LECTURA: Una lección de historia para combatir el mito
A principios de este año (2020), el catedrático de la Universidad de Granada José Ramón Jiménez Cuesta impartió la conferencia «El mito del atraso científico español durante la Revolución Científica» en el Centro Artístico Literario y Científico de Granada. Un trabajo que se puede consultar vía online y sirve para desmitificar la corriente de opinión que sostiene que, coincidiendo con el inicio de la Revolución Científica, se produjo un atraso en España que condicionó su desarrollo científico hasta hoy. «España estuvo al día de los conocimientos científicos más relevantes en el siglo XVI y comienzos del siglo XVII y hubo personas que hicieron contribuciones decisivas que, por desgracia, han pasado desapercibidas o han sido intencionalmente olvidadas», defiende este catedrático como punto de partida de su ponencia.
Entre los campos cultivados en ese Siglo de Oro español, Jiménez Cuesta reivindica el valor científico de la Casa de la Contratación de Sevilla, fundada para formar a profesionales en astronomía, cosmografía, diseño de instrumentos de navegación y demás conocimientos necesarios para mantener abierta la travesía entre América y España. En palabras de este catedrático, esta institución del saber se «convirtió con el tiempo en una especie de Cabo Cañaveral de la Astronomía y el Arte de Navegar y un centro absolutamente receptivo a todas las ideas y conocimientos que llegaban de todas partes del mundo».
«Con el paso del tiempo, la hegemonía científica de Francia (país católico) o Inglaterra (anglicano) tiene que ver más con cuestiones económicas que religiosas»
Otro mito que este catedrático intenta desmontar en su trabajo es la idea de que España no entró en la Revolución Científica debido a su condición de país católico. «Este es un tópico sin fundamento. Lo único que podemos decir es que hay una correlación temporal entre la Revolución Científica y la Reforma Protestante. La reforma, se considera que comienza en 1517, prácticamente la misma fecha en la que Copérnico publica el “Comentarioulus”. Hubo grandes científicos católicos, Copérnico, Galileo, Pascal y grandes científicos protestantes o anglicanos como Kepler y Newton. Había científicos católicos en cortes protestantes y a la inversa. Con el paso del tiempo, la hegemonía científica de Francia (país católico) o Inglaterra (anglicano) tiene que ver más con cuestiones económicas que religiosas».
Tomado de www.abc.es