se debe a la invención de un vasco-francés, Joseph-Augustin Chaho, para el que los vascos son descendientes de un patriarca ario, Aitor, lo cual desvincula, en una increíble pirueta, al pueblo vasco de su parentela judía, dado que Chaho era un virulento antisemita, y la familiaridad con los judíos no era de su gusto, poniendo así sobre la mesa una nueva dimensión, más acorde con las corrientes políticas del momento, todo ello sin restar un ápice a la legitimidad histórica de la nobleza de todos los vascos. En 1878 Navarro Villoslada la incluye en su obra «Amaya o los vascos del siglo VIII».
Proverbiales y bellas leyendas de los descendientes de Jafeh, hijo de Noé… Creo que la historia que nos enseñan en la escuela debería ser compartida con la historicidad bíblica.. felicitaciones..!
Seria interesante encontrar mas informacion sobre esto ya que mi familia se apellida ayi y me parece muy curioso y interesante. Saludos gracias por su investigacion. Pero en si se dice que tubal fue el fundador de la villa de Amaya en los anos 1200 D.C, Segun lo que eh podido en contrar.