La Gran Recogida del Banco de Alimentos de Bizkaia «ayuda, enseña y conciencia»
Al igual que otros, en el Carrefour de Sestao otros jóvenes también se emplearon a fondo para recolectar el máximo de productos posibles. En su caso eran alumnos de primero y segundo de Bachillerato del colegio San Vicente de Paúl de Barakaldo. Leire Saratxo y Xabier Salazar son algunos de los profesores que acompañan a los alumnos en esta labor de voluntariado. Para Xabier este ha sido el primer año como voluntario, y confesaba mientras recogía los diferentes productos que es «una actividad que te enriquece mucho de manera personal» y algo «muy importante» para los más jóvenes. «Que los alumnos y alumnas se unan a este voluntariado supone que tengan la oportunidad de ponerse en la piel de otras personas, y hoy en día, que parece que están más protegidos, que se les da todo hecho, esta labor hace que les ayude a ver lo afortunados que son. Es una iniciativa que no solo ayuda a quienes se benefician de los productos que se recogen, sino que también enseña y conciencia a quienes participamos como voluntarios», reflexionaba este profesor.
Leire Saratxo, por su parte, lleva ya cinco años participando en la Gran Recogida y explicaba cómo año tras año se ha visto sorprendida por «todo lo que aporta la gente». «Cada año, desgraciadamente, se necesita más, y es muy gratificante ver cómo la sociedad prácticamente al completo se moviliza por ayudar a quien lo necesita», señalaba. Micaela Capdevila es una de las alumnas que ha participado este fin de semana y aseguraba que «es increíble ver cómo la gente ayuda, es muy bonito verlo de primera mano y a veces, incluso te emocionas del esfuerzo que hace la gente».
Tomado de www.deia.eus
Indeleblemente es una actividad enriquecedora, el poder brindar ayuda a alguien que necesita es algo que te genera a nivel personal un crecimiento que con el pasar de los tiempos se ve reflejado en situaciones de la vida, en nuestro caso hemos brindado de nuestro tiempo, y no hablamos de seis horas ni muchísimo menos, sino de dos o tal vez tres, con esto hay que ver que no se necesita de mucho tiempo para poder realizar esta labor, finalizamos sabiendo que ese tiempo ha merecido la pena porque sin duda alguna dentro de la sociedad en la que vivimos sigue habiendo personas bondadosas, personas que se han parado a lado nuestro y se han implicado.
Gracias al Colegio San Vicente de Paúl por darnos, a mi y a mis compañeros, siempre la oportunidad de vernos participe de esta iniciativa. Y gracias a las personas que con una sonrisa cogían la bolsa y con esa misma sonrisa las devolvían.