Educación aplaza la nueva EBAU a 2025 «para dar certidumbre» a los alumnos
La nueva Selectividad no entrará en vigor hasta 2025 lo que disipa la incertidumbre con que profesores y alumnos de segundo de Bachillerato encaraban el curso que están a punto de comenzar. La actual EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad) se mantendrá sin cambios, de modo que la Selectividad de 2024 será igual a la de este año, según confirmó este jueves el Ministerio de Educación.
El nuevo formato estaba previsto para junio del año próximo de acuerdo a la aplicación de la nueva ley educativa, la Lomloe. Pero el Ministerio de Educación tenía dudas de si un Gobierno en funciones como el actual podía aprobar el real decreto con las modificaciones, que básicamente afectan al formato de los exámenes, la duración de los mismos y las asignaturas opcionales. Tras consultarlo con sus servicios jurídicos la respuesta es que no puede hacerlo.
El Gobierno interino informó este jueves del aplazamiento a las comunidades autónomas. El secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, y el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, trasladaron también esta decisión a la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que abogaba por posponer la reforma a junio de 2025 porque no daba tiempo a ponerla en marcha este curso.
«La decisión se debe a que la aprobación de la norma excedería las competencias de un Gobierno en funciones, generando confrontación con las Administraciones autonómicas. Además, atiende a la petición de un año de moratoria por parte de las instancias universitarias y rebaja la incertidumbre de docentes, alumnos y familias», señaló el Ministerio de Educación.
La medida, efectivamente, despeja las dudas para 250.000 jóvenes que la próxima semana comienzan el segundo curso de Bachillerato y que a estas alturas no sabían cómo iba a ser su prueba de acceso a la universidad, un examen que condiciona su futuro académico ya que la nota de admisión se obtiene por la calificación de la EBAU (el 40%) y la media del Bachillerato (60%).
«Más allá de consideraciones jurídicas o técnicas, lo importante era transmitir tranquilidad, certidumbre y confianza a los chicos y chicas que se tienen que examinar en junio de 2024, y que no les vaya a caer una normativa nueva a mitad de curso con un cambio en las reglas del juego», dijo este jueves José Manuel Bar, que recordó que «desde el mismo inicio del curso» los estudiantes de segundo de Bachillerato sabrán qué modelo de pruebas de acceso a la universidad va a haber «y por tanto eso les va a dar más confianza».
El ‘número dos’ de Educación justificó la decisión de mantener el decreto vigente «para no condicionar lo que el Gobierno entrante quiera hacer». «Para un Gobierno en funciones el margen para generar normativa nueva es estrecho, pero dejamos los deberes hechos», señaló el secretario de Estado de Educación en referencia a que el decreto está listo y sólo pendiente del visto bueno del Consejo de Estado y la aprobación del Consejo de Ministros.
El decreto para cambiar la EBAU a partir de 2024 y adaptarla a los nuevos currículos y métodos de enseñanza de la Lomloe quedó ‘congelado’ en mayo pasado por la convocatoria de las elecciones generales anticipadas del pasado 23 de julio. Y el resultado que arrojaron las urnas impide pensar en un nuevo Gobierno a corto plazo. «Si esperamos al nuevo Gobierno puede ser demasiado tarde, con el curso ya muy avanzado, y no queremos tener a los chavales en un sinvivir», apuntaron fuentes de Educación.
Exámenes con más tiempo
Con la decisión de mantener la EBAU sin mayores modificaciones, los centros educativos, los profesores y los alumnos podrán adaptar las clases, la programación y los temarios que se tratan en segundo de Bachillerato a la actual Selectividad, aún la de la Lomce, la ley educativa anterior a la Lomloe.
La reforma ahora aplazada introducía paulatinamente ejercicios más competenciales (no meramente memorísticos y sí más prácticos y generales), con preguntas relacionadas entre sí y más enfocadas a que los estudiantes sepan aplicar sus conocimientos en situaciones inspiradas en el mundo real. También aumentaba un cuarto de hora la duración de las pruebas (de 90 a 105 minutos por examen) precisamente por la idea de una Selectividad más competencial que memorística.
Otra de las principales novedades que contemplaba el decreto era la posibilidad de elegir entre las asignaturas de Historia de España e Historia de la Filosofía. Ya no habrá la opción de Filosofía, pese a que es obligatoria en primero y también en segundo de Bachillerato, en este último caso con el nombre de Historia de la Filosofía.
«La Selectividad de 2024 será igual a la de 2023», insistieron desde el Ministerio, lo que no impedirá reglamentar mediante una orden los contenidos de las pruebas que tienen que adecuarse al nuevo Bachillerato, «como se hace cada año», señaló José Manuel Bar.
El aplazamiento ha sido bien acogido en las comunidades gobernadas por el PP, que siguen insistiendo en desplegar una prueba única en toda España, lo que, a su juicio, permitiría acceder a la universidad a los alumnos de todas las autonomías en igualdad de condiciones.
Tomado de www.elcorreo.com