¿Por qué las niñas maduran antes que los niños?

Generalizar sobre si las niñas maduran antes que los niños es un tema controvertido y discutible, a pesar de que esta afirmación la hemos escuchado siempre en nuestro entorno, ya sea a nuestras abuelas, madres o a los profesores en el colegio. Y desde luego es por algo. Es cierto que el comportamiento de las niñas a partir de los 10 años de edad, en algunas circunstancias, pareciera que están más a la altura, como el hecho de ser más responsables de algún modo a un nivel emocional. Pero, ¿a qué es esto debido? Más allá de los estereotipos de género sobre las diferencias en la estructura del cerebro, basándonos en diferenciadores como “niño” o “niña”, que es un camino un tanto espinoso, lo cierto es que la comunidad científica ha revisado este asunto a nivel exclusivamente científico a partir de una investigación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años, y es precisamente en esta etapa, cuando se produce un mayor y continuo cambio cerebral. Tal y como asegura el estudio, publicado en el National Institutes of Health (NCBI), tanto hombres como mujeres, cuando nacemos, tenemos aproximadamente la misma cantidad de fibras cerebrales. Estas fibras crean una red que nos ayuda a aprender y desarrollarnos. En los ensayos, escanearon los cerebros de 121 personas de entre 4 y 40 años mediante resonancias magnéticas, y encontraron que algunas fibras cerebrales que unían regiones remotas del cerebro tendían a permanecer estables, mientras que otras conexiones más cortas, se eliminaron. ¿Qué significa esto?

En el informe ponen como ejemplo el mantener una conversación cara a cara con alguien en lugar de gritarle en una misma habitación con ruido y llena de gente. Así, en vez de perderse potencialmente el mensaje en la habitación ruidosa, con el cara a cara, el mensaje se recibe perfecto, porque es más directo. Esto traducido al lenguaje del cerebro, significa que cuando la cantidad de fibras se simplifica, transmiten información más enfocada directamente a la región del cerebro que necesitan apuntar; un proceso complejo de reorganización cerebral que pareció ocurrir antes en el cerebro de las niñas que en el de los niños.

El efecto del cerebro denominado Conecta y Dispara

Cabe destacar que, en la investigación, sugieren que no importa tanto si somos del género masculino, femenino, o intersexual, ya que durante la infancia nuestro cerebro atraviesa una importante reestructuración. Las conexiones en el cerebro que no se usan de manera regular, tienden a encogerse y evaporarse debido a la falta de uso, mientras que las redes neuronales que se utilizan con frecuencia se alimentan y sobreviven. Y esto se conoce como “conecta y dispara”, es decir, la denominada supervivencia de las redes neuronales más utilizadas.

En palabras de coautora del estudio, la científica Sol Lim, “Este proceso de poda selectiva, que ocurre antes en el cerebro femenino, al cual se le llama desprendimiento preferencial, preserva las propiedades centrales de la red cerebral que son cruciales para el procesamiento de la información y el desarrollo cognitivo”, dice. Así, y dados estos procesos cerebrales, los científicos llegaron a la conclusión de que el cerebro de las mujeres madura antes en ciertas áreas emocionales durante la infancia y la adolescencia.

¿Qué tan diferente es el cerebro de los hombres y el de las mujeres?

Los investigadores, además, creen que el cerebro de las mujeres tiende a tener más conexiones en los dos hemisferios del cerebro, y que, dada la reorganización anterior, hace que su cerebro se reorganice de manera más eficiente y, por lo tanto, alcance un estado más maduro para procesar el entorno.

Al final, ¿qué tan diferente es el cerebro de los hombres y el de las mujeres? Pues, quizás, la madurez también se encuentre en el cerebro del espectador, de quien escucha y emite a su vez los mensajes, entre otros muchísimos factores obviamente. Porque puede que no haya ni exista explicación al por qué los niños encuentran gracioso eructar u otro tipo de actos, y las niñas no. En cualquier caso, la ciencia apunta a una diferencia en la forma en que se desarrolla nuestro cerebro ¿Y quién puede discutir eso?

Tomado de www.elpais.com

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