Botellón: estos son los peligros y las consecuencias legales para los padres

Los botellones son la alternativa escogida por muchos jóvenes para divertirse e interactuar con sus amigos mientras disfrutan de unas consumiciones a un precio mucho más bajo que en los bares y las discotecas. Algo que de por sí no debería representar riesgos excesivos, salvo por el hecho de que estas concentraciones implican diferentes peligros capaces de ocasionar graves problemas tanto a los implicados como a sus familias.

Intoxicaciones por alcohol, el riesgo más probable

Sin ir más lejos, es frecuente que se produzca alguna intoxicación por alcohol durante estas reuniones marcadas muchas veces por una desinhibición que traspasa los límites de la inconsciencia. Gran parte de los que participan lo hacen con el indudable propósito de emborracharse. A ello contribuye el estímulo hacia el consumo ritual que, como indica el Ministerio de Sanidad, se ve reforzado por el sentimiento de pertenencia a un grupo en el que el resto de los miembros hace lo mismo.

La amenaza no solo pasa por el hecho de que nuestros hijos se embriaguen, por poco apropiado que pueda parecernos. Lo realmente preocupante es la tendencia juvenil, cada vez mayor, a consumir grandes cantidades de alcohol en cortos espacios de tiempo. Una conducta que, según las explicaciones de la Clínica Mayo, afecta no solo a la respiración, la frecuencia cardíaca o la temperatura corporal, sino que además conlleva la posibilidad de quedar en coma o incluso de fallecer.

Una puerta hacia el consumo de otras sustancias

Por si fuera poco, un estudio publicado recientemente en la Revista Española de Salud Pública señala que los botellones implican un aumento en el consumo de diversas drogas. Y ya no hablamos de la juventud, pues los participantes consultados en la iniciativa son estudiantes gallegos con edades que oscilan entre los 12 y 18 años.

Pese a ser aún adolescentes, uno de cada tres consultados que afirmaban haber ido a botellones reconoció que en su grupo fuman cannabis, frente al 2,4 % del círculo de los alumnos que no acuden a este tipo de reuniones. Diferencias notables que se repiten en otros supuestos como el de la cocaína (2,2 % frente a 0,1), el del speed (2,8 % frente a 0,1) y el del lean o jarabe morado, (5,4 % frente a 0,6 %).

Qué consecuencias puede tener para los padres que nuestros hijos menores vayan a botellones

Una investigación que, por otro lado, también deja patente la relación entre ir a botellones y meterse en problemas. Nada menos que uno de cada cuatro entrevistados asiduos a los mismos admitió haberlo hecho tras haber consumido alcohol y drogas. Asimismo, bajo el estado de alguna de esas sustancias, un 20 % afirmó haber causado algún accidente o lesión a otros o a sí mismo.

Pero además de la responsabilidad derivada de estos actos cuando nuestros hijos son menores, los padres nos enfrentamos incluso a la posibilidad de ser condenados por un delito de abandono. Así lo ha confirmado hace poco la Policía Municipal de Madrid ante el supuesto de que encuentren a un adolescente en coma etílico. Según su protocolo, pondrían el hecho en conocimiento de la Justicia. Y el tribunal podría imponernos severas multas y hasta retirarnos la tutela si consideran que la seguridad del niño está en riesgo.

El comportamiento de los mayores de edad, clave para su futuro

Al sobrepasar la mayoría de edad, las consecuencias ya recaerán sobre el autor de los hechos en cuestión. Si sobrepasan los límites y generan incidentes, atentan contra las autoridades, conducen con altos niveles de alcohol en sangre o causan desperfectos en el mobiliario urbano, entre otros actos, pueden ser detenidos. En caso de que les condenen, en el juicio quedarán registrados esos antecedentes, lo que puede ocasionarles complicaciones en el futuro de cara a la realización de acciones básicas como encontrar trabajo o viajar a algunos países.

Tomado de www.elmundo.es

 

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