Hallan fragmentos de esculturas visigodas en un yacimiento de Toledo
Las primeras excavaciones arqueológicas realizadas en el yacimiento de San Pedro de la Mata, en Sonseca (Toledo), han permitido hallar fragmentos de esculturas visigodas y sacar a la luz parte de una iglesia del siglo VII. Este yacimiento, situado en la pedanía de Casalgordo, fue descubierto en 1903 por el historiador y político Jerónimo López de Ayala, conde de Cedillo, en las inmediaciones de una de las vías que comunicaba Toledo con Córdoba, muy cerca del complejo aristocrático de Los Hitos, en Arisgotas (Toledo), también visigodo, con el que estaba relacionado.
Cerca de 80 científicos de diferentes áreas han estado trabajando este verano en San Pedro de la Mata excavando el recinto exterior de la iglesia. Los trabajos los ha dirigido el doctor Jorge Morín, quien destaca el hallazgo de «fragmentos de escultura de una cruz calada visigoda que se suman al centenar de piezas de escultura decorativa encontradas años atrás, algunas de las cuales continuaban en la iglesia a mediados del siglo pasado».
Los responsables de esta excavación, que finalizará en los primeros días de septiembre, creen que la iglesia formaba parte de un monasterio y, de momento, han podido confirmar que «la iglesia tenía tres naves y probablemente un pórtico en la parte oeste», según el doctor Morín, quien añade que «hemos visto también el carácter seguramente bautismal del contra coro de la iglesia y hemos confirmado la cronología visigoda de todo el perímetro, que es un espacio monástico».
Joya visigoda
Según estos investigadores, la iglesia de San Pedro de la Mata, por sus características estructurales, se incluye en el grupo de las iglesias cruciformes visigodas del siglo VII junto con Santa Comba de Bande (Orense) y Santa María de Melque (Toledo), y enlaza con el mejor arte áulico toledano. Declarado «Monumento Histórico Artístico» y «Bien de Interés Cultural», los arqueólogos han centrado sus trabajos trabajan en descubrir todo el perímetro de la iglesia, que ocupa unos 1.000 metros cuadrados de superficie.
La iglesia, construida con sillares de granito y de planta cruciforme, está edificada sobre una gran piedra a modo de laja que permite que no tenga cimientos, por lo que parece levitar. Esta joya visigoda, que aún conserva buena parte de sus dependencias, es visitable por el público de forma libre.
Tomado de www.diariovasco.com