ORIENTACIÓN: Estudie con un método (método EPLER)

1.- EXPLORE EL TEMA: ANTES DE LEER, PIENSE ACERCA DEL TEMA QUE VA A ESTUDIAR. REALICE UNA LABOR PREPARADORA DE LA MENTE

Pregúntese y determine, con toda exactitud, la relación que hay entre la lectura que va a hacer y el trabajo del curso en general, qué afinidad tiene con los temas anteriores y cuáles son los problemas que trata de resolver. Medite también sobre aquella parte del tema que le sea conocida y trate, asimismo, de sumar a ella los conocimientos adquiridos por sus propias experiencias y estudios anteriores, aunando de este modo cuanto pueda facilitarle la comprensión del estudio que emprenda.

2.- HÁGASE PREGUNTAS: INTENTE CONOCER POR LAS PRIMERAS IMPRESIONES EL CONJUNTO DE UNA LECTURA

Es de gran interés obtener una rápida y acertada impresión sobre el libro o lectura al enfrentarse con ella, de igual manera que lo hará con un conferenciante al asistir a su conferencia. Fije la atención en el tí­tulo, en el autor y en los demás trabajos de él; en el año que fue escrito, en el prefacio, en la tabla de materias y en su presentación. Fórmese una idea del valor dela obra y acto continuo reflexione sobre la utilidad que podrá reportarle su lectura y la aplicación de ésta a sus estudios. Identifí­quese con el plan del autor, para que así­ pueda tenerlo presente sin esfuerzo mientras dure su lectura.

3.- PRIMERA LECTURA: LEA PRIMERO RíÁPIDAMENTE EL TEMA ASIGNADO, PARA TENER UNA IDEA DE SU CONJUNTO

No preste demasiada atención a los detalles, trate de conseguir una visión panorámica de la lectura; observe dónde se halla el mayor número de cosas nuevas para ustedes y dónde están resumidos los conceptos más importantes.

Con esto delimitará el terreno y sus divisiones naturales. Una ligera práctica le permitirá observar a simple vista cualquier materia, por extensa que ésta sea, extrayendo de ella sus ideas básicas.

En los libros se acostumbra a ilustrar cada principio enunciado con cierto número de ejemplos. Si está seguro de conocer bien un postulado, de que ya sabe interpretarlo, pase por alto los ejemplos; no hay razón para detenerse en ellos.

Leer por entero dos veces la lección puede parecerle innecesario y una pérdida de tiempo, pero no es así­. la larga se convencerá de que este procedimiento no sólo conduce a la mejor comprensión de los temas que trate, sino que además se habrá ahorrado tiempo.

4.- SEGUNDA LECTURA: LEA POR SEGUNDA VEZ, LENTAMENTE Y REFLEXIONE

Con esta práctica podrá cerciorarse de que el significado de los detalles se capta con mayor rapidez a causa de la primera ojeada. Mantenga en su mente la idea principal, subordinando a este pensamiento – base todos los demás.

Partes de la lectura, que aisladas son a menudo oscuras y difí­ciles de interpretar, se aclaran cuando se las relaciona con la idea fundamental. Sabiendo lo que sigue a estos confusos fragmentos, evitará muchas perplejidades y dudas. Ahora bien, es necesario conceder a la lectura meditada cuanto tiempo exija, reflexionando profundamente acerca de ella.

Vaya más allá del libro. Forje nuevos eslabones y cree otros ejemplos. Lea con espí­ritu crí­tico; no admita los asertos porque sí­, obligándose a hallar la justificación a sus afirmaciones y puntos de vista. Hecho todo esto, relacione el tema de su anterior manera de pensar sobre el asunto. Asimí­lelo, conviértalo en una parte de su pensamiento y, adelante, empléelo en las conversaciones y controversias que mantenga.

5.- ESQUEMA: DETÉNGASE EN LOS PUNTOS IMPORTANTES. ANÓTELOS O TOME NOTAS SOBRE ELLOS, UTILIZANDO ESTAS ACOTACIONES PARA LA REVISIÓN POSTERIOR DEL TEMA

Cuando en la lectura meditada llegue a un punto importante, señálelo o anótelo en el cuaderno de apuntes. Al final de cada párrafo o conjunto de ellos, deténgase y reflexione sobre cuanto ha leí­do, resumiendo las ideas esenciales en una simple nota. Las anotaciones prestan un gran servicio, no sólo en el momento de hacerlas, sino más tarde, al efectuar la revisión del tema o tener que consultar el mismo.

Todos los dí­as, antes de comenzar la lectura de la nueva lección, repase sus anotaciones anteriores. Este ejercicio sólo requiere unos minutos para su ejecución y es, sin embargo, de un valor extraordinario.

Cuando encuentre estas notas confusas, cuando no despierten en ustedes una idea clara y definida del punto a que se refieran, vuelva a la lectura que las motivó y refresque en ella la memoria. Este método de las anotaciones garantiza una buena base para iniciarse en los temas nuevos.

6.- REPASE: ASEGÚRESE DE QUE SUS CONOCIMIENTOS SON CLAROS Y DE QUE LOS HA MEDITADO PROFUNDAMENTE

Considere con espí­ritu autocrí­tico las enseñanzas adquiridas. Es frecuente que los estudiantes se conformen con lo que saben. Aunque no espere aprender mucho en poco tiempo, trate de que lo poco que aprende en relación con cualquier tema sea claro, preciso y concreto.

Evite, sobre todo, aceptar ideas nebulosas. Adquirir conocimientos superficiales es sinónimo de fracaso. Resulta más provechoso obtener unas pocas ideas fundamentales y claras, que poseer sobre los mismos una gran cantidad de nociones vagas que difí­cilmente podremos aplicar.

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