EGUNON ETXEA. Próximos en la distancia por el coronavirus
El pasado domingo el centro de día Egunon Etxea, situado en el corazón del Casco Viejo, en el centro de las Hijas de la Caridad cerró sus puertas y con esta decisión marcada por el protocolo sanitario de obligado cumplimiento, 35 personas se vieron obligadas a regresar a pisos y pensiones. El coronavirus les ha condenado a sustituir la presencia física por las llamadas telefónicas, las comidas en el comedor por los táperes, la medicación ahora es a domicilio, lo mismo que el cuidado de sus ropas. Pero Maika Aguirre, miembro de la comunidad de Hijas de la Caridad y responsable de este centro, da por buenos todos los esfuerzos que se están haciendo porque «estamos poniendo valor en el apoyo del otro».
El proyecto Egunon Etxea también apoyado por la Diputación de Bizkaia y la Fundación Tapia, atiende a personas mayores con un recorrido vital complejo y en situación de gran vulnerabilidad, que no encuentran una respuesta a sus necesidades en los recursos convencionales para las personas de su edad. A grandes rasgos se puede hablar de personas con escaso contacto con sus allegados, alojadas en pensiones, albergues o en pisos propios (viviendo solas), con algún tipo de adicción, trastorno o enfermedad mental, con poca confianza en sus capacidades.
Cuando el domingo cerró sus puertas, Iñaki, uno de los usuarios, no podía encajarlo. «Todo este tiempo diciéndonos que somos una familia y ahora esto cierra». Fueron las primeras palabras desconsoladas de este residente que después se ha dado cuenta de que no está solo. «Muchos nos llaman para decirnos que nos cuidemos porque nos necesitan», cuenta Maika Aguirre.
En medio de esta pandemia ella es capaz de sacar lo positivo de esta experiencia. «Lo estamos viviendo con mucha intensidad emocional, dolor, tristeza y también fortaleza para escuchar el silencio y estar próximos en la distancia». Egunon Etxea no ha cerrado, dice convencida, pero es verdad que solo gracias a la solidaridad gratuita de muchas personas se ha podido convertir estos días en el faro de referencia para esas personas que carecen en unos casos de una red social, o tienen enfermedades crónicas, mentales, adicciones u otras patologías y que en este edifico de las Hijas de la Caridad han encontrado como explica Maika, el lugar, su sitio.
En estos momentos y para que no queden desatendidos ha habido que arrimar el hombre y no solo el personal de Egunon Etxea sino también otras personas que colaboran con ellos en el día a día y que han sumado esfuerzos. La farmacia que habitualmente se encarga de suministrarles los medicamentos, por ejemplo, se ha unido a esta red apoyo y son ellos mismos los que están ayudan a los trabajadores de Egunon Etxea para llevar al día la medicación de seis personas. «Desde la propia farmacia se la suministran a estas usuarias del centro de día».
Algo parecido está sucediendo con la comida. «El servicio de alimentación de Gaska está llevando la comida a 23 domicilios de Bilbao y 2 en Astrabudua». Desde el Servicio de Ayuda a Domicilio se están implicando y coordinando con los trabajadores de este centro para mantener la mirada atenta a estas personas. También los vecinos están colaborando para mantener esta red de apoyo en estos momentos, incluso en el caso de gente que está en tratamiento de metadona hay un caso de un kioskero que se ha ofrecido a ayudarnos en el suministro a una persona que lo necesita.
Maika Aguirre lo llama «brotes nuevos que nos revitalizan con la magia y la ternura de todas esas personas y de este gran equipo».
El centro. Consta de un centro de día que abre los 365 días del año, dos pisos compartidos en los que se alojan algunas de las personas que asisten al centro y la posibilidad de participar únicamente en algunos de los servicios. Egunon Etxea atiende a personas mayores con un recorrido vital complejo y en situación de gran vulnerabilidad, que no encuentran una respuesta a sus necesidades en los recursos convencionales para las personas de su edad. Tiene capacidad para 35 personas.
Tomado de www.deia.eus