DEBATE 147«Más caros son los móviles y muchos padres los compran sin quejarse» (1º de la 1ª)
Emilio Calatayud, juez de Menores de Granada, ha vuelto a escribir en su blog en el Ideal sobre temas que afectan a la infancia y adolescencia. En esta ocasión sobre la vuelta a las clases tras el verano y lo que supone para las familias, sobre todo económicamente.
En su publicación, el juez habla sobre los reportajes periodísticos que estos días pueblan los informativos y abordan lo que supone en dinero que los niños y adolescentes regresen a las clases tras las vacaciones. Indica que, efectivamente, la vuelta al colegio es cara y que muchos padres se lamentan por ello, pero aprovecha estas quejas para opinar sobre los móviles que muchos menores piden y reciben de sus progenitores.
«Como todos los años pasados y venideros, sale una cuenta abultada: la vuelta al cole es cara, es verdad. Y los padres, que son los que tienen que aflojar, salen quejándose en los reportajes. Pero digo yo, sin ánimo de señalar ni irritar a nadie, que más caros son los teléfonos móviles tipo ‘taifon’ o las consolas de juegos y muchos padres se los compran a sus hijos sin quejarse», reflexiona el juez.
Esta no es la primera vez que Emilio Calatayud habla de la relación entre menores y tecnología, ya en otros casos ha observado la peligrosidad que entrañan para los más jóvenes. «Los móviles son una nueva droga que no mata, pero sí vuelve locos a los niños», comentaba el año pasado.
«No se sabe el alcance del daño moral que se puede infligir a un menor haciendo uso de los redes y los teléfonos inteligentes», afirmaba el magistrado.
Tomado de www.abc.es
Como bien afirma el autor de este artículo los dispositivos tecnológicos pueden llegar a ser muy adictivos, tales como las drogas. Que los padres gasten su dinero en ese tipo de regalos para sus hijos no me parece nada descabellado, ya que cada uno sabe como administrar su economía familiar. En cuanto a la vuelta al cole, no discuto que sea cara, la verdad es que lo es, y bastante, por eso lo importante es saber donde administrar nuestro dinero.
Es evidente que hoy en día la utilización de los teléfonos móviles se está convirtiendo en una necesidad tanto para los jóvenes como para los adultos. Por ello, damos menor importancia al dinero que invertimos en estas nuevas tecnologías.
Este uso excesivo de los móviles hace que quitemos importancia al material escolar y a los libros físicos.
No obstante, creo que la vuelta al cole es excesivamente cara y no cualquier familia puede permitirse comprar todo lo necesario para sus hijos.
Aunque muchas veces no nos demos cuenta, es posible que estemos abusando del uso de los teléfonos móviles, lo que a veces nos conlleva a dar más importancia a tener una conexión a internet muy rápida y no a comprar libros escolares y otros materiales académicos.
No obstante, si bien es verdad que el uso desmedido de los teléfonos móviles es un problema, el control de este junto con una buena formación de cara a las TIC puede ser igual de provechoso que un par de libros, y sin duda bastante más barato.
En mi opinión, haciendo referencia al tema de los teléfonos móviles y del coste de la vuelta al cole, creo que no son temas comparables ya que tanto los videojuegos como las consolas o teléfonos móviles son vicios de adolescentes que cada familia les comprara a sus hijos siempre y cuando su situación económica se lo pueda permitir. En cambio, la educación es algo obligatorio y no todos los padres pueden pagar ese exceso de dinero por algo obligatorio. Además para poder obtener los libros (que es lo más caro) existen soluciones como la rotación de libros de un curso a otro, método que se podría aplicar en varios centros.
Sí, resulta fascinante ver lo que duele al bolsillo la vuelta al cole. Y, efectivamente, parece que invertir gran parte de nuestro dinero en las nuevas tecnologías, ya imprescindibles, duele menos.
Pero ¿y si, en vez de ver la vuelta al cole como un gasto, lo vemos como una inversión de futuro? ¿A largo plazo? Si hacemos una reflexión sobre la inversión económica en la educación y su duración, es obvio que esta tiene más ventajas que las inversiones que hacemos en las nuevas tecnologías, cuya duración es cuestionable.
Es por ello que, en mi opinión, en vez de pensar en el dinero a la hora de volver al colegio, es mejor pensar en los beneficios que esta inversión va a acarrear porque, sin duda, son múltiples.
Mi opinión es bastante similar a la de Ane. No creo que sean 2 temas que se puedan comparar. En el caso de los móviles y aparatos similares, muchas veces, son los hijos los que ahorramos para poder comprarlos (no digo que sea lo más común pero se puede dar esta situación). Mientras que el material escolar es algo obligatorio, y para ser obligatorio me parece que es demasiado caro, por lo que yo en estos últimos cursos he heredado los libros de texto de antiguos alumnos del colegio con el fin de no gastar tanto dinero, estos libros de texto generalmente suelen tener un precio muy elevado para lo que realmente son y no todo el mundo se puede permitir el lujo de comprarlos nuevos.
Tal y como dice el autor los dispositivos electrónicos como los móviles o las consolas se están convirtiendo en productos de primera necesidad para los seres humanos hoy en día y por eso no somos conscientes de el elevado precio que estos poseen o no le damos la importancia que deberíamos.
Esta situación genera que en la actualidad estemos dejando a un lado la importancia del material escolar y de lo libros a papel.
Con esto no quiero decir que la vuelta al cole sea barata, porque no lo es. Sino que tanto los precios de los dispositivos electrónicos como los del material escolar son elevados pero que debido a nuestra situación actual y a la adicción que estos pueden llegar a generar no le damos tanta importancia al precio de los primeros.
Como bien dice el autor, la vuelta al cole es excesivamente cara ya que muchas familias no tienen el lujo de invertir tanto dinero en eso. También es cierto que los teléfonos móviles son muy caros pero hoy en día se pueden usar las nuevas tecnologías como material escolar. Es decir, en vez de tener que comprar unos cuantos libros cada año, es una buena idea usar móviles u ordenadores para reemplazar a estos.
Como han dicho algunos de mis compañeros, sería un error comparar el coste de los libros con el de los móviles. En mi opinión, todo el material escolar tendría que tener un precio menor ya que la educación tiene que ser algo que todas las personas tengan el derecho de disfrutar. En cambio, los teléfonos móviles, videojuegos, ordenadores… son caprichos que solo algunas familias se pueden permitir. También sería buena idea utilizar las nuevas tecnologías para matar dos pájaros de un tiro pudiendo descargar libros escolares online y utilizar ese dispositivo fuera del colegio para satisfacer los caprichos de los más jóvenes.
El texto nos habla sobre la cantidad de dinero que supone la vuelta a la rutina, en este caso la vuelta al colegio. Podemos observar comparaciones sobre el precio de todo el material escolar y el de los móviles que muchos de estos niños que vuelven al colegio poseen. En mi opinion no se puede comparar los precios de ambas cosas ya que la educación es un derecho que todo el mundo tiene y que el poder adquisitivo de cada familia no debería marcar. En cambio cada familia en el ámbito de la tecnología optara por un precio u otro dependiendo de su poder adquisitivo. Una solución para que el material escolar y la tecnología se unan es utilizar los dispositivos electrónicos para estudiar.
El autor compara el coste de la vuelta al colegio con la compra de artículos electrónicos; dos situaciones incomparables bajo mi punto de vista. Es cierto que la adquisición de aparatos tecnológicos esta aumentando notablemente, pero no todas las familias pueden permitírselo. Asimismo, tampoco pueden permitirse comprar libros de texto. En mi opinión, el tener un móvil de última generación no es una necesidad básica; sin embargo, la educación si lo es, y por ello debería estar al alcance de todos.
Está claro que el avance de las nuevas tecnologías es necesario en nuestro día a día y que nos permite vivir con una comodidad que anteriormente no teníamos. El problema es que no sé hasta qué punto nos benefician. Como bien dice Ane y de acuerdo estoy, no son comparables los temas de los teléfonos móviles y del coste de la vuelta al cole, ya que las nuevas tecnologías son vicios de los adolescentes e incluso de los adultos. Depende de la vida económica en cada familia afecta más la compra de estos dispositivos ya que si te lo puedes permitir puedes optar a comprarlo. Por otro lado, la educación es obligatoria y no todos los padres pueden pagar una cantidad tan alta de dinero. Existen diferentes soluciones para ahorrar dinero en esta compra; como, por ejemplo, la rotación de libros. También existe otra solución la cual utilizan bastantes colegios en España que tampoco se queda corta de dinero y seria comprar un ordenador y utilizar los libros digitales. En mi opinión esta manera de estudiar es mas cara y hay quien tampoco puede pagar este gasto.
Este texto nos muestra la opinión del juez Emilio Calatayud sobre el dinero invertido en la vuelta a la rutina y aprovecha para criticar el abuso de la tecnología en menores.
En mi opinión, estoy de acuerdo, el material escolar es tremendamente caro. La educación es un derecho universal, por lo tanto, el material escolar también debería ser alcanzable por todos, y por desgracia en muchos casos el acceso a este es un privilegio.
Sin embargo, difiero en la crítica hacia el dinero invertido en la tecnología que este hace, ya que ordenadores, tablets y móviles pueden ser unas increíbles fuentes de información. Creo que el problema radica en la falta de control de los padres sobre el uso de estas herramientas por sus hijos, y no tanto en el hecho de comprarselas o no.
El autor del texto compara los gastos de la vuelta al colegio con la compra de teléfonos móviles o consolas de juegos, en mi opinión no es una comparación acertada. Es cierto que hoy en día está muy presente la tecnología y por ello la mayoría de personas poseen un teléfono móvil una consola o cualquier otro tipo de tecnologías, sin embargo estos gastos no son una necesidad, la educación si lo es. Una solución que beneficiaría a ambas partes (padres y niños ) sería utilizar las nuevas tecnologías para el colegio, y fuera de este poder utilizarlas en beneficio propio.
Desde mi punto de vista, el Juez Calatayud ha estado muy acertado con esta nueva aportación a su blog, comparto plenamente su opinión. Sinceramente, el grado de adicción al consumo de nuestra sociedad no conoce límite. Tanto es así que, en momentos de apretarse el cinturón ( económicamente hablando), somos capaces de irnos tranquilamente una tarde entera de compras y gastar ingentes cantidades de dinero en prendas y todo tipo de aparatos electrónicos que no nos pondremos ni usaremos más de 2 veces al año. Pero cuando llega ese «fatídico» momento del año en el que debemos hacer frente a ciertos gastos de vital importancia, en ese momento, nos llevamos las manos a la cabeza y empezamos a quejarnos sobre cuanto a subido la luz o que caro está el libro de Lengua. Sin percatarnos apenas que una semana atrás nos hemos podido de dejar más de lo que vale la factura de los libros en un nuevo teléfono o ciertas prendas de ropa, ambas totalmente prescindibles. Esta parte que ha citado el Juez sobre la economía familiar es la que más oportuna me ha parecido resaltar. Es muy curioso como siendo una fecha generalmente fija en la que llegan estas facturas, en muy contadas ocasiones somos capaces de apartar unos cientos de euros para la ocasión, tan pronto como lo ingresan en nuestra cuenta, esa misma tarde ya lo estamos invirtiendo en el centro comercial.
Muchos padres se dedican a dar a sus hijos todo lo que les piden, y esto influye en ellos de tal manera que cosas como el material escolar, véase, libros, cuadernos y bolígrafos, les «duele» más comprarlo por el simple hecho de que sus hijos no lo quieran.
Respecto al texto, me parece un poco forzado la manera de relacionar los móviles con el ámbito escolar. La razón de esto, al igual que han dicho algunos compañeros previamente, es que la educación es una inversión a largo plazo, pero un teléfono móvil es una inversión con un objetivo más puntual, de entretenimiento (vídeos, música) o de relación (las redes sociales).
Es indudable que la vuelta al cole supone unos gastos enormes así como lo supone la compra de aparatos electrónicos como las consolas o teléfonos móviles, pero cada familia es libre de gestionar su propia economía y por tanto, habrá quienes prefieran invertir dinero en nuevas tecnologías a invertirlo en la educación de sus hijos. Es cierto que puede resultarnos muy provechoso el uso de esos aparatos en general y sobre todo en el ámbito escolar, como es el caso de los ordenadores que nos facilitan de varias maneras el trabajo.
Pero aun así, si son muchas las familias que no pueden permitirse pagar a sus hijos una buena educación y todo el material necesario para ello, son más los que no se pueden permitir tener que comprar esos dispositivos para su uso escolar. Por ello, creo que se debería dejar de aumentar la utilización de libros digitales u ordenadores en los colegios, para evitar dejar atrás métodos que se han usado desde hace mucho y que no resultan tan costosos.
En la sociedad actual todos tenemos claro que disponer de un dispositivo móvil es prácticamente necesario, ya sea para ponerse en contacto con quien necesites en cualquier momento, para buscar cualquier información en todo momento y lugar, puede tener infinitas utilizaciones, pero para las cosas esenciales no es necesario comprar el más caro o el más nuevo del mercado. Hay familias que pueden permitirse unos teléfonos más caros que otras familias, y lo de comprar uno u otro que sea una elección de los padres y no porque mi hijo quiera el más caro comprárselo, porque hay cosas mas necesarias como se comenta en el texto, la de pagar la educación que es más importante y no debería molestar pagar por algo que es necesario para tus hijos y su futuro.
En mi opinión, al igual que han dicho varias personas antes, uno de los problemas de la educación actual y sus medios es la falta de accesibilidad para varias personas de los medios educativos principales, es decir, el «elevado precio» de algunos de los materiales mas básicos para un estudiante, véase, libros, estuches o bolígrafos. A pesar de que a primera vista no enlacemos estos objetos con un precio elevado, al final en un periodo escolar anual un alumno promedio utiliza una gran cantidad de bolígrafos y cuadernos, lo cual genera un coste alto a largo plazo. En este aspecto veo normal que varios padres se quejen al respecto, ya que un derecho humano como es la educación no debería costar tanto dinero. Aunque bien es cierto que como el mismo autor comenta, estos mismos padres no sienten ningún reparo a la hora de gastar ese dinero en un dispositivo de tecnología, ya sea un móvil, tablet u ordenador. A pesar de dar la razón en este aspecto a Emilio Calatayud, me parece que este hecho es bastante lógico, ya que por medio de un dispositivo de estos en el ámbito escolar, ya que estamos hablando sobre él, el alumno tiene a su disposición una cantidad ingente de información sobre todas sus materias, por lo cual entiendo estas compras como una inversión mas que un capricho. Claro que hay casos y casos, y bien es cierto que hay padres que les dan a sus hijos todo lo que quieren, acostumbrándolos a recibir todo lo que quieran cuando quieran. Estos padres, por ejemplo, si que se gastarán una fortuna en dispositivos electrónicos y no tienen, en mi opinión, el derecho de criticar el elevado precio del material escolar.
El autor del texto, realiza una comparación entre el material escolar y los teléfonos móviles, lo cual en mi opinión es una comparación poco acertada. Ya que realizar una comparación entre el material educativo y los elementos que usamos para el ocio no me parece muy coherente. Es cierto que hoy en día, cualquier elemento educativo tiene un precio elevado, pero en muchas ocasiones el precio es disparatado, ya que dentro de la educación se encuentran los libros de texto los cuales solo tienen un año de durabilidad ya que, un libro de un año anterior no se puede usar en el curso siguiente. Pero comparando la durabilidad de un libro junto con la durabilidad de un teléfono, nos encontramos con la diferencia de que un teléfono móvil tiene como durabilidad de dos a cuatro años. Utilizando las nuevas tecnologías se podría reducir considerablemente el coste de los libros de texto. En añadido de lo anteriormente dicho, las nuevas tecnologías como los ordenadores, tablets o teléfonos, hoy en día cumplen una función muy importante, la cual es la rapidez y la variedad de información que podemos encontrar gracias a ellos.
Al igual que todos los años en la vida de un estudiante la vuelta al cole supone invertir dinero para renovar tanto material académico como para pagar la educación de dicho estudiante. Por lo tanto muchos padres recurren a otros métodos, tales como comprar ese material a alumnos que hayan cursado esas asignaturas, para ahorra considerablemente el precio. Esto también puede ayudar a las familias a la hora del fin del curso, dado que pueden recuperar ese dinero empleando el mismo método.
Estoy en desacuerdo que se compare de ese material escolar con el móvil, ya que estos aparatos son comprados si la familia se lo puede permitir. Además, la comparación de estas dos cosas es inútil, puesto que la duración de cada una es diferente. El material escolar normalmente dura entorno a un año, mientras que el móvil (con un uso normal) suele durar unos años más.
En cuanto a los móviles, también se pueden considerar material escolar si su utilización es para afianzar el temario y para comprender mejor la asignatura. Asimismo, casi todos los móviles tienen incorporadas aplicaciones, tales como la calculadora, el diccionario o incluso el calendario para la organización de tareas.
Mi opinión coincide con la de muchos de mis compañeros, no me parece que la comparación del juez Calatayud sea acertada. Cada familia gestiona su economía como puede y como quiere, y no por eso debemos darle más importancia al precio de un dispositivo móvil que al de los libros de texto.
Si bien la educación es un derecho de las personas (en este caso de los propios niños o adolescentes), los costes del material utilizado para su realización no deberían sobrepasar ciertos precios, ya que todas las familias no tenemos los mismos recursos económicos. Por suerte existen varios métodos que hacen que podamos ahorrarnos un pellizco en material escolar, por ejemplo el banco de libros.
Por otra parte, los dispositivos móviles y ordenadores se están convirtiendo en aparatos de primera necesidad para las personas, básicamente porque toda nuestra vida la gestionamos con ellos. Por eso, en mi opinión, el dinero invertido en ellos no es tan importante si nos van a servir durante unos cuantos años. A lo mejor nos ahorraríamos dinero y dolores de espalda si utilizásemos los ordenadores para todas las asignaturas y no los libros de texto.
En primer lugar, si bien es verdad que hoy en día los jóvenes estamos cada vez más «enganchados» a la tecnología y redes sociales, creo que el autor no ha hecho una buena comparación en lo que a gastar dinero se refiere, pues el material escolar es algo realmente necesario, y por tanto, comprarlo viene a ser una especie de obligación, mientras que comprar un dispositivo electrónico (en este caso un móvil) es algo opcional que cada madre y padre decide si su hijo merece o no.
En segundo lugar y para terminar, me gustaría añadir que cada vez los estudios y la tecnología están más y más relacionados, y son muchos los colegios que imponen el uso de aparatos electrónicos en las aulas. ¿Qué opinión tendrá al respecto el Juez Calatayud? ¿También es un capricho?
Yo coincido con el autor en qué los móviles, ordenadores, videoconsolas… son muy caros y qué cuando un joven se encrapicha muchas veces no se fija en el precio porque son cosas con las que se va a divertir. En cambio, los jóvenes y sus padres se quejan de los altos precios de los libros, tras haberse gastado cantidades mayores de dinero en los antes mencionados aparatos electrónicos, cuando es más importante tener una buena educación a tener una red social o jugar a un juego.
Por otro lado yo creo qué hay alternativas a comprar el material escolar, como pedírselo a un amigo o un vecino que ya haya pasado por ese curso.
Concuerdo con la opinión de Emilio Catalayud, y creo que los padres demuestran una gran hipocresía al quejarse de los precios de algo que es esencial para un niño mientras que derrochan en aparatos mas prescindibles. Creo firmemente que deberían saber que priorizar a la hora de invertir el dinero y, aunque no este en contra de las nuevas tecnologías, pienso que es mas importante la educación de tu hijo que un aparato electrónico.
Aun así, los tiempos avanzan y en un futuro cercano los aparatos electrónicos sustituirán a las herramientas tradicionales, por lo que de cara a futuro, habrá que prepararse para la llegada de estos dispositivos.
Aunque creo que, en ocasiones, algo que debería ser tan accesible como material escolar puede resultar algo caro, estoy de acuerdo con la opinión del juez Calatayud. Hay un gran número de padres que están dispuestos a gastar cantidades ridículas de dinero en la tecnología más reciente, y al mismo tiempo quejarse de los precios de cosas mucho más indispensables. Aunque bien es cierto que la tecnología está prácticamente en todas partes hoy en día, no es para nada necesario gastarse semejantes cantidades de dinero, teniendo en cuenta que incluso los dispositivos mas sencillos del mercado son más que suficientes. Evidentemente, cada cual es libre de hacer lo que desee con su dinero, pero creo que algunas cosas deberían siempre tener prioridad, en especial la educación.
Aun estando de acuerdo con las declaraciones del juez, creo que el material escolar debería ser mas acesible económicamente para todos , ya que es algo inprescindible para todo alumno. Tambien es verdad que en la sociedad de hoy en día nos «duele» bastante menos gastarnos cantidades descomunales de dinero en el ocio prescindible (en este caso teléfonos móviles) que en material escolar. Pero, hasta que punto se puede considerar las nuevas tecnologias prescindibles? A día de hoy es casi imposible sobrevivir sin tecnología. Muchos colegios ya han sustituido los libros por diferentes dispositivos tecnológicos y en colegios que todavía no ha llegado este cambio la mayoría de profesores optan por enviar y puntuar tareas online. Voy a poner como ejemplo esta en la que estoy partcipando desde mi teléfono móvil y que sería incapaz de realizar sin algún aparato tecnológico. Dicho esto, tenemos que darnos cuenta que, aunque la tecnología puede ser muy beneficiosa, tenemos que saber utilizarala bien para que no se vuelva en nuestra contra.
Respecto a este tema, no estoy de acuerdo con el juez Emilio Calatayud. Se habla de la diferencia de gastos entre los aparatos electrónicos y los materiales y libros para el inicio de curso, donde yo no veo problema alguno. Ahora estamos en plena revolución tecnológica por lo que es normal que los padres compren dispositivos móviles a sus hijos. Algunos colegios están empezando a dejar de utilizar libros de texto y los están cambiando por portátiles o tabletas, utilizando apuntes o libros electrónicos con ellos, por lo que el gasto en estos esta justificado. Es decir, hoy en día la educación y la tecnología están muy relacionados mejorando la calidad de los estudios de los alumnos.
Aún estando de acuerdo con que las nuevas tecnologías están haciendo que las personas tengan mas dependencia, no se puede poner como excusa la vuelta al colegio con lo que la gente abusa de estos aparatos electrónicos. Por otro lado creo que los familiares que se quejan del dinero que cuesta educar a sus hijos tienen razón ya que creo que una buena educación debería ser más fácil de adquirir para todas esas personas que de verdad quieran formarse.
En mi opinión el autor de este articulo tiene razón ya que los móviles y las redes sociales a una temprana edad generan un fenómeno en los niños de alienizacion y genera desde combates de ego por las redes sociales y el numero de seguidores hasta la nomofobia que aunque este termino no este incluido en la rae se define como el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. yo creo que el tema del dinero que cuesta la vuelta al cole y los teléfonos móviles es irrelevante en comparación con lo grave que es lo que los teléfonos causan en un niño sin madurez, el dinero no debería de ser un problema si se trata de la salud mental o la infancia de tu hijo.
Está claro que el juez de menores Emilio Calatayud tiene un punto de vista que está claramente asociado a las personas de su generación, pero, si bien es cierto que hoy en día estamos en una sociedad tecnológicamente mucho más avanzada y accesible para gran cantidad de usuarios, también lo es que, se está demostrando que una relación prolongada y sin supervisión de los niños y jóvenes con dichas tecnologías causa alteraciones y problemas de diferentes clases que podrían ser fácilmente evitables si se priorizaran la educación y la relaciones personales.
Visto de esta manera entiendo que el juez haga esta comparación y estime que si para una familia los gastos de inicio de curso son elevados, que sin duda lo son, quizás esa familia debiera dar prioridad a dichos gastos dejando un poco de lado los asociados a la adquisición de nuevas tecnologías posiblemente innecesarias a edades tempranas.
Aunque efectivamente la vuelta al cole es muy cara para muchas personas, no solo por los libros escolares sino por el material, la ropa,etc. Realmente el juez Calatayud pone el dedo en la llaga cuando contrapone esos gastos que aún siendo caros son imprescindibles para todo joven, frente a otros gastos superfluos o que cuando menos se podrian reducir; y esque aunque ahora mismo los teléfonos móviles son muy importantes seguro que no es necesario comprarles el ultimo modelo que probablemente es el más caro, seguramente tampoco es necesario gastar dinero en consolas o videojuegos ya que una sola consola cuesta lo mismo que todos los libros de un curso. Es por eso que muchas personas antes de quejarse del gasto que hay hacer en las cosas que son necesarias, deberían replanterase gastar mucho menos en las cosas que son sobrantes.
Siendo cierto que a día de hoy la adición a los aparatos tecnológicos es un problema sumamente peligroso, no concuerdo con la opinión del juez.
En primer lugar, no todas las marcas de móviles, portátiles, etc son extremadamente caras. Puedes encontrar estos aparatos a precios muy asequibles a día de hoy. Sin embargo, que la educación salga siempre tan cara, me parece un hecho vergonzoso, ya que muchas familias no pueden hacer frente a estos gastos y sus hijos no pueden recibir la educación que merecen. Y puedo asegurar que no oiremos nunca quejarse a estas familias por el precio del nuevo iPhone, pero si por los libros de texto, cuadernos, uniformes, carpetas…
Hoy en día debido al uso masivo de las redes sociales y la popularización de ellas, los precios de los dispositivos electrónicos se han disparado hasta un punto, en el que a algunos padres les resulta un lujo comprar la tecnología necesaria para que su hijo pueda llevar a cabo las labores escolares. Por otro lado, está claro que estos avances tecnológicos nos hacen la vida más fácil, y cada vez son más las utilidades que se le dan a ellos en los centros docentes. También es verdad, que esta obligación de tener un ordenador por persona desde muy pequeños, hace que los libros de texto pierdan presencia en las aulas. Por lo tanto, creo que estamos llegando a un punto en el que el precio del ordenador o móvil sustituya al precio al que equivalían los libros. Aún así me parece deleznable que se siga pagando tanto por poder cursar un curso.
Pues que este señor juez tiene toda la razón, nos quejamos de lo que gastamos en educación y no lo que cuesta un móvil que casi seguro que vale igual o incluso bastante más.
Nos gastamos dinero en salir e fiesta y luego miramos el dentista más económico, nos gastamos el dinero en un buen viaje o vacaciones y luego no tenemos ni para comer ni encender la calefacción, así funcionan las prioridades ahora.
En mi opinión, no creo que el tema de los teléfonos móviles y el coste de la vuelta al cole no puede ser comparado debido a que son temas diferentes. Por un lado el gasto de los teléfonos móviles, consolas o cualquier dispositivo de este tipo, es un gasto que los padres aceptan porque se lo pueden permitir o cualquier otra posibilidad. Pero por otro lado el gasto de la vuelta al cole es completamente obligatorio, ya que tienes que pagar los libros y otros materiales que necesite tu hijo o hija para el colegio.
En mi opinión, la comparación del juez Calatayud no ha sido muy acertada, ya que aunque es cierto que muchos padres son capaces de comprar a sus hijos un móvil de 300€, no creo que sean los mismos padres que se quejan del precio del material escolar. Hay muchas familias que tienen que recurrir a becas para que sus hijos puedan estudiar debido a los disparatados precios que hoy en día encontramos en la educación y precisamente no creo que esas familias se puedan permitir comprar un teléfono bastante caro a sus hijos. Además, con la nueva incorporación de los ordenadores en la mayoría de centros escolares, los gastos suben, ya que por si no fuera poco tener que comprar un ordenador, deben pagar un seguro y unas licencias para éste. Por otra parte, el juez debería pensar que si los padres gastan tanto dinero en unos aparatos electrónicos, es porque confían en que vayan a durar un par de años o tres; los libros, en cambio, hay que cambiarlos cada año.
Creo que no debería compararse el dinero que cuesta un móvil con los libros que tienes que comprarle a tu hijo por sus estudios. Todos sabemos que el dinero que nos puede costar un Iphone es desorbitado y mucho mayor de lo que en realidad es, pero ese es un gasto opcional. es algo que los padres aceptan de manera voluntaria. sin embargo, los libros que necesita tu hijo es un gasto necesario, por lo que debería costar mucho menos.
Respecto al tema abordado en este texto estoy de acuerdo, ya que los móviles se pueden convertir en una droga para los niños pequeños que encima, todo esta pagado por los padres y luego, son ellos los que se quejan de que la vuelta al colegio les sale cara porque tienen que comprar todo el material escolar que normalmente es caro pero estoy seguro de que muchos de los padres que se queja se gastan un dinero igual o mayor en aparatos tecnológicos para sus hijos.
Como afirma el juez Calatayud, los móviles se han convertido en algo indispensable en nuestro día a día y por ello se deja una parte del salario en ellos, pero esto no es comparable al dinero que debemos gastar en la vuelta al cole. El dinero que se pierde en un aparato electrónico es una gasto que los padres aceptan ya que pueden permitírselo y además, es algo que a la larga sale económico. Por otro lado, la vuelta al cole, además de ser desproporcionada, es algo con lo que tenemos que lidiar cada año y para la que no todos los padres cuentan con el dinero suficiente para darles una buena educación a sus hijos.
Yo también pienso lo mismo que mis compañeros, que no se pueden comparar los gastos primordiales para la educación, con los caprichos que hoy en día tenemos respecto a la tecnología. Me parece que si los niños tienen los aparatos electrónicos que quieren es porque sus padres económicamente se lo pueden permitir. Aunque creo que para la educación, deberían de pararse a pensar que quizás gente con mucha capacidad intelectual no puede estudiar, ya que no tienen el suficiente dinero y esto me parece muy triste la verdad. Estoy de acuerdo también con el método nombrado antes de heredar los libros de antiguos alumnos para no tener que gastar semejantes cifras solamente en libros.
Como bien han dicho mis compañeros, no creo que sea comparable la adquisición de un teléfono móvil con la compra de los libros escolares. Los teléfonos son cada vez más caros, es cierto, pero cada familia decide comprarlos o no dependen de su situación económica o sus caprichos. Al contrario que el material escolar, el cual es imprescindible para los alumnos. Las familias que compran un aparato tecnológico caro no deben quejarse del excesivo coste que conlleva la vuelta al colegio, en cambio, entiendo que aquellas familias que no gastan excesivo dinero en un móvil pongan pegas a la hora de comprar los libros.
Estoy de acuerdo con los compañeros que dicen que no es correcto comparar sus precios, ya que no tienen nada que ver y el coste de producción es muy distinto, pero aunque me parezca que el coste de la vuelta al colegio es excesivamente caro si todos utilizásemos correctamente este material escolar pasaríamos de pensar que es un coste a verlo como una obvia inversión de futuro.
Es algo caro pero siempre hay otras maneras para que salga mas barato pero, ¿cuánto estaríamos dispuestos a pagar por nuestro futuro y nuestro conocimiento?
Me gusta la comparación que hace el juez Calatayud de las quejas sobre la vuelta al cole y los teléfonos móviles de los hijos. Aún así, debo decir que mi opinión es totalmente contraria. Creo que debemos quejarnos de lo cara que es la vuelta al cole, independientemente del móvil o los caprichos que nos demos. Entre otras cosas porque la educación es un derecho fundamental. Así que, si, hay que quejarse de que no se destine más dinero público a ayudas para libros y material.