ANEXO al COMENTARIO 21

La represión franquista en el País Vasco

Casi doscientas personas en Álava y más de quinientas en Guipúzcoa perdieron la vida en el medio año que siguió al golpe de Estado del 18 de julio, mayoritariamente individuos vinculados a organizaciones de izquierdas. En Vizcaya, sin embargo, no hubo «terror caliente», como tampoco existió tal en ninguna de las provincias que pasaron a manos golpistas después de 1936. No significa esto que la represión fuera mayor o menor, sino que ésta estuvo siempre perfectamente organizada y dirigida por los militares a través de un complejo aparato de juzgados destinados a la depuración de lo que, irónicamente, entendían como delito de rebelión: la resistencia a ésta y la lealtad al orden constitucional. Antes de que Vizcaya pasara a manos de Franco, estaban ya nombrados los jueces militares que decidirían las penas, las Juntas locales de información (de delación, habría que decir) y hasta los establecimientos que servirían como centros de reclusión.

En total, se estima que 900 personas fueron ejecutadas en Vizcaya tras sentencias judiciales condenatorias. En total, alrededor de 1.700 personas fueron asesinadas o ejecutadas por los franquistas en las tres provincias vascas durante la guerra civil y la inmediata posguerra. La primera aberración fue el golpe de Estado y la segunda se produjo cuando éste costó la vida de la primera víctima mortal, pero, dicho esto, las cifras no dejan de asombrar por su muy reducida cuantía y proporción, siempre en términos comparativos. El casi medio millón de habitantes de Vizcaya, los 300.000 guipuzcoanos y los  apenas 100.000 alaveses de entonces suponían el 3,75% de la población española (casi 24 millones) pero «solo» aportaron al total de víctimas de Franco un 1,3% (130.000, en total).

Javier Gómez Calvo, 2014.

Hacer LOCALIZACIÓN, CONTEXTUALIZACIÓN y CONCLUSIONES

 

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