El cachito de Bizkaia que está en Burgos y no sale en los mapas

Un cachito de Bizkaia descansa en mitad de Las Merindades de Burgos. Se le conoce como la Cerca de Villaño, tiene apenas media hectárea de extensión y, aunque está emplazado en San Martín de Losa, es al menos desde el siglo XV jurisdicción privativa de Orduña. Pero el enclave es tan pequeño que, como dice una canción popular, «no se ve en el mapa». De hecho, la última actualización de la cartografía 1/5000 del territorio realizada por la Diputación no da fe de su existencia. ¿La razón? «Se desconocen los límites del citado enclave, y hasta el momento no se ha conseguido información relativa a ellos», apuntaban hace apenas un mes desde la institución foral en respuesta a una pregunta del apoderado del Grupo Mixto, Arturo Aldecoa.

La situación no es nueva. El pequeño núcleo, cuyos moradores gozaron de las prerrogativas del Fuero de Bizkaia, nunca ha aparecido sobre plano. Entre otras cosas porque ni siquiera el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Orduña contempla dichos terrenos, según trasladaron los responsables forales a Aldecoa el pasado año.

Pero al juntero vizcaíno no le valen estas explicaciones. De hecho, afirma, el propio Archivo Foral guarda una primera acta del año 1778 que da cuenta de «la visita, reconocimiento y posesión por la Justicia y Regimiento de la Ciudad de Orduña de los mojones –inicialmente 17, aunque han ido desapareciendo– que deslindan el término de la cerca de Villaño en jurisdicción privativa de dicha ciudad». Un acto que históricamente el alcalde y los concejales del municipio vizcaíno acompañados de pregonero y txistularis tenían la costumbre de celebrar, publicando un bando al respecto. Había que cuidar el buen estado de los hitos y comprobar que no hubiesen sido removidos de su situación original, y así fue, al parecer, hasta 1951.

Ruinas de la casa de la partera. La cerca se extiende a la derecha. E.C.

La casa de la partera

No es la única referencia curiosa sobre la cerca, que figura en la guía de núcleos de población de España como «un enclave despoblado de Orduña». Cuentan que sus vecinos gozaron durante siglos de los mismos privilegios que los vizcaínos, y el Fuero se aplicó sobre los allí nacidos, por ejemplo, respecto al servicio militar. De ahí que durante muchos años las mujeres del cercano pueblo de Villaño y otros de los alrededores fueran a dar a luz al pequeño núcleo para que sus hijos se vieran libres de aquella obligación.

Esta práctica, que llegó a ser cotidiana en la época, acabó dando nombre al edificio, que se conocía y aún se conoce como ‘la casa de la partera’ o ‘la parturienta’. El inmueble todavía permanece en pie, aunque a día de hoy es una completa ruina.

El apoderado del Grupo Mixto se resiste a que la cerca de Villaño «caiga en el olvido». De hecho, lleva desde 2015 trasladando a las Juntas Generales distintas iniciativas que tienen por objeto blindar la memoria de este enclave localizado en Burgos, 9 kilómetros al oeste del núcleo principal de Orduña. Un caso similar al de Villaverde de Trucíos, territorio cántabro en suelo vizcaíno. «Es un tema de historia y también es de derecho, no hay por qué renunciar a aquello que es nuestro», defiende.

Aldecoa lamenta «la dejadez» que, en su opinión, muestra la Diputación respecto a este asunto. «Si esto fuera una islita en el límite, por ejemplo, de Bizkaia y Cantabria, aunque tuviera 200 metros cuadrados, seguro que lo defendíamos con uñas y dientes», expone. «Y si al Ayuntamiento de Orduña y la institución foral no les interesa, que me lo regalen».

Tomado de www. elcorreo.com

 

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