Estas son las carreras universitarias con mayor tasa de abandono en el primer curso

El rendimiento medio de los alumnos que cursan grados universitarios (es decir, el número de créditos superados entre el de créditos matriculados) ha descendido hasta llegar al 77,4 por ciento en el curso 2021/2022. Se trata de una reducción de más 7 puntos en comparación con los dos cursos anteriores (es decir, el 2020-21 y el 2019-20), lo que sitúa el rendimiento de los estudiantes en niveles anteriores a la pandemia.

Es una de las conclusiones del informe publicado este mes por el Ministerio de Universidades, ‘Indicadores Universitarios de Rendimiento Académico’. Como han apuntado diversos estudios centrados en la educación no universitaria hubo flexibilización de los profesores a la hora de poner las notas de los estudiantes durante la pandemia. El informe del ministerio de Joan Subirats viene ahora a reconocer que esta situación también se produjo, como era de esperar, en el ámbito universitario.

Así lo confirma, de hecho, el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, en conversación con ABC. «Hacer un análisis teniendo en cuenta solo una causa es difícil, pero tiene pinta de que es lo que ha pasado; se ha vuelto a una situación normal, tanto para los profesores como para los estudiantes. Aquel fue un momento de emergencia y no hubo más remedio que adaptarse y cada uno lo hizo como pudo. Es evidente que las clases no fueron las mismas y el proceso de aprendizaje tampoco. Por lo tanto, es lógico que no se fuera muy exigente en ese momento», zanjó Pingarrón.

«Es mejorable»

Esta tesis también es compartida por Ismael Sanz, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos. «Parece que hubo flexibilización como también ocurrió en el ámbito no universitario; el porcentaje de créditos superados entre el número de créditos matriculados ha retornado a los niveles previos a la pandemia, e incluso está un poco por debajo a los niveles anteriores», analiza Sanz. Postura que también confirma Antonio Cabrales, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III: «Lo más probable es que en la universidad se abriera la mano, combinado con el hecho de que era relativamente fácil copiar». Pingarrón reconoce que «sería deseable que el rendimiento fuera más alto y el sistema está trabajando en eso. El 77,4 por ciento es razonable viendo que, excepto los años de la pandemia los porcentajes han sido muy parecidos, aunque sí es mejorable», apunta.

Por tipo de enseñanza (presencial u online), como apunta el informe, la tasa de rendimiento es casi la mitad en los grados online de las universidades públicas que en los grados presenciales de esas mismas universidades. Si, por otro lado, se comparan estos tipos de enseñanza en los máster, en el curso 2021-2022 las tasas de rendimiento están igualadas entre las presenciales y no presenciales: 88,6 y 87,1 por ciento, respectivamente, después de los descensos observados en este último curso. En este sentido, Sanz señala que «cuando pagas una matrícula elevada, como en los máster entonces sí que el alumno se obliga a estudiar aunque este sea online». «La tendencia de los máster es parecida a la de los grados, sin embargo, siempre el rendimiento en los másteres es superior porque es gente más formada», opina Pingarrón.

Tasa de abandono

El informe del ministerio también arroja datos interesantes sobre la tasa de abandono en el sistema universitario. Así, hace un desglose de esta tasa en el primer año, es decir, el porcentaje de alumnos que no se matriculan en ningún estudio universitario oficial de ninguna universidad española durante dos cursos seguidos ni se titulan. Entre los alumnos del curso 2019-2020, alcanzó 11,7 por ciento, reduciéndose hasta el 7,0 por ciento en universidades presenciales.

En universidades presenciales, el abandono es más frecuente en hombres que en mujeres en todos los ámbitos, oscilando en varones entre el 13 por ciento de agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y veterinaria y el 4,6 por ciento de salud y servicios sociales. En total (sin desglosar por sexo), las mayores tasas de abandono se dan en agricultura, pesca y veterinaria; artes y humanidades e ingeniería.

También hay diferencias en el abandono respecto al tipo de enseñanza. «Hay menos abandono en las presenciales que en las online porque el grado de compromiso a nivel presencial es mayor. Pero además, una parte importante de los estudiantes que cursan a distancia tiene otro tipo de obligaciones y dispone de menos tiempo; no todo el que cursa online lo hace porque quiere sino porque no tiene disponibilidad de tiempo y eso requiere mayor esfuerzo», analiza Pingarrón.

Sanz, por su parte, apunta a que hay menos abandono en los estudios presenciales que en los online porque en los cursos presenciales te comprometes más, acudes más a clase, te obligas más, por decirlo de alguna manera. En cambio, en los grados universitarios online, tienes que tener mucha perseverancia, motivación, capacidad de atención y disciplina para terminarlo». Cabrales, por otro lado, opina «que el grado online debe estar dominado por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), y ahí se matricula mucha gente con bajo nivel de motivación o poco tiempo que sobrestima su capacidad de estudiar, y claro, hay mucho suspenso».

En el caso del máster «solo va la cuarta parte de estudiantes, probablemente los mejores y con las cosas más claras suspenden menos. En el caso de los máster online también hacen más esfuerzo por acomodar al estudiante y vigilarlo». Respecto a la tasa de abandono en universidades presenciales, tras realizar un seguimiento después de tres años por comunidades autónomas, «se pueden observar notables variaciones entre los mayores niveles de Canarias y de Baleares y los más reducidos de Madrid (10,8 por ciento), País Vasco (11,8 por ciento) y Extremadura (11,9 por ciento)», señala el informe.

Tomado de ww.abc.es

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