DEBATE 96: ¡No soy una niña, mamá! (V)
Ya me cansé de que mi mamá me trate como a una niña. Tengo catorce años y me gustan todos los chicos de la escuela. Bueno, casi todos. Ya tengo, prácticamente, el cuerpo de una mujer. Bueno, tal vez me falta un poquito para serlo. Le puse un freno a mi madre. Fui práctica; les contaré qué fue lo que hice. Mi madre, el día de mi cumpleaños, acostumbraba a regalarme una muñeca, sin importar que su hija ya fuese una adolescente. Llegó el día de mi cumpleaños. Sabía que mi mamá me vendría a buscar a la escuela con la muñeca más grande de la juguetería. ¡Qué papelón!
-¡Hola, mi vida! ¡Feliz cumpleaños, tesoro! – me saludó mi progenitora- Te presento a tu nueva muñeca. Le he puesto nombre; se llama «Magui».
En ese momento, furiosa de rabia, agarre del brazo al primer chico que vi, sin importar que fuera lindo o un monstruo.
– Y yo te presento a Mauro, mi futuro esposo y padre de mis hijos.
Y de esa forma los problemas con mi madre terminaron.
Me ha llamado la atención y no me esperaba la reacción de la hija. Entendemos que la hija se avergüence de que su madre le regale una muñeca delante de todo su colegio en su 14 cumpleaños. Aunque tampoco tiene porqué actuar de esa manera.
Me ha llamado la atención y no me esperaba la reacción de la hija. Entendemos que la hija se avergüence de que su madre le regale una muñeca delante de todo su colegio en su 14 cumpleaños. Aunque tampoco tiene porqué actuar de esa manera.
Creo que en vez de haber reaccionado de esa manera, en casa le hubiese dicho a mi madre que parase de regalarme muñecas por mi cumpleaños.
A mi modo de ver, la reacción de la niña es exagerada. Si que es verdad que te avergüences cuando tu madre te regala una muñeca delante de tu colegio, pero en vez de haber reaccionado así, debería haber hablado con su madre. Hablando la gente se entiende.
Por otra parte, los padres siempre nos mirarán como niños pequeños (para ello siempre lo seremos) y más a esa edad. Una charla podría haber solucionado ese problema..
Coincidiendo con mis compañeros, la reacción de la hija es claramente exagerada. No podemos llevar las cosas hacia el extremo si queremos acabar con un problema por o que la mejor solución es siempre hablar las cosas.
Me ha llamado la atención este texto y no me esperaba para nada la reacción de la hija, me ha dejado totalmente sorprendida, me parece una exageración. No me parecen formas de decirle a su madre que le avergüenza, lo más adecuado es hablarlo tranquilamente, aunque siempre las madres a sus hijos les vean como sus pequeños, lo acabará entendiendo, es normal que a una cierta edad ya no sea plato de buen gusto. Al hablar se aclaran las cosas y si no se habla ni se tratan este tipo de temas, seguirá haciendo lo mismo de manera inconsciente.
Me parece un acto de rebeldía claro de la hija, la cual quiere dejar de ser niña y dejar atrás esas muñecas, para ser una adulta,pero…¿Realmente lo es? La contestación de ella es inmadura y demuestra a su madre que no lo es.
Hay maneras y maneras de hablar las cosas con los padres, esta claramente no lo es, y mas si lo que quieres es que te tomen como un adulto, al igual que a esta niña.
De verdad que ha sido una reacción demasiado exagerada, me ha impactado bastante lo que ha hecho la hija. Tras ver esa actitud yo no consideraría a la hija tan mayor como seguramente ella se considere, y lo que debería haber hecho es hablar con su madre explicándola que le molesta que le regale una muñeca por su cumpleaños, ya que no sigue siendo un niña. En mi opinión, así lo podría haber arreglado de una forma mejor.
Coincido con muchas de las opiniones que se han dado sobre este texto. Simplemente, me parece una reacción exagerada. Pudiendo hablar las cosas con tranquilidad y sobre todo con mucha sinceridad, veo innecesaria la reacción de la niña, ya que seguramente su madre al no saber su opinión lo hacía con la mejor intención posible.
¿De verdad que es «exagerada» la postura de la hija?… ¿Seguro que la madre no sabe más que de sobra la realidad emocional y de edad de su hija?… ¿Es tonta la madre?… ¡Un poco blandengues vuestros comentarios!
Al igual que los comentarios anteriores concuerdo en que la reacción de la niña es exagerada y en que a la larga será mil veces más humillante que el hecho de que su madre le regalará una muñeca, del mismo modo veo que la madre tendría que comprender que con 14 años su hija ya no quiere muñecas.
Por todo ello opino, que se habría solucionado si ambas hubieran hablado y aclarado ciertos puntos al respecto.
La reacción de la niña es exagerada e impulsiva. Es cierto que la madre le regalaría la muñeca con las mejores intenciones. Pero deberían hablar para ponerse de acuerdo. Todo se solucionaría. Y la madre se daría cuenta que aunque su hija siempre sera su pequeña, cada vez es una pequeña más grande.
A mi modo de ver, hay que hablar las cosas para que cambien. Si la hija antes de su cumpleaños hubiera prevenido a su madre de que este año no quería una muñeca porque ya es demasiado mayor, la madre no habría hecho ese regalo. No estoy de acuerdo con la actutid de la niña, ya que sin querer o no ha dejado a un familiar, en este caso su madre, en ridículo delante de todos sus amigos. También es verdad que la reacción de la niña es exagerada.
Comprendo que se averguenze de su regalo a su edad pero no debe actuar de esa manera.
Habla Sandra de que la «madre ha quedado en ridículo delante de todos sus amigos». ¿Podemos aplicarlo, también, a la hija?… ¿Es posible que ambas actitudes reflejen una evidente falta de diálogo entre la madre y la hija?…
Al ver el título de este texto he pensado en la etapa por la que pasamos todos, de dejar de ser niños a convertirnos en mayores. No me imaginaba que la hija reaccionase de esa manera. Si no nos gustan las cosas que nos dicen las personas mas cercanas a nosotros hay que dialogar con ellas para que se solucionen. Siempre en algún momento de nuestra vida nos han dejado en ridículo pero en mi opinión no hay que reaccionar de ese modo. Si la hija, viendo cercana la fecha de su cumple le hubiese comentado algo a su ama, ninguna de esas dos reacciones habrían ocurrido. Por lo que pienso que en esas edades, lo mejor es dar a entender lo que sentimos y lo expresemos.
En mi opinión, la madre debería ser más consciente de la edad y las inquietudes de su hija de catorce años. A veces, cuando uno no quiere ver la realidad de lo que tiene alrededor, es necesario actuar de forma contundente para «despertar». En ocasiones actitudes como las de la madre no dejan «crecer» a los hijos y les perjudican más que les benefician. Ha de tratarla como una persona que una persona de 14 años al igual que la hija tiene que ver a su madre como una adulta.
Parece que la hija nunca había hablado sobre ese tema con su madre, pero en cambio sabía que el día de su cumpleaños le regalaría un peluche («sabía que mi mamá me vendría a buscar a la escuela con la muñeca más grande de la juguetería») , pero dejó que ocurriese. Eso, a mi juicio, es obrar de mala fe. Buscó solucionar su problema a costa de hacer daño a su madre. ¿No hay otra manera de solucionarlo? Y encima contenta, «y de esa forma los problemas con mi madre terminaron». Nada más que añadir…
En mi opinión, la niña tiene un sentimiento de independencia algo impropio en su edad. Es verdad que ya es mayor para que su madre le siga regalando muñecas el día de su cumpleaños, pero la reacción que toma me parece un tanto exagerada. Dudo mucho que a los 14 años haya madurado del todo, física y mentalmente. Por tanto, creo que ninguna de las dos está acertada en la acción.
Bajo mi punta de vista, la niña no actúa correctamente ya que la madre lo único que busca es darla una sorpresa y hacerla un poco más feliz el día de su cumpleaños. Ante tal situación, nos guste más o menos el regalo o sorpresa nos debemos mostrar, al menos, agradecidos. La intención de su madre para nada era la de ridiculizarla o avergonzarla.
En mi opinión, este es un claro ejemplo de las nuevas generaciones. Las cuales quieren sentirse y ser tratados como adultos y no disfrutan su infancia ( cada vez más niños piden antes un móvil que un jueguete por su cumpleaños ). Por eso creo que la chica debió haber sido más considerada y respetuosa con su madre, porque esos temas se tienen que tratar en casa. Como bien dice el refrán: » a caballo regalado no le mires el diente «.
Bajo mi punto de vista, creo que la niña noha actuado de forma correcta en cierta parte. Si sabe que todos los años hace eso, tendría que haber hablado con ella antes de su cumpleaños, que como bien han dicho mis compañeros, «hablando se entiende la gente».
Aún así, creo que tanto la madre como la hija han quedado un poco en ridículo, y si a mi me hubieran hecho eso creo que hubiera reaccionado de la misma manera que la niña, entonces en parte la entiendo…
Para nuestros padres siempre seremos sus «niños», aunque tengamos 40 años, y eso es así.
Pues yo no coincido con muchos de mis compañeros. Pienso que la actitud de la niña por una parte puede que haya sido inmadura, pero no creo que haya sido exagerada, quizás a mi con catorce años no se me hubiese ocurrido realizar ese acto delante de mi madre, ya que ni ahora con diecisiete me atrevería… Solo por respeto hacia ella, no quiero ni imaginar la cara de la madre y supongo que la charla correspondiente de después. Pero deberíamos también valorar como se sentiría la niña para llegar a hacer eso delante de su madre. Sin duda yo le hubiese hecho ver como la niña que ya ha crecido, pero lo haría de otra forma.
¿A quien no le trata todavía su madre como una niña? Al fin y al cabo siempre vamos a ser sus niñas… Cuesta asumir que un hijo se hace mayor y permitirles cada vez más. Así que, la postura de la madre sin duda también es entendible.
Desde luego, el asunto aquí es la falta de madurez.
Obviamente la actitud de la niña no es la correcta, ya que podría haber comunicado a su madre que ya no le hacía ilusión recibir una muñeca por su cumpleaños. Pero no hay mucho que juzgar en este caso ya que no es consciente de lo que supone lo que dice.
Respecto a la madre, creo que quizás debió de haberse dado cuenta de que ya no era la edad para regalos como ese.
Creo que todos hemos tenido en algún momento de nuestra vida alguna situación semejante. No me refiero a que nuestra madre nos traiga una muñeca al colegio como regalo de cumpleaños, sino a que haya actuado como si todavía fuésemos unos niños y nosotros no nos sintiéramos así. Creo que a las madres les cuesta pensar que sus hijos están creciendo y muchas veces no actúan de manera apropiada para la edad de los hijos. Pero pienso que la actitud de la hija no ha sido la adecuada. Por muy agobiados o incluso ridiculizados que nos podamos sentir esa no es la solución, creo que la hija debería haber tenido un poco más de tacto y hablarlo con su madre antes de ser tan impulsiva. Al fin y al cabo es su madre y siempre debemos tener con ellas algo más de paciencia que con los demás.
Tras haber leído el texto, creo que todos hemos sentido lo que ha sentido la chica de catorce años. A algunas madres les cuesta aceptar que sus hijos se están haciendo mayores pero no por eso esta chica debía de comportarse así. Si no quiere que su madre le trate como una niña debería haber hablado con ella. Estoy segura de que su madre lo habría comprendido perfectamente.
Me ha llamado mucho la atencion una cosa. La niña quiere aparentar ser una adolescente y mostrar su madurez, pero en el momento en el que tiene que demostrarlo la pifia. No me parece correcta la actitud de la hija, ya que estoy seguro de que su madre no lo haria para dejarla en ridículo. Tampoco apoyo la decision de la madre de ir al colegio con la muñeca, pero por otra parte la entiendo ya que es su hija y solo quería verla feliz. Creo que les falta tener comunicación entre ellas, algo que suele ser normal en esas edades.
No me puedo imaginar la cara que tuvo que poner el chico al que agarró, debió haber pasado un mal trago.
Está bien lo que dice Lydia sobre la «paciencia que se debe tener con las madres»… Siempre he pensado que el mundo avanza lo que avanza por la persistencia y empeño que ponen las mujeres en ello.
De acuerdo con mis compañeros en la falta de madurez de la niña, ya que las cosas se deben hablar en casa y por lo tanto se deben quedar en casa. Las madres han de ser conscientes de que crecemos y que vamos cerrando etapas, pero es algo que cuesta asumir ya que siempre seremos los niños de sus ojos tengamos 14 o 30 años.
Creo que se podía haber solucionado muy fácilmente, ya que la hija decía saber lo que iba a ocurrir, por lo tanto , si le hubiese dicho a su madre que no era lo más acertado , hubiesen llegado a un cumpleaños más feliz.
Coincido con mis compañeros en que la reacción de la niña fue exagerada. Ella ya sabía que su madre siempre le regalaba una muñeca por su cumpleaños, así que si no la quería, ¿por qué no se lo dijo a su madre? Esto podría haberse evitado perfectamente, así que es culpa de la niña si no lo hizo. Me da la sensación de que si no habló con su madre fue porque quería darle esa mala contestación e incluso hacerle daño.
La reacción de la niña al coger del brazo al chico y decir que era su futuro esposo es claramente infantil, y aunque lo que pretende es parecer «mayor», solo está quedando en evidencia. Entiendo que de rabia que los padres nos traten como si fuésemos más pequeños, pero con rabietas como estas solo se demuestra que no merecemos que nos traten como adultos.
Con catorce años aún solo se es un chaval, y alguien de catorce años que le exige a sus padres que le traten como a un adulto, solo está demostrando que aún es inmaduro.
Este caso no me sorprende, porque es muy habitual que las relaciones entre adolescentes (o preadolescentes) y los padres se dificulte en esta etapa. Los padres no saben en que momento dejan de ser niños sus hijos, ademas, es algo duro de afrontar para ellos. Aunque hay muchas formas de que los hijos se puedan expresar, siempre desde el respeto. Para ello es imprescindible una buena relacion de confianza con sus progenitores, de ese modo entablar una conversacion (lo cual seria la mejor solucion) es mucho mas facil. En ese caso lo que ha hecho la niña me parece un desproposito y una falta de respeto hacia su madre, quien cree estar haciendo lo que mas feliz hace a su niña. Todos nos equivocamos, sobre todo las madres en esas edades, pero hay que intentar llevarlo de la mejor forma posible.
Sinceramente, siento que los comportamientos tanto de la madre como de la niña han sido normales, puede que algo exagerado la manera de demostrarlo pero completamente cotidianos.
Por una parte, la madre lo único que desea es que su niña siga siendo su bebé, ella cada año le regala una muñeca con la esperanza de que siempre se la aceptará y no se irá de su lado. Este es un sentimiento y miedo que un gran número de madres lo tienen, algunas lo expresan otras simplemente no lo dicen pero todas tienen ese miedo de que su hij@ crezca y se vayan de su lado.
Por otro lado, está el comportamiento de la hija. Al igual que la madre, pienso que es una conducta normal entre los adolescentes, están en una época de su vida que ni son niños ni adultos. Algunos siguen queriendo ser niños mientras que otro desean ser cuanto antes adultos.
Lo único que me parece mal de todo esto, es que la hija tenía otras maneras de decirla a su madre que la dejara de tratar como a una niña. Creo que confiando y hablando con la madre habría reducido el impacto y sufrimiento a la madre.