El Papa pide a los padres sembrar la fe en sus hijos, no dejarles «a merced de las modas y el móvil»
La parábola del sembrador (Mt 13, 1-23) fue utilizada por Jesús «para describir el don de su Palabra», dijo el Papa en el Ángelus de este domingo, 16 en el que la Iglesia celebra la solemnidad de la Virgen del Carmen. A ella le encomendó que nos ayude a sembrar la Palabra de Dios.
Al igual que la semilla, mucho más pequeña que las plantas y los frutos a que da lugar, el Evangelio es «un pequeño libro, sencillo y al alcance de todos, que produce vida nueva en quien lo acoge». La Palabra es la semilla y nosotros el terreno, y «podemos recibirla o no». Jesús «no se cansa de sembrarla», dijo el Papa, porque conoce «nuestra inconstancia y las espinas de nuestros vicios», pero siempre confía en que acabe dando fruto.
En consecuencia, también nosotros debemos «sembrar continuamente sin cansarnos». Francisco puso tres ejemplos.
Primero, los padres, que «siembran el bien y la fe en los hijos, y están llamados a hacerlo sin desanimarse aunque a veces estos parecen no entenderlos y no apreciar sus enseñanzas, o si la mentalidad del mundo ‘rema en contra'». Deben perseverar, porque «echará raíces en el momento adecuado». Sin embargo, «si, cediendo a la desconfianza, renuncian a sembrar y dejan a los hijos a merced de las modas y del móvil, sin dedicarles tiempo, sin educarles, entonces el terreno fértil se llenará de malas hierbas».
Segundo, los jóvenes, que pueden sembrar con la oración, «una pequeña semilla que no se ve, pero con la cual se encomienda a Jesús todo lo que se vive». También dedicado tiempo «a los otros, a quien lo necesita más». Ese tiempo «puede parecer perdido», pero es «tiempo santo», a diferencia de «las satisfacciones aparentes del consumismo y del hedonismo», que «dejan las manos vacías».
Y tercero, los sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos en el anuncio del Evangelio, que «viven y predican la Palabra de Dios a menudo sin registrar éxitos inmediatos». Francisco les recordó que, «cuando anunciamos la Palabra, también donde parece que no sucede nada el Espíritu Santo está trabajando y el reino de Dios ya está creciendo, a través y más allá de nuestros esfuerzos». El Papa invitó a todos a recordar a esas personas que pusieron «la semilla de la Palabra de Dios en nuestra vida»: «Quizá ha brotado años después de que hayamos encontrado sus ejemplos, ¡pero ha sucedido precisamente gracias a ellos!».
Tomado de www.religonenlibertad.com