La Tierra tiene un segundo núcleo interno: una bola de hierro de 1.300 km de diámetro
Desde hace generaciones, en las escuelas se enseña que la Tierra tiene cuatro capas principales: la corteza, el manto, el núcleo externo y el núcleo interno. A unos 5.000 grados de temperatura, este último, el auténtico corazón del planeta, es una ‘bola’ sólida y ardiente hecha fundamentalmente de hierro y níquel. Su tamaño es menor que el de la Luna y apenas representa el 1% del volumen total de la Tierra, pero su comportamiento determina, de muchas formas, cómo es (y cómo será en el futuro) el mundo en que vivimos.
Hace pocas semanas, un estudio sobre un ‘frenazo’ en la rotación del núcleo con respecto al manto y la corteza terrestre saltó a la actualidad, y muchos medios se llenaron de titulares más o menos precisos, incluso alarmistas, sobre las consecuencias del fenómeno.
Pero el núcleo sigue dando sorpresas, y esta misma semana la revista Nature ofrece nuevos datos sobre una intrigante posibilidad que lleva años abriéndose paso entre los científicos: el núcleo interno de la Tierra está formado por dos capas distintas. Es decir, que hay ‘otro’ núcleo dentro del núcleo.
Este tipo de reversiones podrían estar repitiéndose cada setenta años. El último punto de inflexión fue en la pasada década de los setenta
La idea lleva sobre la mesa desde hace por lo menos dos décadas, pero sondear ese núcleo más interno de la Tierra ha sido muy complicado debido a la falta de sondas lo suficientemente sensibles para tomar muestras del interior profundo del planeta. De hecho, no fue hasta 2015 que un grupo de geólogos de las universidades de Illinois, en Estados Unidos, y de Nanjing, en China, anunció el hallazgo de este ‘segundo núcleo’ terrestre gracias al uso de una nueva tecnología de interpretación y lectura de ondas sísmicas.
Más tarde, en 2021, otro equipo de investigadores, esta vez de la Universidad Nacional de Australia, confirmó la existencia de este ‘núcleo dentro del núcleo’ en un artículo publicado en el Journal of Geophysical Research. Joanne Stephenson, autora principal de aquel estudio, dijo entonces que si bien esta nueva capa es muy difícil de observar, sus distintas propiedades apuntan a un importante evento, previamente desconocido, en la historia de la Tierra. «Encontramos evidencia -dijo la investigadora- que indica un cambio en la estructura del hierro, lo que sugiere quizás dos eventos de enfriamiento separados en la historia de la Tierra». Una nueva pieza, pues, en el conocimiento de la historia y la evolución de nuestro planeta.
Bola de hierro
Y ahora, Thanh-Son Phạm y Hrvoje Tkalčić, también investigadores de la Universidad Nacional de Australia, aportan en Nature Communications los primeros datos concretos sobre las características de ese segundo núcleo terrestre. Según el estudio, se trata de una bola de hierro de unos 1.300 km de diámetro, situada en el interior del núcleo interno (que tiene un diámetro de unos 2.500 km).
Durante su trabajo, los investigadores recopilaron numerosos datos de sondas existentes para medir los diferentes tiempos de llegada a los detectores de las ondas sísmicas creadas por los terremotos a medida que viajaban por la Tierra. Phạm y Tkalčić observaron cómo las ondas reverberaban a lo largo de todo el diámetro de la Tierra hasta cinco veces, algo que se consigue por primera vez. Y los tiempos de viaje de las ondas sugieren la presencia de una capa interna distinta, con un diámetro de aproximadamente 1.300 km y claramente separada de la capa externa del núcleo interno. Según los autores, esta interfaz interna podría reflejar un cambio pasado en el crecimiento del núcleo interno.
Ahora, los investigadores se centrarán en la capa de transición entre este nuevo núcleo interno y la parte externa del núcleo interno, para comprender mejor cómo funciona el interior profundo de la Tierra y qué puede decirnos tanto sobre su pasado como sobre su futuro.
Tomado de www.abc.es