En la FIESTA DE san VICENTE de PAÚL

Te agradecemos, Señor, el don que nos regalas todos los días al poder servirte en los más necesitados y hacer fructificar nuestros talentos cuando con Fe, Esperanza y Caridad los ponemos a tu disposición.

  • Queremos seguir siendo testigos de la Fe, muy especialmente entre nuestros hermanos los pobres, siendo también nosotros pobres y sencillos, siguiendo a san Vicente que nos dice hoy, también, lo que les decía a las Hijas de la Caridad de su tiempo: «La fe es una gran posesión para los pobres, ya que una fe viva obtiene de Dios todo cuanto razonablemente queremos. Si sois verdaderamente pobres, sois también verdaderamente ricos, ya que Dios es vuestro todo. Fiaos de él, mis queridos Hijos. Dios es fiel en sus promesas, y es muy bueno confiar en él, y esa confianza es toda vuestra riqueza y seguridad«. (IX, 99-100).
  • Tenemos Esperanza en tu Palabra, que hemos compartido en esta Eucaristía, y en tus promesas, y sabemos que hoy, también, nos envías a anunciar las buenas noticias a los más pobres, con la seguridad de que tú los has escogido para crear el futuro y seguir construyendo el Reino del Padre, actuando con los mismos sentimientos que los que san Vicente, también hoy, nos exhorta, con las mismas palabras que lo hacía en su tiempo: «Nosotros no debemos estimar a los pobres por su apariencia externa o su modo de vestir, ni tampoco por sus cualidades personales. Por el contrario, si consideráis a los pobres a la luz de la fe, os daréis cuenta de que representan el papel del Hijo de Dios, ya que él quiso también ser pobre. También nosotros debemos estar imbuidos de estos sentimientos e imitar lo que Cristo hizo, cuidando de los pobres, consolándolos, ayudándolos y apoyándolos«. (S. V. XII, carta 2546)
  • Nos comprometemos a que la Caridad sea la norma de nuestra vida: el amor al quien lo más necesita, pues en él estas Tú. Renovamos nuestro compromiso de trabajar unidos, de formar familia vicenciana para servirte mejor, de compartir nuestros carismas en la obra de la salvación. Y renovamos nuestra intención de que nuestra caridad sea efectiva, y no sólo de palabra, pues así nos lo enseña el mismo san Vicente: «No es suficiente tener caridad en el corazón y en las palabras, debe manifestarse en las acciones. Solamente en la medida que engendra el amor en los corazones con los cuales se ejercita, es perfecta y llega a ser fecunda, entonces gana a todas las personas» (S. V. XII, 274)

Gracias Señor, por la Fe, Esperanza y Caridad que has puesto en nuestros corazones, que son nuestra luz y faro. Que tu celo nos queme y nos lance a construir tu Reino. Que la familia de los seguidores de Vicente sea levadura en la masa, luz en las tinieblas, alegría en la desesperanza. Que Tú seas siempre, en los pobres, el motor de nuestras vidas.

Gracias Señor, por el don que le diste a tu Iglesia en San Vicente de Paul.

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