Las primeras relaciones sexuales se adelantan a 13,1 años en niños y 15,2 en niñas

«Las evidencias científicas avalan cada vez más el acortamiento de la infancia y la llegada a la adolescencia, una de las etapas más conflictivas del individuo que, al parecer, está durando más tiempo. Las primeras atracciones sexuales empiezan ahora a producirse a los 9 años en los hombres y a los 10, en las mujeres. Y un año y medio después, aproximadamente, esa atracción se transforma en el primer deseo sexual: a los 11 años en los varones, y a los 12 en las féminas», detalla el experto.

El problema, según Carrasco, es que «a esa edad no se han desarrollado aún los mecanismos de la personalidad para la formación de vínculos sentimentales consistentes». «No han madurado en esas edades los sistemas psicobiológicos que posibilitan la integridad de la identidad personal, ni tampoco aquellos que dotan de las capacidades para una empatía profunda con los sentimientos del otro», añade el catedrático en Psiquiatría.

Según el psiquiatra, la edad de las primeras relaciones sexuales «se ha adelantado en los últimos años» y el problema es que a esas edades el «sexo rara vez da lugar a relaciones sentimentales perdurables y acaban, por lo general, en relaciones de hostilidad y de abuso entre los implicados».

A esta edad, recalca el experto, tampoco se han desarrollado los mecanismos cerebrales de autorregulación emocional, por lo que «el preadolescente no posee un suficiente dominio sobre sus propios impulsos, aunque ni siquiera se da cuenta de ello, y puede caer fácilmente en relaciones de riesgo o irresponsables».

EDUCACIÓN NECESARIA

Por ello, defiende que la educación en la prevención de los riesgos asociados a la relación sexual, como son el embarazo o las enfermedades de transmisión sexual, son «necesarias e imprescindibles» a estas edades. «Pero es más difícil prevenir el riesgo de caer en la deshumanización de la relación sexual a estas edades tempranas, que está en el origen del aumento de abusos sexuales y degradaciones como los que hemos visto recientemente», puntualiza.

El doctor Carrasco insiste en que sería más adecuado a edades tempranas educar a los niños en la «exploración y en el descubrimiento del mundo interior de los otros, en el amor a la persona, más que en la exploración de sus elementos externos que pueden gratificarles». «Y no sólo desde la moralidad, sino también desde la ciencia, teniendo en cuenta que su cerebro y su personalidad no se han desarrollado aún para la integración del juego intersexual con la comprensión de lo que ello significa íntimamente para la otra persona», concluye.

Tomado de www.deia.es

 

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