EPIDEMIAS y ESPAÑOLES (IV)

Un gran desconocido contra la difteria

Lejos de los grandes monumentos funerarios, en la periferia de los cementerios que dan descanso a personas de finales del siglo XIX, hay una infinidad de pequeñas tumbas con huéspedes aún más pequeños, todos fallecidos en fechas muy parecidas. Son los lugares de descanso de los miles de niños madrileños afectados por la difteria, una enfermedad que se ensañó con España y con los más pobres de la capital.

Un doctor hoy olvidado trabajó más que nadie para remediar esta tragedia en la ciudad. El canario Vicente Llorente, que había estudiado en laboratorios de París y Berlín los avances de la sueroterapia, pagó de su propio bolsillo la compra de suero antidiftérico y fundó en España el Instituto Microbiológico de Sueroterapia. El médico canario no solo exportó del extranjero esta cura, también creó un modelo de producción científico e industrial del suero para España, aunque también se usó en otros países, que ayudó a salvar miles de vidas.

Un artículo de ABC de 1923 titulado «El Instituto Llorente. Una gran obra científica, humanitaria y patriótica» describió así los logros de su vida:

«Una ráfaga de emoción, que es orgullo noblemente patriótico y gratitud entrañablemente humana, envuelve el espíritu de todo aquel que visita la institución que con acierto fundó en Madrid el doctor Vicente Llorente y Matos. El Doctor Llorente consagró de por vida cuanto poseía: ciencia, tiempo y fortuna a la creación dos servicios: el de la curación de la difteria, en cuya estadística aparecen más de 20.000 casos, todo un pueblo infantil, y el antirrábico, que registra más de 4.000 tratados por el método de Pasteur. La elocuencia de estos datos está por encima de los elogios. Es lo redentoramente divino en lo humano… El alma del fundador alienta en su fundación. Orden, método, ciencia y conciencia, rectitud de juicio clínico, vocación al sacrificio, fueron y son las normas de vida del Instituto Llorente».

Tomado de www.abc.es

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