El pensador que se pregunta si la filosofía sirve para algo: «La erudición es una forma de ignorancia»
«Ciencia es lo que sabemos, filosofía es lo que no sabemos. Conforme avance la ciencia y nos dé respuestas, la filosofía acabará por extinguirse«, afirmaba Bertrand Russell en su célebre trabajo La filosofía del atomismo lógico, publicado en el ocaso de I Guerra Mundial. Más de un siglo después de que Russell firmara aquel texto, vemos que no le faltaba razón. ¿Es la filosofía una disciplina nostálgica? ¿Tiene sentido que se la siga incluyendo en las aulas? ¿Por qué se la desprecia tanto desde las élites científicas e, incluso, desde algunos sectores pseudoculturales?
A estos interrogantes pretende responder Carlos Peña (Santiago de Chile, 1959) en su último ensayo Por qué importa la filosofía (Taurus), tirando de anecdotario made in Heidegger, Wittgenstein y Ortega y Gasset. «Decía Ortega que la claridad era la cortesía del filósofo, poniendo como ejemplo las obras de Platón», reflexiona Peña. «Hay una tendencia a confundir la oscuridad de la expresión con la profundidad del pensamiento. El problema es que se explican las cosas con conceptos ininteligibles, es un galimatías que hace sentir ignorantes a los que no son capaces de entenderlos«.
Este doctor en Filosofía es, en el fondo, un abogado con formación en Sociología que ejerce como rector de la Universidad Diego Portales y profesor en la Universidad de Chile. Además, es columnista de El Mercurio, uno de las principales cabeceras de su país. Esta doble faceta le permite analizar lo que acontece desde dos prismas que no deberían divergir tanto como lo hacen en la realidad.
Tomado de www.elmundo.es