«Hay adolescentes que tras un coma etílico tienen que ir a diálisis

El tema es y seguirá siendo recurrente: adolescentes y alcohol. Nunca viene mal otra opinión, basada en la experiencia, además. José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, alerta de los graves peligros que entrañan esos botellones que hemos normalizado como parte del paisaje del fin de semana. Cuadrillas de chavales a los que le faltan unos años todavía para la mayoría de edad tomando bebidas de colores con una graduación que su organismo no está preparado para metabolizar.

– ¿Qué efecto tiene al alcohol en un chaval de 13 años?

– Un efecto inmediato. Esa toxicidad a nivel neurológico, esa borrachera, tiene consecuencias que se ven rápidamente: pierden los puntos de referencia y van dando tumbos, se deshiniben. La conducta se modifica y tenemos desde el graciosillo que ‘divierte’ a la cuadrilla hasta el chaval que coge una pistola. Ese efecto agudo que produce el alcohol en un adolescente es incontrolable.

– Hay niños de 12 años con comas etílicos. ¿No asusta tremendamente?

– Sí, mucho. A los 12 años todavía queda algo para formarse definitivamente el cerebro y esa afectación pasa factura a corto y a largo plazo. Si se mantiene esa actitud en el tiempo acabará siendo alcohólico, con la doble afección que supone. Por un lado, trastornos psicológicos y psiquiátricos, y, por otro, la toxicidad sobre órganos fundamentales como el cerebro, el hígado o el corazón.

– A nivel escolar, ¿qué consecuencia tiene que un chaval de 13 o 14 años tome diez cervezas todos los viernes y los sábados?

– No creo que sean los primeros de la clase… Algunos, incluso, dejan pronto los estudios porque lo que quieren es estudiar y ganar dinero y así poder pagarse sus borracheras.

– Pues pasa, y pasa todos los fines de semana.

Y si todavía fueran cervezas… Los adolescentes mezclan las cervezas con otras bebidas más fuertes como ginebra con Coca-Cola. Lo hacen porque necesitan emborracharse rápido y ser los líderes, para sentirse seguros de sí mismos. Y aquí no diferencio entre chicos y chicas, lo hacen por igual. Y a las once de la noche ves niños tirados en el suelo.

– O camino del hospital.

– La edad a la que los chavales empiezan a beber se ha adelantado muchísimo. Nos pasaba al principio que cuando llegaba así un chaval de 11 años nos costaba entender lo que sucedía, por la edad. Pero entonces te dabas cuenta de que traía un olor a alcohol que echaba para atrás.

– ¿Cómo actúan las urgencias en esos casos?

– Lo primero es sedarles porque suelen estar alterados y se les da algo para tratar de que vomiten. Algunos, incluso, tienen que acudir de manera transitoria a diálisis para hacer una depuración urgente del contenido alcohólico.

– Por más que se les avisa, por más campañas…

– El adolescente es rebelde por naturaleza y, aunque a algunos les pueden hacer efecto las explicaciones, por lo general el chaval escarmienta únicamente en cabeza propia. Les hablas de las consecuencias negativas del alcohol y llega el sábado y los botellones están a la orden del día.

La primera vez que un chaval prueba una cerveza no le gusta. Y aún así…

– Ni el primer cigarro gusta tampoco. Pero los chavales quieren parecerse a los mayores de la noche a la mañana.

– El problema es grave.

– Mucho. Y los padres, inexplicablemente, tardan en darse cuenta de que sus hijos beben porque los chavales saben lo que tienen que hacer para disimular.

Tomado de www.elcorreo.com

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