La idea del marqués de la Ensenada y Fernando VI que pudo cambiar España
La Europa recién industrializada prosperaba. Al marqués de la Ensenada se le ocurrió que una forma de agilizar el transporte sería la construcción de un gran canal, y el rey Fernando VI no lo vio mal. Así nació la obra más importante de ingeniería civil de la España Ilustrada, una obra faraónica que pretendía romper el aislamiento de la meseta con el resto del país y facilitar la distribución de sus cereales ya que las carreteras eran en muchos casos caminos inviables.
Se ideó un gran canal dividido en cuatro partes que en un principio unirían Segovia con Reinosa para después atravesar la cordillera Cantábrica y llegar a Santander, puerto de mar. Hubo quien deliró con la idea de que también podría atravesar por el sur la sierra de Guadarrama, llegar al Manzanares madrileño, de ahí al Tajo y acabar en Lisboa.
Con solo la parte central construida, el 14 de diciembre de 1849 empezó la explotación del canal e inmediatamente fue un gran éxito. Diez años después se calcula que funcionaban 350 barcazas, la mayoría de propiedad privada. Pero justo en 1860 se inauguró el ferrocarril entre Alar del Rey y Venta de Baños con un recorrido prácticamente paralelo al canal, mucho más rápido y con mayor capacidad de carga. Ahí comenzó su decadencia y hacia 1920 solo quedaban cinco barcazas en activo, lo que obligó al Gobierno a cerrar definitivamente el comercio a través del Canal de Castilla en 1959.
En la actualidad atraviesa 207 kilómetros de tres provincias (Palencia, Burgos y Valladolid) y 38 municipios castellano-leoneses. Supera un desnivel total de 150 metros para lo que se sirve de 49 esclusas y mantiene un interés histórico y turístico.
El Tren del Canal
En marzo, Renfe presentó su Tren del Canal de Castilla, una iniciativa que arranca en Madrid, pasa por tierras segovianas y vallisoletanas para volver a la salida. Tras la reanudación de la actividad, los viajes se realizarán el 2 de agosto, 6 de septiembre, 4 de octubre, 1 de noviembre y 6 de diciembre. La ruta recorre solo la parte vallisoletana del Canal, y dependiendo de la fecha el programa incluirá también visitas a Medina de Rioseco, Urueña, los castillos de Montealegre, Tiedra y Fuensaldaña, diferentes monasterios y bodegas…
Montealegre es un pueblo pequeño (poco más de cien habitantes) que fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1981. El atractivo más importante de la villa es el Castillo de los Alburquerque, más conocido como Castillo de Montealegre. Su imponente y sólida silueta explica que nunca fuera conquistado y que su simple avistamiento de lejos hiciera que las tropas enemigas lo rodeasen para no tenerse que enfrentar a él.
Se encuentra en el cantil (borde de un desnivel) entre Tierra de Campos y los Montes Torozos, muy cerca de la provincia de Palencia. Murallas de 20 metros de altura y 4 de grosor le confieren una apariencia imponente. Fue construido en el s.XIV, para la defensa de las tierras de la familia Meneses.
En la dársena de Medina de Rioseco está amarrado un barco propulsado por dos ruedas de paletas en la popa, que recuerdan a las que todos hemos visto alguna vez en películas del río Misisipí. En él se realiza un viaje de una hora (ida y vuelta) por el canal que regresa a la misma dársena justo al pie de la fábrica de harinas San Antonio.
Tomado de www.abc.es