Estas son las enfermedades que tu perro puede contagiarte
Todos estamos expuestos a las enfermedades. La mayor parte de ellas provienen de agentes externos, microorganismos que llegan por diversas vías a nuestro organismo haciéndonos enfermar. Una de estas vías puede ser nuestras mascotas.
Las enfermedades transmitidas pueden ser parasitarias o causadas por microorganismos que entran en nuestro organismo. La manera en la se produce el contagio será directa o indirecta.
Vía directa
Nuestro perro nos pasa el agente infeccioso por contacto. Estas son las enfermedades más comunes.
Hidatidosis. Esta patología la causa el parásito Echinococcus granulosus. El perro es el huésped definitivo y el humano uno intermedio que recibe los huevos a través de la saliva u otro elemento contaminado con sus heces. Las larvas forman quistes en pulmones o hígado, que pueden llegar a ser mortales.
Leptospirosis. Causada por la bacteria Leptospira, la principal vía de contagio es la orina. Los síntomas más comunes en perros son fiebre, apatía así como orina oscura y hemorrágica. También gastroenteritis y vómitos sanguinolentos. En humanos, los síntomas son parecidos a los de un resfriado común.
Capnocitofaga. La causa la bacteria Capnocytophafa canimorsus, que se encuentra en la boca de los perros y se transmite a los humanos por la saliva. Se trata de una patología leve cuyos síntomas más comunes son náuseas, fiebre, dolor de espalda y malestar general.
Rabia. Es la zoonosis más conocida del mundo, y las más grave, con una mortalidad casi total. La provoca los virus Rhabdoviridae. Causa una infección inflamatoria que daña el cerebro y el sistema nervioso central. Se transmite por el mordisco de un animal infectado. En perros, la vacuna es preventiva y en humanos, después del mordisco.
Nematodos. Un amplio grupo de gusanos que provocan diversas enfermedades. Se alojan en el intestino y pueden llegar a la boca del perro tras lamer la zona del ano u olfatear heces de otros canes. Se combate con desparasitación recetada por el veterinario. En humanos, según los problemas que causen.
Sarna. Hay varios tipos de sarnas, pero la que afecta a los humanos es la sarcóptica y se transmite por contacto. En las personas no se puede reproducir y desaparece en poco tiempo.
Campylobacteriosis La campilobacteriosis es una enfermedad provocada por la bacteria Campylobacter en perros y en otras mascotas. Salta a los humanos por contacto con un animal enfermo o al comer algún alimento o agua contaminada. Puede provocar malestar general, diarrea, fiebre y sangre en las heces. La mayoría de las personas se cura sola, pero acudir al médico es oportuno.
Vía indirecta
En el contagio interviene un tercer elemento, el vector, generalmente pulgas, garrapatas y mosquitos.
Enfermedad de Lyme. También llamada borreliosis, la causa la bacteria Borrelia burgdorferi. La transmiten las garrapatas. Sus síntomas más comunes son fiebre, anorexia y miopatías.
Dirofilariasis canina. Llamada enfermedad del gusano del corazón, el parásito se instala en este órgano afectando a su funcionamiento y puede provocar parada cardíaca al perro o persona enferma. Se trasmite por la picadura de un mosquito.
Leishmaniosis. Es una enfermedad grave que afecta a los perros y se transmite a través de mosquitos. El sistema inmune de los humanos puede combatir esta enfermedad, pero si hay alguna enfermedad previa o inmunodepresión el contagio es posible si les pica un mosquito infectado.
Tenias. Las tenias son parásitos que afectan al sistema digestivo impidiendo la absorción de nutrientes.Se trasmite por ingesta. Por regla general suelen ser pulgas contaminadas que el perro se traga al mordisquearse. El contagio a humanos es difícil pero no imposible.
Ehrlichiosis: Se trata de una enfermedad común del perro causada por bacterias Ehrlichia canis y que se transmite por la picadura de garrapatas, afectando también a personas.
Cinco tips preventivos
Para evitar este tipo de problema de salud, tanto en los perros como en nosotros, la prevención es la mejor arma.
Desparasitar. Seguir las pautas del veterinario para evitar parásitos internos y externos.
Higiene. Los parásitos pueden vivir mucho tiempo fuera del huésped hasta llegar a otro anfitrión. Una buena higiene evita su proliferación y reduce riesgos.
Atención en los paseos. Evitar que lama o ingiera nada. Cualquier cosa puede estar contaminada.
Ojo a los viajes. Antes de salir de viaje, informarse de posibles riesgos en el destino. Puede necesitarse medidas adicionales de protección.
Atentos a posibles síntomas. Comportamiento extraño, apatía o nerviosismo sin razón aparente pueden indicar que algo no va bien. No hay que esperar para tomar medidas. No solo por él, también por nosotros.
Tomado de www.deia.eus