Julián González de Soto Serrato (1803 – 1864). Sacerdote paúl (CM), pedagogo, tratadista.
González de Soto Serrato, Julián. Egea de los Caballeros (Zaragoza), 28.IV.1803 – Barcelona, 19.X.1864. Sacerdote paúl (CM), pedagogo, tratadista.
De padre burgalés, oriundo de Barrios de Bureba, y de madre oscense, natural de Guardia. Su padre había ido a la villa de Egea para ejercer de oficial de Correos.
Muerto éste, la viuda se trasladó con sus hijos a Barbastro, en cuyo colegio de los padres escolapios, Gonzalez de Soto inició sus primeros estudios. El conocimiento que tenía de los misioneros paúles, presentes en el seminario de Barbastro, le inclinó hacia la Congregación de la Misión en la que ingresó en septiembre de 1818. Con ellos estudió, en Barcelona y Toulouse (Francia), Filosofía y Teología, ciencias que simultaneó con el estudio de la Física Experimental, Matemáticas, Dibujo Natural y Lineal, Arquitectura y Lengua Francesa, ya que se preparaba para ir a las misiones de la China, destino al que nunca llegó.
Vuelto de Francia, se estableció en Barbastro (1823).
Con los estudios ya finalizados fue enviado como profesor al seminario de Badajoz (1826). Un año más tarde fue ordenado presbítero en Madrid (1827).
Junto a los padres Fortunato Feu y Buenaventura Codina dedicó buena parte de sus esfuerzos a la fundación de la casa de Madrid y a la consolidación de las Hijas de la Caridad en distintos lugares de España.
Su buena preparación le acreditó como diputado a la Asamblea General de París (1827) y a dedicarse, posteriormente, a las misiones populares y ejercicios del clero. Su formación y talante le propiciaron la tarea de la educación, en la que sobresalió por encima de los demás ministerios.
Superada la gran crisis de la Revolución Liberal (1836-1839), que le había obligado a emigrar a Francia, fijando su residencia en el colegio de los misioneros paúles de Montolieu, regresó a España y fundó, a petición del Ayuntamiento de Figueras, el colegio de Humanidades de la villa (1839) que, convertido luego en instituto, sirvió de pauta a los demás que se fueron estableciendo. El aprendizaje metodológico observado en Francia suscitó en él el deseo de aplicarlo en España, concretándolo en programas de estudio y métodos pedagógicos. A tenor del convenio con el instituto de Figueras, adelantó las materias de estudio de las etapas de primaria y secundaria: estudio sólido de la Religión; lectura correcta de prosa y verso; el arte de escribir el carácter español, el inglés y el de adorno; la gramática castellana, francesa, latina y griega; aritmética elemental, superior y mercantil; teneduría de libros de comercio, geografía y la correspondencia mercantil; lectura de manuscritos españoles; matemáticas, dibujo y pintura; física experimental; lecciones elementales de zoología, mineralogía, botánica y geología; filosofía, retórica, poesía, declamación, geografía e historia, programa verdaderamente avanzado y novedoso que abría nuevos caminos a la enseñanza en España. Los títulos obtenidos como maestro, licenciado y doctor acreditaban la preparación del padre González de Soto.
En 1845 organizó el instituto provincial de Gerona y los gabinetes de física, química e historia natural.
Tomado de www.rah.es