DEBATE 2: «Comportamientos juveniles»
DAVID S. OLABARRI. Tomado de elcorreo.com
EL CORREO ha querido acercarse a un drama que viven en silencio decenas de familias vizcaínas, «sin saber el alto grado porcentaje de éxito» del programa de intervención. Carlos, Ana e Iker -nombres ficticios- ponen la cara y los ojos a un problema que muchas personas tienden a relacionar «erróneamente» con la pobreza y los hogares desestructurados. En este caso, el conflicto estalló en toda su dimensión pocos meses después de la separación de los padres, pero llevaba tiempo latente.
Iker es un chaval al que «nunca le había faltado de nada». Estudiaba en un colegio privado de Bilbao, vestía ropa de marca y se iba con sus amigos a hacer snow siempre que quería. Desde que era muy pequeño ya gozaba de un «amplísimo margen de autonomía» y con solo 8 años ya tenía su propio juego de llaves. Los padres -dos jóvenes licenciados «con trabajos bien remunerados»- trataban de «llegar a acuerdos» con su hijo desde que era muy pequeño y apenas le imponían deberes. Iker, en definitiva, creció en un ambiente «muy permisivo».
Tras el «doloroso» divorcio de sus padres, el joven se quedó a vivir en casa con su madre. Los roces en la convivencia «se agudizaban día a día» y las discusiones eran frecuentes. Los fines de semana se quedaba con su padre. Y con él «no había problemas». Sobre todo, porque entonces «no tenía ningún tipo de regla que cumplir». Por aquel entonces, el padre estaba «más pendiente de volver con su expareja» que de las necesidades de su hijo. «Le dejaba hacer absolutamente todo lo que quería y no había posibilidades de conflicto», explican los técnicos que trataron a la familia.
Una tarde, Ana llegó a casa después de trabajar. Encontró a su hijo fumando porros en la sala de estar con un montón de amigos. No era la primera vez. Cuando se marcharon, le dijo que estaban trayendo demasiada gente a casa y que también ella necesitaba su espacio. Iker explotó empujado «por la ira». Se puso agresivo, le empezó a insultar y se enzarzaron en una discusión en la que el chaval acabó arrojando una silla a su madre, a la que también propinó varios empujones. «¿Quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer? Deja de rayarme, imbécil», le espetó.
Aquel suceso, que se sumaba a otros altercados en los que su Iker había llegado a coger un cuchillo en plan amenazante, terminó de convencer a Ana de que necesitaban ayuda. Tras meditarlo mucho, optó por no poner una denuncia en la Ertzaintza, pero decidió acudir a los servicios de atención de la Diputación. La madre tenía miedo de su propio hijo y no ocultaba su impotencia por no haber conseguido reconducir la situación. Pero lo que más sorprendió a los trabajadores que les atendieron las primeras veces fue que, para ella, el principal problema no eran las agresiones ni los insultos cuando se negaba a darle más dinero. Lo que realmente le preocupaba era que el chaval «no hacía nada ni en casa ni en el colegio». «Sorprendía la frialdad con la que se expresaba», relata uno de los técnicos.
Al principio, Iker se mostró muy reacio a participar en el programa, en el que también se incluyó a Carlos y Ana para realizar un tratamiento integral. «No estoy loco», repetía. Uno de los educadores fue ganándose su confianza y, poco a poco, comenzó a participar en las sesiones. Fue entonces cuando empezaron a aflorar las emociones que, «sepultadas por años de ira acumulada», se mostraba incapaz de verbalizar. Cuando los técnicos le preguntaron por qué pegaba a su madre, Iker confesó que no les veía como a sus padres, que tenía muchas cosas, pero que sentía que no se ocupaban de él. «Ya tengo muchos amigos», decía.
Al mismo tiempo que expresaba lo que pasaba por su cabeza, Iker «tocó fondo». Comenzó a sentirse «culpable» por todo lo que había hecho. Sobre todo, por haber agredido a su madre. Los padres, que durante mucho tiempo creyeron que el problema sólo era del adolescente, también se sorprendieron al ver las «carencias afectivas» que expresaba su único hijo.
Con el tiempo empezó a percibir que las cosas mejoraban con sus padres. Los conflictos no desaparecieron de golpe. Pero con el paso de las sesiones, que duraron más de un año, «se hicieron más espaciados» en el tiempo. «Iker empezó a asumir que la autoridad en casa correspondía sus padres y estos entendieron que un chaval de 17 años necesita límites», explica uno de los educadores del programa.
Después de la terapia, el servicio de la Diputación incluye también un periodo de supervisión en el que también participa la familia al completo. Se trata de comprobar la evolución del tratamiento y de los objetivos que se han planteado. En el caso de esta familia bilbaína, la certeza que estaban preparados para dejar las sesiones llegó casi dos años después, cuando un técnico les preguntó por la convivencia tras un mes sin pasar por el servicio foral: «Muy mal, ayer Iker no fregó los platos», respondió la madre.
Se inicia un nuevo DEBATE
Estoy de acuerdo en que muchas veces se cree que la reveldia de un adolescente es solo causado por la edad que atraviesa y no siempre es asi. Ahora los padres ya no quieren tener el papel de padres y quieren tener el de amigos a pesar de que es necesario que el joven tenga un modelo de autoridad en su vida que no puede ser otro que los padres. Porque ha quedado demostrado que si no se ponen unos limites a un joven y este no siente que sus padres se preocupen por él estas carencias salen a la luz con el paso del tiempo. Es normal que con el paso del tiempo las formas de educar a los hijos cambien y halla quedado atrás el padre autoritario y que castiga por todo. Pero tampoco es aceptable ni sano para el hijo el padre amigo. En mi opinión se debe encontrar un término medio entre estos dos modelos.
Para empezar, por lo que se da a entender en el texto, Iker es hijo único. En mi opinión (tampoco siempre, no generalizo), los hijos únicos suelen caracterizarse por ser más egoístas y caprichosos que otros que tengan hermanos/as con los que compartir. Si a esto sumamos el aliciente de tener unos padres con el «síndrome de superpapás» que (muy probable, inconscientemente) ignoran a su hijo y piensan que ofreciéndole un alto nivel de vida suplen las necesidades afectivas, el resultado es un futuro adolescente con problemas.
Además, los padres que se divorcian no deberían por esto intentar compensar a su hijo cediendo a todas sus exigencias, sino pasar tiempo con ellos, apoyándoles, ya que un divorcio no suele ser agradable ni para los padres ni para los hijos.
Los padres deberían sentarse con su hijo a hablar del problema (y no creer ingenuamente que la culpa es únicamente del joven, porque realmente ellos han sido los que han condicionado esa actitud en su hijo), e intentar suplir sus carencias afectivas con comprensión, apoyo y cariño.
Estoy totalmente de acuerdo con las dos opiniones anteriormente mostradas por parte de Alba y Ainhoa.
Yo pienso que la clave está en los límites. No sé por qué pero siempre tendemos a pensar en posiciones extremistas y opuestas y creemos que las cosas tienen que ser blancas o negras.
Eso no es así; la clave de todo es el témino medio las cosas en exceso o en este caso en posición extremista nunca son beneficiosas.
Por tanto, mi conclusión es que la educación de los padres no debe ser ni autoritaria ni de amistad como un amigo más; tiene que ser una relación estrecha que se base en la confianza pero con unos determinados límites bien especificados y aclarados de los cuales ambas partes sepan (tanto padres como hijos) que de ahí no se puede pasar.
Y por último, algo que también es muy importante dejarle claro al hijo que pase lo que pase y sea lo que sea sus padres siempre van a ser sus padres, de manera que nunca pueda llegar la confusión que le llegó a Iker (pensando que sus padres eran unos amigos más).
Desde mi punto de vista la actitud tomada por Iker viene dada por una serie de carencias afectivas que han intentado ser suplidas por objetos materiales y tambien por la excesiva permisividad lo cual a provocado actos intolerables en este chaval vizacino.
Lógico es, que la separacion de unos padres haya sido un acontecimiento duro en la vida de Iker, pero en este momento es cuando los respectivos progenitores deben coger el toro por los cuernos, es decir deben de aportar a su hijo un gran apoyo psicologico continuo además de ayudarle a racionalizar la situacion la cual esta viviendo. Ya que, considero que los diferentes actos deleznables protagonizados por Iker, han sido provocados por un cúmulo de frustraciones las cuales a su vez han sido provocadas por el escaso entendimiento que tenia de la situacion, con esto podriamos llegar a la conclusion de que el diálogo y comprensión juegan un papel muy importante en este tipo de casos(al igual que en otros muchos). .
Una vez más queda reafirmada la escasa eficacia que tendria un padre-amigo, el cual no afronta este tipo situaciones de forma adecuada. Considero que o se es PADRE o se es MADRE, y todo tipo de derivaciones como la de «padre-amigo» simplemente me parecen una triste confusion de conceptos. Ya que un amigo cumple sus funciones al igual que un PADRE o MADRE cumple las suyas pero creo que con el simple echo de ponernos a comparar los diferentes roles que ejercen, deberia uno de darse cuenta de que hay pequeñas similitudes y grandes diferencias y que por lo tanto un PADRE es un PADRE y no es una persona con la que salgamos a trasegar , al igual que un amigo no es una persona que nos vaya a brindar la oportunidad de tener unos valores y una ética adecuada.
Desde mi punto de vista, Iker de pequeño era un «chaval» que gozaba de privilegios de sus padres desde pequeño. í‰stos le
daban todo lo que pedía y quizá eran demasiado permisivos ya
que no le ponían casi ningún límite en su vida. Era un joven
mal acostumbrado que, poco a poco, y sin sus padres saberlo,
iban creando un individuo soberbio, chulo, inconformista y
capaz de hacer cualquier cosa para salirse con la suya. Desde
siempre había tenido de todo: dinero a cualquier hora, viajes
con sus amigos, ningún control el los estudios… ,es decir,
un niño consentido y mal educado.
Su personalidad se empezó a aflorar en el momento de la separación de sus padres. Cuando vivía con su madre, notaba que le faltaba todo aquello que el consideraba que debían dárselo obligatoriamente, como si el rol de padre/madre se basase solamente en proporcionarle sus caprichos. En el momento en el que Iker percibe que se le están quitando sus derechos de hijo (mal entendidos), éste estalla en una conducta agresiva e insultante. Sin embargo, en el momento que convivía con su padre, sentía que todo lo tenía y la despreocupación del padre le gustaba ya que podía hacer lo que le diese en gana sin ningún tipo de castigo.
Como se ve en el artículo, Iker perdió el control en una situación en la que la madre le vio fumando porros con sus amigos. Diversos estudios han demostrado que uno de los efectos secundario de esta droga es la agresividad y la pasividad con tus familiares. Si le quitan un caramelo a un bebé, llora. Si Iker no conseguía dinero para drogarse, agrede.
Otro factor que ha podido influir en la personalidad y la conducta de Iker, es la permisividad y la despreocupación de sus padres desde que era un crío. La educación que le han dado derivó en todos estos comportamientos y en que él viese a sus padres, no como padres, sino como unos amigos e incluso ni eso. Para él eran unas personas cuya función era adaptarse a sus exigencias, da igual si buenas o malas, pero las tenían que cumplir.
En mi opinión, estoy totalmente de acuerdo con Alba. Como ya he mencionado antes, cuando eres pequeño estas conductas puede que no salgan a la luz pero una vez que pasa el tiempo van aflorando y pueden llegar a hacerle incontrolables, como en este caso.
En mi opinión, íker (y como él muchos) se ha criado en un ambiente de total libertad. Y, lógicamente, es muy complicado poner límites cuando nunca los ha habido.
Ainhoa, ¿a qué te refieres con el término «super-papás»?
Uso ese término para padres de dos tipos, pero aquí me refiero a los que como éstos creen equivocadamente que dándole a su hijo todos los caprichos son los mejores padres del mundo y que ya han cumplido.
Estoy absolutamente de acuerdo con la forma en que ha utlizado ainhoa el término super-papás. ¿De veras creen que dando mas libertad son mejores padres? Ser buen padre no consiste en permitir y permitir. Quizás tampoco en reprimir y reprimir. La clave(como en todo en esta vida) está en el término medio.
Pero el caso de Iker no es el único. Quizás sea mas sonado porque la situación ha llegado lejos, han llegado a las manos y a tener que presentarse a largas terapias para la superación. Pero estos casos son muy abundantes, casos de libertad que acaban haciendo que el hijo se convierta en algo contrario a lo que los padres desean. No están generando una mejor persona por hacerle más libre.
Me gustaría decir también que la excesiva autoridad tampoco es buena, que depende del caso de cada familia cambia. Yo creo que si es el hijo o hija muestra una determinada responsabilidad se le puede dar un poco más de «manga ancha».
Se inicia el mismo debate, padre autoritario o padre amigo. Pero esta vez hay que relacionarlo con el caso de este individuo de inteligencia similar a los simios de la imagen, ya que es pertinente ser «zote» para agredir a la mujer que te ha dado la vida (me parece raro que nadie hasta ahora le haya dado un poco de cera al personaje este). Actitudes como esta me hacen preguntarme como nadie se planteo antes la teoría de la evolución, ya que hay homo sapiens -sapiens que todavía presentan comportamientos simiescos.
Para solventar esta situación ayudaría la acción de El hermano mayor, o tal vez sería más adecuado llamar al Encantador de perros, por la importancia que (como Asier ) otorga a los limites y las limitaciones. Dos muy buenos programas de televisión que a todos os recomiendo.
Comenzando a debatir:
Mis teorías sobre las funciones y actitudes de la figura parental ya han sido expuestas en el primer debate.
Alba dice textualmente «es necesario que el joven tenga UN modelo de autoridad en su vida», una afirmación muy cierta, el problema es que los hijos no tienen una figura de autoridad, tienen muchas (sus profesores, su entrenador de futbol etc.). Creo que es sano y positivo para ellos ver a sus padres como amigos.
Encuentro el comentario de Irune muy coherente pero difiero en la idea que defiende que un amigo no puede ayudarnos a conseguir unos valores y una ética adecuada.
ílvaro, yo tampoco entiendo el termino súper-padres. Hermosilla ha dado una explicación algo confusa, es como si afirmase que los padres de Iker no hicieron bien en proporcionarle la mejor vida posible y fueran los culpables del comportamiento de Iker.
(Pd Perdón por la chapa)
Me sorprende, gratamente,el fondo y la forma de vuestras aportaciones. Demostráis ser menos «gallináceas» de lo que pensaba. Un par de interrogantes sí que me hago: ¿hay tantos adultos (sean padres o no) que pretenden ser «amigos» de los jóvenes? ¿No esperáis los jóvenes que un adulto se comporte como tal?
Personalmente, si mi padre o madre pretendiesen ser mis amigos, me haría mucha gracia. Se puede tener una buena relación con tus padres, que puedas contar con ellos cuando lo necesites, que te apoyen y demuestren su cariño, ¿pero ser amigos?
Muchos adultos sí van de «enrrollados» queriendo ser amigos de jóvenes, pero pienso que los que lo quieren son un poco inmaduros, a cada edad se tienen amistades de cierto tipo, y con 40 años no procede, desde mi punto de vista, tener amigos de de 20 años menos, aunque tampoco es imposible.
bajo mi punto de vista iker era un niño en el que sus padres les daban todos los caprichos y cosas que les pedia Eran demasiado permisivos con el.Estaba muy mal acostumbrado y ademas sus padres no les ponian limites en la vida y eso no es asi.La clave para no caer a estas situaciones tan extremas como las de iker,es el termino medio ni las cosas en exceso ni en deficit.En mi opinion la relacion que hay entre los padres no debe ser mas que una relacion estrecha que se base en la seguridad y confianza pero con limites señalados y claros y que ambas partes lo sepan y que de esa barrera,frontera o limite nose puede sobrepasar y decirle al hijo o hija que siempre que le ocurra algo los padres seran siempre sus padres no como el error y el caos al que llego iker.
Habla Sandra de «dar manga ancha». Quizá es que ya no estoy en edad de comprender vuestro lenguaje. ¿Puedo saber lo que entendéis por «manga ancha»?…
Creo que Sandra se refiere con «manga ancha» a que los padres han sido demasiado permisivos con su hijo. Todos debemos tener unas normas que respetar y unos límites que no traspasar.
Chomón: Lo que critico de los padres de Iker es el que pasen de su hijo porque pagándole todo ya realizan su trabajo. Y eso no es ser padre. Unos padres tienen que EDUCAR, ENSEí‘AR, DAR SU AFECTO, COMPRENDER, AYUDAR, y no limitarse a PAGAR, como éstos. ¿O de verdad crees que con darle una buena educación y un alto nivel de vida son buenos padres, que ya está todo hecho? ¿Si no te dan cariño, apoyo y afecto tus padres, entonces quién esperas que te los dé?
Saúl, yo considero que un amigo es incapaz de brindarnos unos valores y ética adecuada. A continuación expongo las razones que me hacen sustentar esta opinión :
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Como iba diciendo a continuación expondre las razones que me hacen sustentar mi opinión:
Considero que un amigo esta en nuestro mismo proceso,es decir, esta en el proceso de maduración, un amigo carece de la experiencia de un PADRE O MADRE,y desconoce muchas de las adversidades a las que nos deberemos de enfrentar en la vida. Padres y madres(generalizo) han vivido multitud de situaciones en la vida con las cuales han aprendido a recolectar diversidad de valores y a adoptar una ética adecuada. Por tanto, ¿Quién mejor que un PADRE o MADRE para brindarnoslos?, ¿Acaso un amigo que es un simple calco nuestro en ese ámbito, va a guiarnos mejor? ¿No mezclemos churras con merinas, cada uno que reliace su correspondiente función!
A mi entender, la sociedad actual es, en general, muy permisiva con la educación de sus hijos. Posiblemente por el estado de bienestar que hemos disfrutado anteriormente. De lo que se trata es que hay que diferenciar entre padres e hijos y que los padres son los que educan a través de normas y los hijos son los que tienen que cumplir las mismas. Esto no quiere decir que las normas no estén debatidas con sus propios hijos y aceptar entre todos las reglas que marcan este principio de familia.
En cuanto al comportamiento de iker con su madre, se sitúa en la permisividad mas absoluta entre los padres y su hijo, educándole en un aspecto familiar totalmente perjudicial para el puesto que no tenia ni normas ni reglas y se situaba en el plano familiar como el eje central de la familia. Con lo cual, se convirtió en el rey de la casa y se acentuándose mas por el divorcio de sus padres y el vacio que desprende una situación así que da paso a fiarse mas de los amigos que de su propia familia. Es decir, una situación destructurada.
Este tema me da mucho de que pensar. Pero creo que deja en evidencia que, por una parte, ya no existe (en la mayoría de los casos) una educación como la de antes, en la que la DISCIPLINA jugaba un papel clave. Ahora, sin embargo, los padres han olvidado este elemento. Una facultad que se debe enseñar desde pequeños, pero la clave está en INSISTIR (es como decirle a un bebe que no se chupe la mano, lo seguirá haciendo pero con la insistencia llegará el momento en que lo deje de hacer). Los padres «modernos» no saben asimilar esta responsabilidad y la ceden en muchas ocasiones al colegio de turno. Y aquí nos metemos en otra cuestión: ¿los colegios deben de enseñar aquellos valores que los padres han sido incapaces de imponer? En mi opinión, la educación infantil y primaria están para enseñar las bases del respeto y del conocimiento pero no para desempeñar las teóricas obligaciones básicas de los padres. Por otro lado, destacar que creo que la forma de ser de una persona está, en la mayoría de ocasiones, influenciada por la forma de ser de los padres (de uno o de los dos). Por tanto, el chaval que nos presenta el texto está influenciado por lo que ha vivido en su familia, y no es descabellado pensar que su conducta proterva es la misma que la que han podido tener sus padres cuando aún estaban casados.
Desgraciadamente, casos como el de Iker son cada vez más frecuentes. No todos llegan al mismo grado de violencia, pero es terroríficamente asombroso ver la cantidad de chavales que insultan y faltan al respeto constantemante a sus padres. Sin ningún tipo de pudor, como la cosa más normal del mundo. Y es que hay que admitir que la severa educación de antaño y la férrea disciplina que se imponía a los niños desde bien pequeños era mucho más efectiva que la actual.
La relación padre-hijo ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Antiguamente lo que decían los padres «iba a misa», sin rechistar, y ya te podías preparar si no les obedecías. Ahora, en cambio, parece que son los hijos los que gobiernan muchos hogares, y con esto no me refiero a decidir qué se ve en la tele. Los padres se covierten en auténticos esclavos mientras los hijos se transforman en unos dictadores que solo saben exigir.
La cuestion es ¿qué es lo que ha llevado a que algunos adolescentes adopten esta actitud? En la mayoría de los casos, como en el que esta vez se nos presenta para debatir, es la falta de atención o la falta de autoridad por parte de los progenitores para saber imponer unas normas de conducta básicas.
Afortunadamente, hay programas de ayuda a los que las familias pueden acudir en caso de verse incapaces de controlar la situación. Programas que enseñan a los padres que establecer una serie de reglas de obligado cumplimiento no significa ser unos dictadores, que enseñan a los padres a poner unos límites y a los hijos a respetarlos, que enseñan en definitiva, cómo mantener la armonía en un hogar.
Desde mi punto de vista, Iker es un chabal que desde pequeño a tenido todo lo que ha querido y mas, como se suele decir, es un niño mimado. Este tipo de comportamientos por parte de los padres tienen mas aspectos negativos que positivos, puesto que si acostumbras a tu hijo a darle todo lo que te pide sin pedirle nada a cambio, es decir, haga lo que haga, estudie o no estudie le van a dar dinero, el chabal va a pensar: ¿Por qué voy a ir al colegio si ya me dan todo lo que quiero sin hacer nada?
Como hemos podido comprobar, el muchacho no consideraba a sus padres como tales, sino que les veía como una fuente de dinero, no teniendo derecho estos a pedirle nada a cambio ni a ponerle ningun tipo de imposicion. Era un «viva la vida», es decir, un chabal sin obligaciones ni tareas.
Sin embargo tambien hemos podido comprobar que por muy mal que pinten las cosas, todos podemos cambiar, siempre y cuando pongamos de nuestra parte y nos demos cuenta de nuestros errores. Los padres pueden tener una relación de padre-amigo con sus hijos, pero hay situaciones en las que deben imponerse y dejar a un lado este tipo de relaciónes, es decir, marcarles cuales son los limites hasta los que pueden llegar sus hijos. De esta manera habra una relacion amistosa entre ambos y, al mismo tiempo, el respeto será mutuo.
En mi opinion Iker, fruto de la separacion de sus padres fue cuando empezó a tomar una acitud radical ya que al irse a vivir con su madre el empezó a adoptar el papel de «macho dominante» en la casa ya que como su padre no estaba entre semana con el alguien tenia que adoptar el papel de él, ya que bien dice el texto que cuando estaba con su padre los fines de semana se comportaba bien.
Tambien creo que los padres malcriaron al niño dandole todo lo que queria ya que al no ver ninguna oposicion por parte de ellos vio que podia hacer lo que queria cuando queria.
Ciertamente «Iker» ha sido un claro caso de dejadez por parte de los padres, un chaval malcriado que tenia todolo que queria. En este caso los padres deberían haber atendido más a su hijo en vez de centrarse solo en sus propios asuntos. La frase:
«Iker confesó que no les veía como a sus padres, que tenía muchas cosas, pero que sentía que no se ocupaban de él»
deja bastante claro que los padres dejaron a su hijo de lado. Este pretendia llamar su atención y al ver que no lo conseguía se fue volviendo agresivo…
Al fin y al cabo todos necesitamos saber que alguien se preocupa por nosotros…
El debate número 2 queda cerrado, a efectos académicos.