Los jóvenes vascos se emancipan menos pese a su mayor poder adquisitivo
La situación del mercado inmobiliario y del laboral hizo que el año pasado hubiera en Euskadi menos personas jóvenes emancipadas que en 2021, tan solo el 14,4 % del total.
Esta es una de las conclusiones del Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud de España que constata en el conjunto del Estado un estancamiento de la tasa de emancipación juvenil en el 15,9 %, la mitad que la de la Unión Europea -31,9 %-.
En Euskadi, con una tasa incluso menor, el precio medio de venta de las viviendas libres que recuperó los niveles de 2013, el endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación hipotecaria y que los alquileres alcanzaron máximos históricos (1.024 euros al mes) dificultaron aún más la emancipación juvenil.
El Consejo de la Juventud explica que aunque el poder adquisitivo de los jóvenes vascos era superior a la media estatal, resultaba «claramente insuficiente para poder afrontar en solitario la compra o el alquiler de una vivienda libre».
«Incluso con los ingresos de un hogar joven, superiores a los 30.000 euros al año, cualquiera de las dos opciones era inviable», apunta el Observatorio.
A finales del año pasado había menos jóvenes trabajando en Euskadi que en 2021 y donde más empleo se generó fue en las «ocupaciones elementales» (empleos no cualificados). Además, en Euskadi era más habitual que en el conjunto del Estado que una persona joven realizara jornadas a tiempo parcial, la mitad de las veces de manera involuntaria
En la víspera del Día de la Juventud, los datos del Observatorio de Emancipación sitúan la edad media de emancipación en 30,3 años y concluyen que tener estudios superiores e incluso trabajo, no es suficiente para acceder a una vivienda, comprada o de alquiler.
Ni con estudios ni con trabajo
El empleo no era suficiente para poder acceder a una vivienda, ya fuera comprada o de alquiler. Pese a que el salario medio de una persona joven subió un 4,6 % hasta 13.079 euros netos al año (o 1.089 euros netos al mes), el precio del alquiler lo hizo un 7,55 % (precio medio de 912 euros).
Por tanto, para pagar un alquiler en solitario un joven trabajador tendría que dedicar el 83,7 % de su sueldo, a lo que habría que sumar 141 euros de media de los suministros y servicios de una vivienda (como los recibos de agua, luz, gas, etc.), lo que absorbería su salario (96,6 % de su sueldo) y apenas le quedarían unos 40 euros para comer, ropa y ocio.
«Algo completamente inasumible», concluye el Consejo de la Juventud que atribuye esa situación a la falta de acción política y a la gran especulación en el mercado de la vivienda.
Los estudios superiores tampoco garantizaban poder emanciparse. Sólo el 22,9 % de los jóvenes con estudios universitario o de FP Superior se habían podido emancipar. Además, para los que no continuaba estudiando la tasa de emancipación era similar entre quienes tenían estudios superiores y entre quienes no los tenían.
Riesgo de pobreza
«Más de la mitad de los que se emancipan son mujeres y el 32 % lo hace en provincias distintas a las suyas», ha destacado el sociólogo Joffre López, durante la presentación del estudio.
En 2022, el 30,2 % de las personas jóvenes se encontraban en riesgo de pobreza o exclusión social; de los que tenían trabajo, uno cada 5 se encontraban también en esta situación, destaca el informe del segundo semestre de 2022 realizado con cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el Banco de España y Eurostat.
Tras dos semestres de ligeras subidas en la tasa de emancipación juvenil, en el segundo semestre de 2022 el porcentaje de personas jóvenes en España que vivían fuera del hogar familiar se estancó en el 15,9, al igual que la edad media estimada de 30,3 años.
Una de cada tres personas jóvenes que viven de alquiler se ven obligadas a hacerlo en una vivienda compartida.
«Las subidas en los precios del alquiler y la vivienda hacían que para una persona joven fuera imposible emanciparse sin sobreendeudarse», ha aseverado el sociólogo.
El alquiler medio de una habitación era a finales de 2022 de 282,19 euros, el 25,9 % del salario medio joven; la entrada de una vivienda se establecía en 49.852,20 euros, el equivalente a 3,8 años completos de sueldo de alguien que tuviera menos de 30 años.
Pese a que los contratos fijo discontinuos pasaron de 23.569 un año antes a 233.828, casi diez veces más, la tasa de paro de los jóvenes seguía siendo en 2022 mucho mayor que la de la población general: el 22,2 % frente al 12,9 %.
Tomado de www.deia.eus