Niños, adolescentes y porno (I)

No buscan el porno. El porno les encuentra

A pesar de que la pornografía no es sexo, el 30% de los niños y niñas aseguran que su introducción a la sexualidad ha sido desde el porno, siendo común el acceso a estos contenidos entre los 6 y 12 años. Los vídeos pornográficos -a los que acceden a través del móvil, las redes sociales e incluso videoconsolas- son cada vez más violentos y sádicos, y ello genera una distorsión de la percepción de la sexualidad que conlleva un grave riesgo de adicción y normaliza la violencia de género: el 88% de estos contenidos tiene en común la agresividad extrema hacia la mujer. También hay que tener en cuenta que los delitos sexuales múltiples ya se han incrementado en más de un 64% y, cuando se rastrea entre las posibles causas, las pantallas y la exposición a la pornografía con violencia extrema desde edades tempranas se perfilan como elementos clave.

Lo cierto es que hay una brecha generacional invisible muy peligrosa, ya que los padres y madres no acaban de entender cómo es el contenido que están consumiendo sus hijos. “El porno más sádico y violento que un hombre verá en toda su vida será de los 8 a los 17 años”, dice Marina Marroquí, educadora social especializada en violencia de género y autora del libro ‘Eso no es sexo’.

Recuerda que, hoy por hoy, es imposible escapar de la pornografía. “Los chavales no buscan el porno, pero el porno les encuentra. Empresas como Pornhub, que invierten en psicología y psiquiatría, tiene muy medidos los tiempos: quieren llegar a nuestros hijos de los 8 a los 12 años porque es cuando se construye el deseo y así vincularán la sexualidad a lo que han visto desde esa construcción de cimientos”.

Marroquí añade que el porno les da respuestas a preguntas que ni siquiera se han hecho aún, y que por eso es tan peligroso: “Antes de haber dado un beso en la mejilla o haberse preguntado qué les gusta y qué no, ya han visto setecientas violaciones, doscientas orgías y cien bukakes. Lo ven como un tutorial, pero en la era de la información están más desinformados que nunca”, lamenta la experta, que realiza talleres multitudinarios con adolescentes para explicarles que la pornografía no es sexo.

Tomado de www.elmundo.es

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