¿De dónde viene Halloween y por qué se celebra?

El origen de Halloween proviene del antiguo festival celta Samhain, una celebración que marcaba el final del verano y el inicio del invierno. Los celtas creían que, en esa noche, la frontera entre el mundo de los vivos y los muertos se desdibujaba, permitiendo que los espíritus regresaran a la Tierra. Para protegerse, encendían hogueras y se disfrazaban con máscaras para ahuyentar a los fantasmas.

Con la expansión del cristianismo, el 1 de noviembre fue declarado como el Día de Todos los Santos (All Hallows’ Day), y la noche anterior pasó a conocerse como All Hallows’ Eve, que con el tiempo se transformó en “Halloween”. Esta mezcla de tradiciones paganas y cristianas dio lugar a la festividad que conocemos hoy.

Más que miedo: una fiesta cultural

En la actualidad, Halloween se ha convertido en una celebración global, especialmente popular en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y, cada vez más, en España. Las calles se llenan de niños disfrazados pidiendo caramelos con el famoso “truco o trato”, mientras los adultos organizan fiestas temáticas, decoran sus casas con calabazas talladas —conocidas como jack-o’-lanterns— y disfrutan de maratones de películas de terror.

Además de su componente lúdico, Halloween también refleja una fascinación cultural por lo sobrenatural y lo desconocido. Es una oportunidad para explorar el miedo desde un lugar seguro y divertido, y para conectar con tradiciones ancestrales que siguen resonando en la sociedad moderna.

 

NOTA: ¿Fiesta cultural o puro anticristianismo?… ¡A pensar!

 

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