¿Es justo suspender un examen por las faltas de ortografía?

Escribir sin faltas de ortografía es todo un reto hoy en día. Según estudios realizados en los centros de enseñanza de la Comunidad de Madrid, los alumnos de 11 años cometen de media una falta de ortografía por cada 16 palabras escritas. Nos alarmamos cuando nuestro hijo no resuelve bien una operación matemática sencilla, como una suma o resta, y por el contrario le quitamos importancia a las faltas de ortografía que cometen, justificando que son pequeños y que ya aprenderán.

La mayoría de los expertos recomiendan darle más importancia a la ortografía, ya que esta es la carta de presentación de una persona en su vida personal, estudiantil o laboral. Se sorprendería si supiese cuántos currículums con faltas de ortografía siguen llegando a las empresas. Por desgracia, el corrector ortográfico no es infalible, y no detecta por ejemplo si se ha escrito bien «haber» en vez de «a ver».

Actualmente, se desconocen los motivos por los cuales gran parte de los escolares cometen faltas de ortografía. Algunos argumentan que se debe al uso de las redes sociales, otros culpan a las nuevas tecnologías, otros dicen que la causa es la falta de lectura y algunos ven el problema en el sistema de aprendizaje.

«Los errores ortográficos no son exclusivos de un género u otro, ni afectan más según el tipo de centro escolar, sino que la alarma es generalizada y se extiende a todos los niveles educativos. Lo que más preocupa a los profesores que acuden a nosotros y solicitan nuestros servicios es el notable crecimiento de estas deficiencias en los cursos más avanzados, incluso en Bachillerato y en la prueba de acceso a la universidad», apunta Virginia Ricoy, fundadora de Walinwa.

Muchos profesores ponen de relieve un asunto polémico en las aulas: cómo evaluar las faltas de ortografía en las pruebas escritas. Lanzan la siguiente pregunta: ¿es justo suspender a un alumno en un examen por las faltas de ortografía, o lo que se tiene que evaluar son los contenidos de las distintas materias? Existe gran discrepancia en este asunto, dependiendo de si le preguntas al alumno, al padre, o al profesor. Y usted, si fuera profesor, ¿qué haría?

Los docentes además destacan que el material del que se dispone en muchas ocasiones es repetitivo y poco estimulante para los alumnos, como el cuaderno de ortografía o los dictados, que apenas han hecho evolucionar la manera de trabajar la ortografía durante décadas.

Es responsabilidad de todos, alumnos, profesores, colegios y familias, inculcar a los niños la importancia de escribir correctamente, ya que una buena ortografía es nuestra mejor carta de presentación.

Tomado de www.abc.es

 

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