LECTURA: La III Guerra Carlista (1872-1 876)

Desde el verano de 1869 se asistió a varias tentativas de sublevación, que fracasaron. Este aventurerismo provocó que Cabrera abandonase definitivamente los asuntos carlistas el 19 de Marzo de 1870. A pesar de estas intentonas erradas, el carlismo va a encontrar nuevas fuerzas tras la elección de Amadeo de Saboya como rey, llegando a acuerdos parciales con los republicanos con el fin, según el general Elí­o, de «armar la bullanga«, pero al final se impuso la tendencia pací­fica de Nocedal –enfrentamiento latente entre «˜viejos’ y «˜nuevos’ carlistas-. En Abril de 1872 entran en España diversos contingentes carlistas desde Francia acompañando al pretendiente, alzamiento que terminará con el desastre de Oroquieta. Pero la guerra no empieza a tomar forma hasta el 16 de Julio de 1872, en que «˜Carlos VII’ reconoce los fueros catalanes, y en Diciembre se inicia oficialmente el movimiento en las Provincias Vascas, donde se forma un ejército de base popular -siendo la partida del cura Santa Cruz la más famosa-. En Julio se 1873 se crea la Real Junta Gubernativa de Navarra y entra D. Carlos en España.

Desde el verano de 1873 a Mayo de 1874 los carlistas toman la ofensiva en el Paí­s Vasco y en Navarra -ocupan Estella, Portugalete y vencen en Montejurra-, cometiendo, sin embargo, el mismo error de la 1a Guerra: poner sitio a Bilbao (Febrero-Mayo de 1874). A partir de esa fecha la situación militar se estanca en el Norte, mientras que en Cataluña y el Maestrazgo los carlistas toman Berga, Vich, Olot, la Seo de Urgel y saquean Cuenca, para posteriormente ser derrotados por Martí­nez Campos en 1875. El 4 de Diciembre de 1874 se proclama rey a Alfonso XII, y Cánovas infiltra agentes entre los carlistas para desmoralizarlos, desertando a consecuencia de ello muchos de los «˜neos’ y llevándose el carlismo un mazazo moral tras conocerse que Cabrera habí­a reconocido al nuevo monarca.

Los alfonsinos movilizan un ejército de 80.000 soldados y comienzan una guerra de desgaste para asfixiar lentamente la economí­a vasco-navarra. En paralelo, desde 1872 Isabel II habí­a entablado negociaciones con el noble carlista Francisco de la Torre Gil, quien le presentó cuatro borradores de bases de convenio con vistas a una posible transacción dinástica con unas condiciones bastante duras tanto para Isabel como para su hijo Alfonso, así­ como notablemente favorables a «˜Carlos VII. En Julio de 1875 D. Carlos jura los fueros de Vizcaya y Guipúzcoa -en Alava, sin embargo, prefirieron esperar a la victoria final-. Pero realmente lo que estaba ocurriendo eran deserciones masivas, enfrentamientos entre facciones y la descomposición paulatina del ejército carlista, siendo la palabra «˜traición’ la más empleada en esas fechas, como bien refleja esta copla popular:

«Elio vendió a Bilbao,

y Mendiry el Carrascal,

Calderón el Montejurra.

y Pérula lo demás».

Los alfonsinos atacan en masa Vizcaya y huyen a Francia 15.000, concluyendo la guerra el 27 de Febrero de 1876, dí­a en el que D. Carlos pasa la frontera.

 

También te podría gustar...

2 Respuestas

  1. Carlos dice:

    Muchas gracias y muy buen aporte, es el tercer Post que veo en esta web y todos de DIEZ!!, mis felicitaciones.

  2. mitxel dice:

    Gracias. Cualquier aportación para la mejora será bienvenida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *