DEBATE 75: Hij@s maltratador@s

Hijos MaltratadoresEn los últimos tres años, las diligencias abiertas por la Fiscalí­a en toda España por casos de violencia filio-parental, también llamada ascendente, rondaron las 5.000, lo que constituye entre un 16 y un 18% de los delitos cometidos por menores de edad.
Sin embargo, los expertos advierten de que la violencia filio-parental supone una «epidemia oculta», dado que los padres son reacios a denunciar por su temor a las consecuencias penales que ello puede acarrear para sus hijos y, a menudo, por la vergí¼enza que les produce explicar lo sucedido.
En los últimos años, el perfil de hijos denunciados por agredir a sus padres ha ido cambiando y afectando en mayor medida a las familias de clase media o media alta: en un 60 % de casos al menos uno de los padres cuenta con estudios universitarios, según un estudio citado por el director clí­nico de Amagalma 7, Jordi Royo, miembro de la junta directiva de SEVIFIP.
De acuerdo con los informes que manejan los expertos, en un 70 % de los casos la violencia la ejercen chicos, de clase media o media alta, con una experiencia de abandono escolar, consumo de drogas y a menudo patologí­as asociadas al Trastorno de Déficit de Atención (TDA).
La mayorí­a de los agresores tienen su primer episodio violento con 16 años, aunque su conducta habí­a empezado a desarrollarse dos o tres años antes, y los primeros sí­ntomas suelen ser robos a sus padres, lanzamiento de objetos, manipulaciones o intimidaciones verbales.
Según los estudios, en la mayorí­a de casos de violencia filio-paterna suelen ser madres y abuelas las agredidas, y uno de los principales factores que predisponen a desarrollar ese comportamiento es haber sido testigo de maltratos en el hogar o haber padecido acoso escolar.

Tomado de ELCORREO.COM

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25 Respuestas

  1. Naroa Pérez dice:

    En mi opinión este tipo de casos jamás tendrán justificación, sea el motivo que sea recurrir a la violencia deberí­a ser lo último, y muchí­simo menos con alguien que te a dado la vida. Es verdad que cada vez son más los casos escuchados de menores que agreden a sus padres, y la verdad que resulta muy triste y vergonzoso el que un hijo llegue a levantarle la mano a alguien de su familia, a su madre… La cuestión es que es difí­cil intentar ponerse en el lugar del agresor, porque bajo ninguna situación podrí­a llegar a levantarle la mano a mi madre.
    Resulta extraño a la hora de leer el artí­culo que haya padres que no denuncien, y pensamos «vaya sí­ te agrede denuncias y ya esta» pero igual no llegamos a ponernos en la situación de esos padres, que no será para nada fácil, ya que se encuentran en una tesitura complicada. ¿Denuncias a tu hijo o consientes que te siga humillando y levantando la mano? La verdad que es un debate bastante amplio a la hora de exponer opiniones diversas. Pero creo, y espero que todos estemos de acuerdo en que nunca se deberí­a llegar a este punto.
    Como opción, en mi opinión se deberí­an de crear grupos de apoyo a estos padres y madres (que desconozco sí­ existen o no) y un grupo de reforma a estos hijos.

  2. Janire Martínez dice:

    En mi opinión todo esta relacionado con la educación de hoy en dí­a, hemos pasado de una educación sumamente estricta (la de nuestros abuelos) a una excesivamente «blanda», esto ha ocurrido porque todos estábamos de acuerdo en que el miedo no es la manera de educar y enseñar respeto, pero hemos ido de punta a punta; cuando lo correcto serí­a un punto medio.
    Este problema se solucionarí­a, si desde pequeños se les enseñarí­a la importancia del dialogo para solucionar los conflictos y el respeto a los demás. La aceptación de las diferencias de opinión y la capacidad de negociación son valores que hemos de potenciar, porque en el momento que se pierden las formas, también se pierde la razón.

  3. Sandra Ávila dice:

    Yo también opino que la clave y solución del problema se encuentra en la eduación que se obtiene en casa. A veces los padres son demasiado permisivos con sus hijos, los cuales les piden de todo y lo obtienen sin problemas, éstos acaban siendo unos mimados y caprichosos. Pero también están los padres que son demasiado severos con sus hijos, y éstos sienten un deseo de rebelarse, de infringir las normas que se les ponen, se les acaba catalogando como rebeldes. Lo ideal, obviamente, serí­a una educación media entre esos dos aspectos.

    Hay casos en los que la culpa del comportamiento de los adolescentes no la tienen las drogas ni las malas compañí­as, sino que es producto de lo que ven en casa. Es decir, si un niño escucha todos los dí­as agresiones verbales y fí­sicas, vejaciones, insultos… el adolescente las acabará tomando como costumbre. Es por eso que, desde el comienzo de la educación de un menor, hay que ser conscientes de que seguirá como ejemplo a sus padres en todo lo que hagan y que hay que estabilizarse en un punto medio.

  4. Unai Martínez Carou dice:

    Al igual que mi compañera Sandra opino que el motivo del creciente número de casos de violencia filio-parental es, en gran medida, producto de una educación demasiado liberal. Como dice el texto la mayorí­a de estos casos se dan en familias de clase media/alta, lo que incita a pensar que son jóvenes que, en su inmensa mayorí­a, han tenido todo lo que quisieran cuando lo quisieran. Esta situación puede dar al menor una sensación de superioridad antes sus padres y llevarle hasta un punto en el que sustituya las preguntas por órdenes.

    Bien es cierto que, para evitar este problema, volver a una educación tan estricta como la de generaciones anteriores no serí­a la respuesta más adecuada. Es obvio que esta educación basada en el respeto al mayor daba resultado, pero siendo producto, en varias ocasiones, de maltratos fí­sicos a estos menores.

    No es ningún secreto el hecho de que existe un punto medio en la educación de los jóvenes que serí­a ideal, con una serie de derechos y de obligaciones en equilibrio, sin ser demasiado estrictos ni demasiado permisivos. Pero, al igual que cualquier otro tipo de punto medio, es prácticamente imposible encontrarlo.

  5. Miguel Ángel Ruiz dice:

    Hoy en dí­a los métodos educativos han cambiado radicalmente respecto a los que recibí­an nuestro padres. Antiguamente se imponí­an unos sistemas duros, que no daban lugar a una ascención jerárquica dentro de la familia, asumiendo galones. Sin embargo, en nuestro dí­a a dí­a podemos observar las improperias de los niños.

    No cabe duda que hay una mayor permisión. Pero, ¿hasta qué punto?. En muchos casos por motivos laborales los padres no pueden invertir mucho tiempo en sus hijos. En otros casos, por pasotismo. Además, el aumento de videojuegos violentos y una mayor producción de pelí­culas agresivas, infieren directamente en el comportamiento de los adolescentes. Cabe destacar también que la mayorí­a de las veces los agredidos suelen pertenecer al sector femenino, el sexo fisicamente más débil.

    Para finalizar pienso que se deberí­a aumentar el nivel disciplinario tanto por parte de los padres como por parte de la escuela, trabajando unos valores y una correcta concienciación, sobre todo en una etapa tan importante y conflictiva como la adolescencia, a pesar de que los orí­genes surgen antes de ésta.

  6. Mikel. Rodeño. Casado. dice:

    Antes de todo me gustarí­a decir que en mi opinión el modo de actuar de los adolescentes con sus padres es una cuestión educacional y no tiene nada que ver con la clase o condición social. Es más, muchas veces aquellos jóvenes que han tenido mas oportunidades y recursos que nadie son los que acaban dando más problemas, aunque no siempre es así­.

    Por otro lado me gustarí­a decir que no es fácil estar en la situación de los padres que sufren las agresiones por parte de sus hijos; un padre o madre siempre quiere lo mejor para su hijo y por eso en muchos casos, los padres son reacios a denunciar a sus hijos, pero no se dan cuenta que una llamada de atención a tiempo es lo único que puede evitar que esta situación acabe siendo insostenible. Una denuncia a un hijo parece una ofensa para el chaval, pero nada más lejos de la realidad; puede ser parte de la solución del problema.

    En algún programa de televisión, «Hermano Mayor» por ejemplo», podemos ver como estos jóvenes puede llegar a ser muy violentos; a menudo actúan bajo los efectos de las drogas y no miden las consecuencias de sus actos. Entonces, la ayuda de profesionales es necesaria y la familia también debe colaborar y poner de su parte.

    Por último he de decir que desde mi punto de vista estos solo se puede corregir con una educación adecuada. No digo que sean necesarios métodos tan estrictos como los que se usaban con nuestros abuelos, sino que los padres sean conscientes de su responsabilidad respecto a sus hijos y les enseñen el modo adecuado de actuar y en caso de no cumplirlo que éstos sean reprochados y corregidos.

  7. Arrate Caballero dice:

    Mi padre siempre me ha dicho, «hizo, hace falta y hará siempre mano dura, pero como eso ya no es así­, las consecuencias son las que son».
    La clave y solución del problema se encuentra en la educación que se obtiene tanto en casa como en el colegio.
    Hay padres demasiados duros y severos con sus hijos, pero también hay otros demasiados blandos y permisivos, los cuales tienen a sus hijos como «niños mimados» y les dan todo lo que el niño les pide. Tendrí­a que haber un punto medio entre ambos.
    Muchas veces por pasotismo o por falta de tiempo, los padres no están el suficiente tiempo con sus hijos, y estos aprovechan su tiempo para jugar a juegos violentos y cosas por el estilo.
    Como bien dice el texto, la mayorí­a de las agredidas son mujeres, simplemente por el hecho de serlo. Me explico. Son más débiles y más vulnerables, fí­sicamente.
    Como bien dice mi padre, más mano dura no vendrí­a mal, muchos empezarí­an a comportarse de otra manera y cambiar su forma de ser y/o actuar…

  8. Joseba Álvarez dice:

    En la actualidad se oyen bastantes casos sobre la violencia filio-parental o lo que es lo mismo, violencia de los hijos hacia los padres. Estoy de acuerdo con que los padres no se atreven a denunciar a los hijos por temor a las consecuencias penales que les puede acarrear. Yo creo que más que a la vergüenza que les produce explicar lo sucedido, es miedo a las consecuencias penales.

    Estoy de acuerdo con que el perfil de estos chicos o chicas se produce en familias de clase media o alta, ya que tienen facilidades para conseguir todo lo que quieren. Debido al nivel económico, sobre todo, lo tienen más fácil. Lógicamente el que abandonen sus estudios, las compañí­as también van cambiando, ya que todos sus compañeros continúan estudiando, por lo cual, los que no lo hacen al final se relacionarán con gente que no estudia. Y al final, todo es una rueda, no estudian, no trabajan, no hacen nada, están aburridos. Pero como no les falta dinero en el bolsillo, tampoco hacen nada por solucionar el problema.

    También estoy de acuerdo con que la violencia normalmente es contra la madre, ya que suele ser la que más tiempo está en casa, y con la que más discute. Además creo que a la madre se la ve como más débil que al padre, pero también creo que hay casos de violencia contra el padre, pero sí­ creo que son menos.

    Los factores que nombra son el maltrato en el hogar o haber padecido acoso escolar. Creo que puede ser unas de las causas, ya que cuando han visto que en casa ha habido un maltrato y no ha ocurrido nada, al final lo ven como una cosa normal. Y en los casos de haber pasado por un acoso escolar, también creo que puede ser uno de los factores, ya que creo que pasar por eso nunca se olvida.

  9. Esther Prieto dice:

    Violencia Filio- parental : es el conjunto de conductas reiteradas dirigidas a una persona con el fin de causarle daño fisico,psicológico o económico.No es agresividad sino conducta violenta es decir que no es innata y se puede corregir.

    Hace relativamente poco tiempo que se viene escuchando a través de los medios de comunicación,poderosos en nuestro pais,de la violencia filio-parental,pero en realidad que implican esas dos palabrejas que tan pocos entienden y tantos padecen encerrados en los muros de las cuatro paredes que con tanto cariño y amor un dia levantaron para construir lo vulgarmente llamado hogar.
    Violencia filio-parental es ni más ni menos que una de las experiencias más dolorosas que una persona normal puede vivir.
    Es dificil de imaginar que al formar una familia a modo de cuento de hadas,como todo el mundo hace,éste cuento de princesas,principes y castillos,llegue un dia y de la noche a la mañana se convierta en la más vulgar pelí­cula ¨gore´´ americana que se haya visto en los años ochenta.
    Los padres son algo más que un número o una estadí­stica.Son personas a las que sus hijos les han causado el mayor de los dolores.Son sus hijos,sus amores,sus chiquitines,sus tesoros…..También ellos son personas y no solo estadisticas.
    Estoy de acuerdo con llamar a esto ´¨epidemia oculta¨´pero no por la verguenza que produce contarlo.No es verguenza,es sobreprotección,nunca se deja de ser padres,no es algo a tiempo parcial como los contratos basura.Se es padre toda la vida,es algo innato pero también te enseña el dia a dia.
    Son padres y madres Belenes Estéban en potencia,ellos pueden decir de sus hijos lo que sea pero que a nadie se le ocurra hacerles un mal gesto o tratarles diferente porque ¨´matan´´ en el sentido figurado de la palabra claro.
    Opino que el perfil de hijo denunciado no es el correcto,son chicos y chicas normales,que han viví­do una vida corta pero normal,con familias normales;de esas que comen juntas los domingos y que invitan a la comunión de sus hijos a toda la familia,de esas que se hacen fotos de familia y las ponen en el salón.
    ¿En que momento de su corta vida estos chicos cambian el chip,como se dice ahora?
    ¿Con que gesto?,¿Con que mirada esos niños dulces de los retratos cambian y más gente de la que se piensa les tiene en casa?
    Dicen que los padres tienen mucha culpa por haber dado a sus hijos todo lo que les piden,me explico: el juguete de turno último modelo como el de fulaniro,la fiesta de cumpleaños en la Warner,la Comunión de quinientos invitados y su séquito.Un padre hace todo lo que esta en su mano y lo que no está también para que su hijo sea como los demás es decir:alto,rubio,con los ojos azules y listo.
    Ellos siempre piden y los padres tienen la libertad de dar o no dar pero llegado el momento,dentro de las cuatro paredes del castillo-hogar no hay libertad posible,sólo tiraní­a y humillación.
    Supongo que cuando se quedan solos buscarán explicaciones y llorarán…..y la respuesta será AMOR , volverán a creer en los cuentos de hadas y volverán a mirar a esa personita a los ojos y le demostrarán una y otra vez que le quieren con locura y que pase lo que pase en el futuro siempre estarán ahí­.

  10. Tamar Blanco Prieto dice:

    Agredir a los padres es lo peor que se puede hacer,son los que nos han dado la vida y nadie nos va a querer como ellos.Mi opinion es que los chicos que hacen esto necesitan ayuda porque seguro que ellos no quieren ser asi,lo que pasa es que van de guays y de duros pero son deviles.

  11. Alazne Verdeal dice:

    A mi modo de ver, todo está relacionado con la educación que se está dando a cada individuo. Hemos llegado a un punto donde todos somos amigos, y por lo tanto, no hay una figura de autoridad. Pero, ¿es lo correcto?

    Creo que esto va más allá del dinero u objetos materiales, lleva a las libertades. Muchos padres viven atemorizados por ser pegados por sus hijos (cosa que me parece impensable), ya que han sido otorgados desde pequeños de muchas libertades y poder adquisitivo. El intento de acortar esto es una rebelión por parte de los jóvenes.

    También es verdad que el acoso escolar o cualquier tipo de violencia puede llegar a esto, pero realmente no estoy totalmente de acuerdo con esto, ya que para ser capaz de agredir a tus padres hace falta más que rabia o violencia, falta de autoridad.

  12. Gaizka Luis Morán dice:

    Me parece cobarde, denigrante y vergonzoso el hecho de que hoy en dí­a haya adolescentes que tengan la osadí­a de agredir tanto a su padre como a su madre. ¿No recuerdan quien les dio la vida? ¿No saben quienes son los que les costean todo tipo de necesidades ya sean básicas o complementarias?

    La violencia debe ser denunciada venga de donde venga ya, sea de padres a hijos o de hijos a padres. Es verdad, que en cualquiera de estos dos casos se hace costoso tomar la decisión de denunciar ya que la unión familiar es muy fuerte y se hace difí­cil dar este paso. Desde luego, no sé que se les pasa por la cabeza a los adolescentes que maltratan a sus padres y abuelos, los seres vivos que probablemente más se han desvivido por ellos..

  13. Iker Abadía dice:

    No sé cómo puede haber casos de violencia hacia los propios padres en una sociedad que se presupone moderna y avanzada. Maltratar a alguien de nuestra familia es inadmisible por el mero hecho de que son quienes nos han dado todo. En mi opinión, esto puede ser causante de la violencia, debido al carácter liberal de la educación (demasiado consentimiento, quizás). Fruto de esto es sentirse «superior» a los familiares y, ante alguna respuesta desfavorable, deciden actuar violentamente.

    Los motivos de estas actuaciones son relativamente obvios, puesto que se tiende a imitar lo visto o sufrido (familiares maltratadores, acoso…). No obstante, hay que tomar medidas ante estos episodios, dejando de lado el miedo a la hora de denunciar los casos. Si no se erradica este asunto por completo, acabaremos teniendo una sociedad donde este maltrato se vea como algo normal.

  14. Andoni Fernández González dice:

    Los maltratos familiares son un hecho realmente aborrecible, y aún más teniendo en cuenta el modelo de sociedad que se quiere construir basada en el respeto. Es realmente espantoso y desmedido agredir a aquellas personas que, en primer lugar, han hecho posible nuestra existencia, y en segundo, nos la han facilitado para que nos sea más leves.

    Gran parte de los hechos ocurren porque los hijos son maltratados en el colegio o en la calle, o han padecido episodios de violencia de jóvenes, pero esto no sirve para excusar estos actos. No es para nada justo pagar el rencor y el odio hacia la sociedad con aquellos seres que más nos quieren y nos han dado.

    Nos parece algo lejano a nosotros, pero debemos percatarnos de que estos sucesos ocurren más a menudo y más cerca de lo que creemos o quieren hacernos creer. A menudo salen a la luz en programas como «Hermano Mayor», en los cuales los hechos nos parecen ficticios. Se dice que a veces la realidad supera a la ficción, expresión que viene como anillo al dedo en este caso.

  15. Xabier Lahuerta Vázquez dice:

    Este tema de la violencia filio-parental me parece horrendo, ya que son las personas que te trajeron al mundo, que gracias a ellos has salido adelante, que se esfuerzan dí­a a dí­a en dar lo mejor de ellos para facilitarnos las cosas…
    Me he estado informando un poco sobre el tema, y los padres tardan unos 18 meses de media en denunciar un caso de violencia, ¿qué pensáis al respecto? Puede que sea difí­cil denunciar a tu propio hijo, ¿pero por eso vamos a dejar que esto se repita?
    Yo creo que estos casos hay que denunciarlos lo antes posible, aunque sea para que les sirva como reprimenda. Pero, también hay que cuestionarse lo siguiente: ¿cómo mirarán los hijos a sus respectivos padres después de haber recibido una denuncia de su parte?
    Estos casos hay que tratarlo con pinzas, y para eso existen personas que ayudan a este tipo de desafortunados padres, y estarí­a bien que los afectados también tuvieran conocimiento de ello.

  16. Eder González Olmo dice:

    La carencia de lí­mites está dando lugar a un adolescente insatisfecho, rebelde, plenamente autónomo, que quiere imponer sus criterios, que insulta, incluso agrede y que se cree el dueño absoluto del terreno que pisa. Ante esta situación, los padres, incapacitados para responder, ceden, y no hacen así­ sino acrecentar el poder del menor. La primera vez que un niño olvida las normas básicas de respeto a sus padres hay que «bajarle ese temperamento». Los padres nunca deben debilitarse ante sus hijos, si un niño reta hay que corregirle y enseñarle que el adulto es el que lidera el entorno.

    En mi opinión a la hora de buscar soluciones los padres tienen que ser coherentes con ellos mismos, no llevarse la contraria, tener siempre el mismo criterio, no vale decir <> ahora, y dentro de cinco minutos <>. Y sobre todo estar de acuerdo entre los dos progenitores.

    No hay que olvidar que la adolescencia es un proceso de rebeldí­a natural, es una edad donde se padecen turbulencias interiores, mucha desorientación y emociones encontradas además de incontroladas a veces. Personalmente pienso que algunos padres cometen el error de estar demasiado encima de nosotros y que su intervención deberí­a reducirse a los aspectos básicos y evitar con ello muchos enfrentamientos, esperar a que vayamos evolucionando y madurando.

    Por último creo que en la mayor parte de los adolescentes hay que esperar una tensión con sus padres y viceversa y no hay que asustarse por ello sino irlo manejando como mejor se pueda. A veces la situación es casi insoportable y poco se puede hacer para establecer un clima relajado; en esos casos de violencia filio-parental, los padres deben ser conscientes de que lo mejor para todos es pedir ayuda.

  17. Eder González Olmo dice:

    La carencia de lí­mites está dando lugar a un adolescente insatisfecho, rebelde, plenamente autónomo, que quiere imponer sus criterios, que insulta, incluso agrede y que se cree el dueño absoluto del terreno que pisa. Ante esta situación, los padres, incapacitados para responder, ceden, y no hacen así­ sino acrecentar el poder del menor. La primera vez que un niño olvida las normas básicas de respeto a sus padres hay que «bajarle ese temperamento». Los padres nunca deben debilitarse ante sus hijos, si un niño reta hay que corregirle y enseñarle que el adulto es el que lidera el entorno.

    En mi opinión a la hora de buscar soluciones los padres tienen que ser coherentes con ellos mismos, no llevarse la contraria, tener siempre el mismo criterio, no vale decir «no» ahora, y dentro de cinco minutos «sí­». Y sobre todo estar de acuerdo entre los dos progenitores.

    No hay que olvidar que la adolescencia es un proceso de rebeldí­a natural, es una edad donde se padecen turbulencias interiores, mucha desorientación y emociones encontradas además de incontroladas a veces. Personalmente pienso que algunos padres cometen el error de estar demasiado encima de nosotros y que su intervención deberí­a reducirse a los aspectos básicos y evitar con ello muchos enfrentamientos, esperar a que vayamos evolucionando y madurando.

    Por último creo que en la mayor parte de los adolescentes hay que esperar una tensión con sus padres y viceversa y no hay que asustarse por ello sino irlo manejando como mejor se pueda. A veces la situación es casi insoportable y poco se puede hacer para establecer un clima relajado; en esos casos de violencia filio-parental, los padres deben ser conscientes de que lo mejor para todos es pedir ayuda.

  18. Éaco dice:

    Pues yo creo que si el chaval agrede a los padres es porque le ha debido de pasar algo, trauma, violencia, bullying… Ante eso los padres al no saber manejar la situación van dejando libres a los niños y ellos solos acceden a vidas peores, violencia etc. Por mucho que quieran a los familiares, les agreden para conseguir mas cosas, una de las opciones es mandarle a un orfanato, pero al hacer eso, empeoran la situación, porque ahí­ es donde el chaval se convierte en peor persona. Yo creo que si desde pequeños se controlase a los hijos no pasarí­a esto, pero también existen excepciones en las que el niño de pequeño era buenisimo, pero al cabo de los años aun teniendo buena educación se convierte en casos de Hermano Mayor.

  19. Joas Quirós Gonzalez dice:

    En mi opinión, estos problemas son consecuencia de la educación impartida por los padres a sus hijos durante su infancia; el hecho de que, gracias a su posición económica, les hayan podido ofrecer siempre lo que han querido y nunca les hayan prohibido nada, influye mucho, ya que la edad mental de dichos adolescentes sigue siendo la misma que la que tení­an durante su infancia, es decir, si a un niño le das siempre lo que quiere, acabará acostumbrándose a ello, cuando esto deja de ocurrir y el niño no consigue lo que en ese momento quiere, su reacción lógica es llorar y patalear.

    Por tanto, estos comportamientos aumentan a medida que el joven va creciendo hasta poder llegar a estos extremos, hay que saber cuando dar pero también cuando no, ya que todo en exceso es malo y siempre acaba teniendo sus consecuencias.

  20. Egoi Orobio Vázquez dice:

    En la sociedad en la que vivimos, los padres cada vez dejan más libertad a los hijos. En ocasiones, esa libertad resulta beneficiosa para su desarrollo. Otras veces, los niños y adolescentes sienten que pueden hacer lo que quieran y comienzan a saltarse las normas y a ocurrir este tipo de incidentes.

    En parte, es culpa de los padres por no saber dónde poner el lí­mite, pero también tienen relevancia las influencias o posibles traumas sufridas por los hijos por ejemplo, en el colegio.

    Me parece increí­ble que se den estos casos en la sociedad de hoy en dí­a. Se trata de educar con el respeto como valor fundamental pero cada vez ocurren cosas de esta guisa con mayor asiduidad. Además, es irracional que una persona pegue a aquellos que le han dado la vida, por muy inmadura que sea. Algo se estará haciendo mal.

  21. Egoi Orobio Vázquez dice:

    En la sociedad en la que vivimos, los padres cada vez dejan más libertad a los hijos. En ocasiones, esa libertad resulta beneficiosa para su desarrollo. Otras veces, los niños y adolescentes sienten que pueden hacer lo que quieran y comienzan a saltarse las normas y a ocurrir este tipo de incidentes.

    En parte, es culpa de los padres por no saber dónde poner el lí­mite, pero también tienen relevancia las influencias o posibles traumas sufridas por los hijos, por ejemplo, en el colegio.

    Me parece increí­ble que se den estos casos en la sociedad de hoy en dí­a. Se trata de educar con el respeto como valor fundamental pero cada vez ocurren cosas de esta guisa con mayor asiduidad. Además, es irracional que una persona pegue a aquellos que le han dado la vida, por muy inmadura que sea. Algo se estará haciendo mal.

  22. Javier Pérez Mato dice:

    La violencia, es algo que viene adscrito al ser humano desde la cuna. Es algo que esta ahi y que va desarrollandose con el tiempo. Cuando un hijo maltrata a su progenitor ¿en qué piensa? Quizas eso, mas que toda esa pasarela de cifras, aumentos y estadistica, sea lo que deberiamos preguntarnos.
    ¿Que ocurre para que el cariño revierta en violencia?
    Personalmente, creo que es la falta de lí­mites, una relajación por parte de los padres que no han sabido marcar el limite que mezclado con toda la violencia que pasa por sus ojos a diario, es lo que produce este tipo de episodios.

  23. Elena Perez dice:

    Vivimos en un mundo en el que la violencia se respira. Si miramos la televisión vemos violencia en las noticias, en las pelí­culas , en los debates… Los grupos de amigos, en la mayorí­a de las ocasiones terminan gritándose y no pocas veces el insulto se considera una forma de hablar natural…Con este panorama no es raro que en determinadas familias también se produzcan estos lamentables episodios.
    Y en mi opinión las cifras sólo reflejan la punta del iceberg.
    En nuestra sociedad se esta gestando la violencia paralelamente a los cambios sociales que priman el tener al ser, el recibir al dar. Los padres, en muchos casos, están mas preocupados por el bienestar económico, es decir, de que a sus hijos no les falte nada material que por educar con el establecimiento de los limites que eso supone.No se puede pensar que esa educación en valores y esos limites han de surgir fuera de la familia. Pero eso supone tiempo y dedicación y ¿ya tenemos este tiempo y esa dedicación?
    Quizá habrí­a que plantearse si el origen de la violencia filio-paterna no esta en la perdida de la educación y la convivencia con respeto primero en la familia, después en la escuela y siempre en la sociedad.

  24. Gorka Aranguiz dice:

    La violencia es una de las peores cosas que se puede ver, pero violencia de hijos a padres, eso es inaceptable. Pegar a las personas que te han hecho crecer y te han dado sus mejores años y lo que querí­as es ser muy mala persona.
    En mi opinión, nadie deberí­a hacer nada así­ y deberí­a castigarse con un castigo muy severo.

  25. Asier Celada dice:

    Es tremendamente preocupante el crecimiento del maltrato ascendente en nuestro paí­s. Hemos pasado de una educación muy estricta basada en el respeto riguroso hacia los padres (conseguido en muchos casos por medios no tan recomendables como cabrí­a desear) a una en la que se permite a los hijos mucho más y en la que éstos tienen lo que quieren cuando quieren.

    Esta última es más habitual en familias con un poder adquisitivo medio y medio-alto, de ahí­ que el perfil de los menores agresivos haya crecido notablemente en dichas clases sociales. El hecho de tener sus caprichos atendidos provoca que los adolescentes sean en muchos casos inconformistas y que cada vez exigan más a sus progenitores, primero verbal, luego fí­sicamente.

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