La trágica historia de amor de Alfonso XII cuyo broche final puso su bisnieto, el Rey Juan Carlos

Se acaban de cumplir 20 años desde que los restos de la reina María de las Mercedes, primera esposa de Alfonso XII, recibieran sepultura en la catedral de la Almudena, como había deseado su esposo en 1878, gracias al Rey Juan Carlos, su bisnieto.

Este domingo, 8 de noviembre, víspera de la celebración de la Virgen de La Almudena, patrona de Madrid, se cumplieron 20 años de un acontecimiento histórico: el traslado de los restos de la mítica reina Mercedes, el gran amor del rey Alfonso XII fallecida a los cinco meses de su boda, desde el monasterio de El Escorial hasta la catedral de La Almudena. La construcción de este templo respondió en gran parte al deseo de Alfonso XII, que puso su primera piedra en 1883, de que su adorada Mercedes tuviera una sepultura digna, pues no podía ser enterrada en el panteón de Reyes de El Escorial por no haber sido madre de monarca.

Hubo que esperar más de un siglo, para que el Rey Juan Carlos diera luz verde en 1999 al traslado, que tuvo lugar el 8 de noviembre del año 2000. Ese día, acompañado por la Reina Sofía y la Infanta Elena, el infante Don Carlos, duque de Calabria, el presidente del Gobierno, José María Aznar con Ana Botella y otras autoridades, además de 2.000 madrileños que no quisieron perderse el acontecimiento, presidió el emotivo acto en la catedral de La Almudena, cuyo broche fue un funeral oficiado por el cardenal Rouco Varela. Los restos de la reina Mercedes fueron ubicados en la capilla de la patrona de Madrid, tras el altar, cubiertos por una lápida de mármol blanco con la inscripción: «María de las Mercedes, dulcísima esposa de Alfonso XII».

Fue el broche definitivo a un culebrón regio que revolucionó la España de finales del siglo XIX, gracias al cual el recién restaurado monarca, que accedió al trono en 1874 con 16 años, conquistó el corazón de las clases populares. «Nuestro Rey se casa por amor, como se casan los pobres», decían las coplas.

María de las Mercedes de Borbón y Orleans, prima hermana suya, nació en Madrid en 1860, pero su infancia trascurrió en Sevilla, donde sus padres, los duques de Monstpensier, él hermano del soberano francés y ella hermana de Isabel II de España, tenían una especie de corte paralela. Tras la revolución Gloriosa, la reina Isabel con su hijo y heredero, Alfonso, tuvieron que partir al exilio, afincándose en Francia. El primer encuentro entre ambos primos tuvo lugar en el castillo de Randan, en La Auvernia, la Navidad de 1872, donde los Montpensier acudieron para intentar sellar la paz con Isabel II, enemiga mortal de su cuñado Montpensier, pues le acusaba de haber conspirado para despojarla del trono.

Con este tenso caldo de cultivo familiar, entre Alfonso y Mercedes, que tenían 12 y 14 años, surgió un inesperado flechazo ante el que la depuesta Isabel II puso el grito en el cielo. De nada le valió, pues tras grandes escollos, el romance culminó en boda el 23 de enero de 1878 ante la imagen de la Virgen de Atocha. Eso sí, con la ausencia de la madre del novio, la reina Isabel, que se negó a acudir, pero en medio del clamor popular por el triunfo de ese amor.

Tras una corta luna de miel en El Pardo, en la cual los jóvenes esposos no abandonaron sus aposentos ni para comer, Mercedes quedó embarazada, pero sufrió un aborto en marzo. Algo que provocó que, dos meses después, cuando comenzó a sentirse mal, los médicos de palacio lo atribuyeran a un nuevo embarazo, en vez de a esas fiebres tifoideas que acabaron con su vida el 26 de junio de 1978, con solo 18 años. Tan desconsolado quedó Alfonso XII que se enclaustró solo en el palacio de El Pardo, que únicamente abandonaba para acudir al monasterio de El Escorial, donde en una de las capillas laterales yacían los restos de su esposa, ante los que pasaba horas y horas. De su desesperación se hicieron hasta versos, como el de «dónde vas, Alfonso XII, dónde vas triste de ti; voy en busca de Mercedes que ayer tarde no la vi» .

Para dar un heredero al trono, el monarca se vio obligado posteriormente a contraer nuevo matrimonio con la archiduquesa María Cristina de Austria, pero jamás se repuso de la pérdida de Mercedes, falleciendo con 27 años de tuberculosis estando su esposa embarazada del futuro monarca, Alfonso XIII. El proyecto de su padre de que una catedral, La Almudena, albergara la morada definitiva de su adorada Mercedes tuvo que esperar más de un siglo. República, Guerra Civil y 40 años de dictadura franquista retrasaron ese gran sueño de Alfonso XII que 122 años después hizo realidad su biznieto, el Rey Juan Carlos I.

Tomado de www.elmundo.es

 

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