LECTURA: Un estudio de Loiu concretará el diseño de la cubierta de Abando
El estudio de arquitectura G&C, ubicado en Loiu, será el que concrete las líneas maestras del urbanismo del nuevo espacio que se generará por encima de la futura estación soterrada de Abando. La futura terminal ferroviaria bajo la superficie albergará los nuevos andenes del Tren de Alta Velocidad (TAV) y de los servicios de cercanías de Renfe, incluido los trenes de la antigua compañía Feve que llegan a Bilbao desde Balmaseda.
El Ayuntamiento de Bilbao ha adjudicado a este estudio el concurso que licitó a finales de febrero pasado con el que se pretenden obtener varias alternativas de cómo quedará la distribución de edificios, parques, calles y plazas que se generarán en este gran solar que medirá más de 90.000 metros cuadrados de superficie. G&C ya tiene experiencia en varios proyectos de urbanismo entre los que destaca su último concurso ganado, el diseño de los espacios verdes que compondrán la primera fase de la operación urbanística de Zorrotzaurre. La adjudicación es el primer paso que había que dar desde el Consistorio bilbaino para ir determinando el desarrollo de este espacio que permitirá eliminar la gran explanada ferroviaria actual y conectar a la vez la zona del Ensache de la villa con los barrios de San Francisco, Bilbao la Vieja y Zabala.
A la licitación pública se presentaron un total de nueve ofertas de firmas tan prestigiosas como las ingenierías Sener e Idom, además de otros equipos de arquitectos locales.
El estudio de los arquitectos Marta González Cavia y Jorge Cabrera ha ganado el concurso con una puntuación de 82,9 puntos, imponiéndose a Idom, 81,9 puntos, y Erdu-Hiritek que se quedó en 79,49.
Tal y como adelantó DEIA el pasado marzo, el ámbito objeto del estudio comprende los terrenos ubicados entre las calles Hurtado de Amézaga, García Salazar, San Francisco y Bailén, así como los terrenos de la trinchera de Cantalojas. Una superficie aproximada de 107.000 metros cuadrados.
A partir de ahora, y por unos honorarios de 90.000 euros, estos profesionales tendrán que aportar las alternativas de ordenación de la gran parcela «a fin de posibilitar al Ayuntamiento la determinación de los parámetros urbanísticos sobre los que habrá de desarrollarse el futuro planeamiento», recoge el pliego de condiciones.
El equipo de G&C no va a poder exprimir mucho la imaginación en su trabajo. Cuentan con dos documentos, uno del Gobierno vasco de enero pasado y otro de la oficina de Planificación Urbana municipal, de mayo de 2016, que les marcan el trazo grueso de lo que se pretende construir y diseñar en la tapa de la estación.
Tres escenarios Este último informe detalla tres propuestas donde se detallan los edificios de uso ferroviario y su ubicación, el espacio verde y urbano que quedará, así como los bloques que albergarán pisos, oficinas y equipamientos municipales.
Tres opciones que aportan diferentes coeficientes de edificabilidad -se baraja erigir entre 900 y 1.370 viviendas- y por tanto distinto valor económico del suelo, un dato este último esencial para concretar las plusvalías necesarias para sufragar parte del coste de las obras de soterramiento de la nueva estación.
Eso sí, tendrán que respetar unos cuantos elementos fijos. El irrenunciable es la gran plaza central de algo más de 40.000 metros cuadrados que se quedará por encima de los dos niveles de andenes subterráneos y que equivale en superficie a la mitad del parque de Doña Casilda.
Se mantienen las oficinas de Adif y Renfe en el actual bloque esquinero que mira a la plaza Circular. Así mismo quedarán los inmuebles industriales de la calle Particular del Norte, que se remodelarán en un futuro para usos municipales, así como la mitad de la actual cubierta de la estación, la cual se cortará para poder extender la calle Padre Lojendio hasta Bailén. De igual manera son fijas dos nuevas arterías urbanas, las cuales unirán las calles General Salazar y Bailén.
Tomado de www.DEIA.es