Javier Urra: «Proporcionar un smartphone a un niño es una decisión que conlleva una gran responsabilidad»
En una sociedad hiperconectada, los dispositivos electrónicos son un ‘must’ en cualquier lista de deseos, incluso para los más pequeños. La popularidad del smartphone ha trascendido a todas las edades hasta convertirse en un excelente aliado para el entretenimiento infantil. Pero el recreo es tan solo una de sus múltiples funciones; el teléfono móvil no fue concebido como un juguete para niños. En este sentido, los profesionales de Recurra-Ginso advierten sobre los peligros que puede acarrear el uso incorrecto de las nuevas tecnologías en edades tempranas.
Según un estudio publicado por Statista, dos de cada tres niños de edades comprendidas entre los 10 y 15 años en España dispone de un teléfono móvil propio. Una cifra que ronda el 24% si nos referimos a menores de 10 años y que asciende hasta el 95% entre los adolescentes.
Este dispositivo, presente en la gran mayoría de hogares, es concebido como una necesidad incluso para los niños de la casa. De hecho, es una tendencia habitual que los padres proporcionen a hijos en edades cada vez más tempranas un smartphone, como si de un juguete se tratase. Pero, ¿somos realmente conscientes de los riesgos a los que se enfrentan los más jóvenes cuando se interpone una pantalla en sus vidas?
Los profesionales del programa Recurra-Ginso han querido reflexionar sobre los riesgos potenciales que encierra un dispositivo electrónico con el objetivo de ayudar a padres y profesionales de la educación en la compleja tarea de educar tanto a niños como adolescentes en un contexto puramente digital. Para ello, desde Recurra-Ginso, en colaboración con la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid, se ha desarrollado la guía de buen uso de las nuevas tecnologías.
Aunque los dispositivos electrónicos contribuyen de manera favorable al desarrollo de distintas capacidades personales y sociales tanto en niños como adolescentes mediante el uso controlado de determinadas aplicaciones lúdicas, las nuevas tecnologías plantean distintos riesgos a personas en edades tempranas que cuentan con una madurez psicológica limitada para comprender el peligro real al que se enfrentan. Por ello, los profesionales de Recurra-Ginso consideran imprescindible concienciar a padres y profesionales de la educación sobre la necesidad de construir y potenciar el aprendizaje desde el ámbito familiar y escolar.
Las redes sociales, las aplicaciones o el acceso a Internet son algunas de las funciones -de fácil acceso- habilitadas en un dispositivo móvil que pueden presentar un peligro potencial para niños y adolescentes. «Muchos de los riesgos más comunes entre jóvenes, como el acoso, el acceso a contenido inapropiado o ciertas adicciones, se desarrollan en un contexto virtual. Hay aplicaciones de control parental que prometen proteger a nuestros hijos de este tipo de peligros, pero la amenaza no desaparece del todo. Nuestra obligación como padres es concienciarles, supervisar el uso que hacen de los móviles y regular el tiempo que pasan frente a una pantalla», añade Javier Urra, director del programa Recurra-Ginso.
Además, debido al momento de desarrollo en el que se encuentran inmersos, los niños y adolescentes son la población más vulnerable al hacer uso de las nuevas tecnologías: pueden presentar determinadas características de personalidad y estados emocionales que agravan los riesgos. «Los padres deben comprender que proporcionar un dispositivo electrónico a un niño es una decisión que conlleva una gran responsabilidad. Efectuar la compra es solo el primer paso de todo un proceso de concienciación mediante el que deben asegurarse de que sus respectivos hijos hacen un uso adecuado de esa nueva adquisición», señala Javier Urra.
Esta guía de buen uso de las nuevas tecnologías, que presentó Isabel Díaz Ayuso el pasado 30 de noviembre en Madrid, es una herramienta didáctica que nace con el objetivo de concienciar a padres y profesionales de la educación sobre los riesgos y oportunidades de las nuevas tecnologías, abordando de manera resolutiva las amenazas que plantean en edades tempranas y potenciando, a su vez, los aspectos positivo: desde edades mínimas de uso, controles parentales, ciberacoso, privacidad e intimidad en la red, videojuegos, sexting y redes sociales; hasta un glosario de términos específicos, retos, aplicaciones y programas.
Tomado de www.abc.es