DEBATE 9: Dime, dime ¿por qué?

A ti te lo pregunto, jovencito desnortado (en el supuesto que sepas su significado) que sólo piensas en el hoy y aplicas a tu vida el «comamos y bebamos que mañana moriremos» o el «ande yo caliente y rí­ase la gente». Como decí­a el otro «vulgar zampabollos que vives de tus padres sin aportar otra cosa que insumisión y gastos».

¿Por qué has llegado a renegar de tu pasado y no ver más allá de la sombra que proyecta tu boina? ¿Por qué, con dieciséis o diecisiete años, sólo pretendes vivir el dí­a a dí­a sin ninguna pregunta u objetivo que dé sentido a tus acciones? ¿Por qué te asemejas a marchas forzadas y evidentes a la animalidad irracional cuya única motivación viene dada por el instinto de supervivencia?… ¡Solo te falta balar!

¿Por qué eres incapaz de hacerte algunas preguntas fundamentales? «De dónde vengo, a dónde voy, qué pinto yo en el mundo»… ¿Tan aborregado te hemos ido haciendo que eres incapaz de descubrir tu propia interioridad, tu propia capacidad de interrogarte en profundidad? ¿Tanto te desprecias a ti mismo? ¿Tan fuerte es la atracción que sobre ti tiene el rebaño?… ¡Solo te falta balar!

¿Por qué, a pesar de tus potencialidades, te conformas con el mí­nimo? Te hablo de las relaciones grupales, del esfuerzo por mejorar tus competencias académicas, de tus preocupaciones sociales o polí­ticas, del ansia de vivir cada dí­a dando un sentido al trascurrir de las horas, de soñar con un mundo mejor, de liberarte de sus complejos de inutilidad, de mirar siempre al otro como un ser superior…¡Solo te falta balar!

¿Por qué tus únicas respuestas son el «no s黝, «no sé cómo decirlo», «no me apetece», «no me najes», «tengo la depre», «hoy es lunes», «estoy cansado»…? ¿Por qué rebajas a tus interlocutores a vulgares «sacacorchos»? Al final, de tanto renunciar a mostrar el buen vino, sólo produces vinagre. ¡Se te nota en la cara aunque la ocultes tras pócimas mágicas, polvos de la abuela o un rebaño amorfo y mimético!… ¡Solo te falta balar!

¿Por qué tus conocimientos son tan escasos? ¡Qué pregunta tan imbécil por cuanto siempre te crees injustamente tratada por tus padres (que son unos bordes), tus profesores (que sólo actúan por preferencias)! Piensas que lo sabes ya todo o que tienes la suficiente capacidad como para elegir lo que te conviene. Así­ te luce el pelo. Sólo sirves para hacer número en el rebaño que cada fin de semana deambula cargada de alcohol por cualquier ciudad, incluida Barakaldo!… ¡Solo te falta balar!

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2 Respuestas

  1. Lourdes dice:

    Claro que miramos al pasado, y por supuesto al futuro también.
    Pero, el pasado el algo que ya hemos vivido, que sabemos lo que hay y a cuales preguntas como «de donde venimos» ya han sido respondidas por grandes personas, (las estudiamos) pese a ese cada uno tiene su opinión acerca de eso, pero como todo lo que se refiere al pasado nosotros no lo podemos cambiar. En cambio, el presente esta en nuestras manos y podemos virar hacia el sentido que queramos. usamos las experiencias vividas en el pasado para no cometer en los mismos errores.
    El futuro nos preocupa, pero si nos obsesionamos con ello solo conseguiremos la preocupación de » y si sale mal» por que por desgracia tenemos mas miedo a chocarnos contra la pared que a poder saltarla.

    Por ello, tenemos que tener presente nuestro pasado y nuestro posible futuro. Pero la felicidad, creo, que es en vivir cada momento y disfrutarlo.

  2. Asier Rodríguez González dice:

    La forma de ver la vida, al igual que la mayorí­a de los pensamientos racionales o filosóficos, depende directamente de la filosofí­a de vida que se lleve, es decir, depende de la mentalidad que se tenga.
    Aunque muchas veces no lo parezca, los adolescentes nos ponemos metas e intentamos luchar por ellas como cualquier otra persona.
    Luego, la manera de afrontar las cosas ya depende de si la persona posee un afán más o menos competitivo y si posee motivaciones que le lleven a la consecución de ello.
    Por tanto, al final, a todos nos preocupa lo mismo a pesar de que muchas veces intentemos ponernos caretas o máscaras para intentar ocultarnos.

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