Confirman que correr no ayuda adelgazar, pero si previene engordar

Correr es una de las maneras de practicar ejercicio a diario más usadas por gran parte de la población en todo el mundo. El hecho de que sea barato, se pueda realizar casi en cualquier lugar y circunstancia y sea fácilmente adaptable según el estado físico de cada uno lo convierte en una opción mayoritaria. Aunque ha demostrado tener múltiples beneficios, como activar el sistema cardiovascular, el pulmonar, elevar el colesterol «bueno» y reducir el «malo», acelerar el metabolismo o mejorar el desempeño sexual, entre otros, siempre se ha dudado de que ayude a adelgazar.

Ahora, un trabajo de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia ha confirmado que, efectivamente, correr no tiene una relación directa con la pérdida de peso, aunque si ayuda a prevenir el aumento de peso o grasa en quienes lo integran en su día a día y lo practican durante años. Los investigadores explicaron que existe evidencia científica convincente de que, después de una pérdida inicial de masa grasa debido a un régimen de ejercicio, el cuerpo reduce su gasto energético general para conservar energía y, en última instancia, sus reservas de masa grasa; de modo que se deja de perder peso.

«Nuestros datos muestran claramente que el ejercicio de carrera durante toda la vida, ya sea carreras de larga distancia o carreras cortas repetidas, mantiene niveles de masa grasa más bajos que un estilo de vida físicamente activo típico, y también más que si se participa en deportes de fuerza», afirmó Simon Walker, profesor de Fisiología del Ejercicio de la Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud de la citada Universidad, según recoge Ep.

El estudio mostró que la masa grasa fue significativamente menor en los atletas de velocidad y de resistencia en comparación con los atletas de fuerza. En estos últimos, destacaba el mantenimiento de la masa muscular. También evidenció que los individuos que participaban en entrenamiento de resistencia de por vida mantenían la masa muscular mejor que aquellos que competían en deportes de velocidad y carreras de larga distancia. Además, los que practicaban entrenamiento de fuerza más mayores tenían una cantidad similar de masa muscular que sus homólogos jóvenes.

Por tanto, los investigadores sugirieron que un enfoque de entrenamiento combinado podía ser más beneficioso para optimizar la composición corporal a lo largo de la vida. «En términos de mejorar la composición corporal mediante el aumento de la masa muscular y el mantenimiento de una masa grasa que no afecte a la salud, parece que es recomendable un enfoque combinado. Sabemos que ambos tejidos, el adiposo y el muscular, influyen en la salud general y funcionan de manera opuesta. Por tanto, la mejor estrategia sería optimizar ambos», señaló Walker.

En concreto, el investigador apunta a que el tipo de ejercicio y la frecuencia que parece más completa es realizar dos o tres sesiones de ejercicio aeróbico y lo mismo de ejercicio de resistencia (es decir, de 4 a 6 sesiones por semana), dependiendo de la preferencia, estado de ánimo, motivación de la persona o teniendo en cuenta la variación estacional. «La clave tal vez sea, en primer lugar, prevenir un aumento de la masa grasa o una pérdida de masa muscular y mantener el ejercicio durante toda la vida. Por lo tanto, la práctica de ejercicio regular durante toda la vida ayuda a mantener una composición corporal saludable. Eso no es un mito», añadió.

Tomado de www.larazon.es

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