Estos son los errores de los padres al ayudar a sus hijos a elegir un itinerario académico
Aunque los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos, ayudarles a elegir unos estudios que condicionan sus futuro profesional se presenta a veces como una decisión complicada, no exenta grandes dudas ante la gran opción de posibilidades, el constante cambio del sistema educativo y la rápida evolución del mundo profesional.
Estos son algunos de los errores más comunes que, a este respecto, se comenten en las familias:
Pensar que existe una única opción
Pensar que el único camino es la universidad. «Hace años disponer de un título universitario daba seguridad profesional, pero en la actualidad, este título no es una garantía. «Muchos padres se empeñan en que sus hijos estudien una carrera porque viven anclados en el munco laboral de los años 80. Uno de los grandes errores del sistema educativo son los padres que no son capaces de ver que el mundo laboral ha evolucionado y hay nuevas exigencias. Ya no es válida la máxima de obtener una licenciatura y tener un trabajo en una empresa para toda la vida», advierte Jaime Guijarro, responsable del departamento de Orientación de Colegio Joyfe.
Negar nuevas posibilidades
Pensar que la Formación Profesional sigue siendo el patito feo del sistema educativo. «Hay familias que se niegan a que sus hijos realicen un grado de FP. Sin embargo, estos estudios son magníficos y las empresas se han implicado mucho en ellos y, además, los estudiantes realizan prácticas obligatorias en compañías, por lo que adquieren una experiencia muy real del mundo laboral que se van a encontrar», explica Jaime Guijarro.
Estudiar lo que digan los amigos
Dejarse llevar por la rama de estudios que elige el grupo de amigos. No hay que olvidar que son alumnos de 14 años los que se enfrentan a esta primera gran decisión en sus vidas. Jóvenes que están en plena adolescencia, periodo en el que el grupo de amistades lo es todo. «El problema –añade Guijarro– es que esta generación de jóvenes está muy sobreprotegida por sus padres y les cuesta aún más tomar decisiones por sí mismos, por lo que es muy fácil dejarse llevar por lo que hagan sus amigos.
Imponerles la decisión
Hay padres que imponen a sus hijos lo que deben estudiar. No les dan opciones. Se trata de progenitores que quieren a toda costa que su hijo desempeñe una determinada profesión, bien por tradición familiar o por prestigio. Si el hijo no está convencido, la decisión será un fracaso.
Decantarse según modas
Elegir unos estudios porque, aunque no le gusten, están de moda. Trabajar en un sector que no sea del agrado no es lo más indicado. Además, lo que hoy está de moda, quizá en diez años no lo esté debido al cambiante mundo laboral.
Acudir al pasado
Decirles directamente lo que deben hacer o lo que nosotros haríamos ahora si estuviéramos en su situación y no hicimos en su día. «Aunque lo veamos muy claro –puntualiza el profesor Fernando Alberca– es recomendable acompañarles, ayudarles a descartar primero lo que no quieren e ir descubriendo lo que sí».
No buscar consejo profesional
No acudir a los departamentos de orientación de los colegios. Estos gabinetes están formados por especialistas en el sector educativo con conocimientos de los diferentes caminos para llegar a una meta laboral. Además, en la mayoría de los casos conocen al alumno, por lo que las recomendaciones son más ajustadas a sus gustos, circustancias y posibilidades futuras.
Tomado de www.abc.es