Más de la mitad de la población vasca asegura no haber fumado nunca

Más de la mitad de la población vasca asegura no haber fumado nunca. Y tres de cada diez personas, un 34,9%, han conseguido dejar el tabaco en la CAV, que cuenta con un 12,7% de población fumadora. Son algunos de los datos de la XXIV encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) con motivo de la Semana sin Humo que se celebra del 25 al 31 de mayo, y que este año lleva como lema Mejor el paseo que el humo o el vapeo.

Las cifras registradas en la CAV son ligeramente más positivas que la media estatal, que suma un 15,6% de población fumadora, a diferencia del 12,7% de Euskadi. Además, mientras el 52,4% de la ciudadanía vasca asegura no haber probado el tabaco, la cifra desciende hasta el 51,9% de media en el resto de comunidades.

Se calcula que en el Estado mueren cada año 50.000 personas por causas atribuibles al tabaco, según datos de la Encuesta Europea de Salud en España de 2020. Así las cosas, la Sociedad Médica quiso ayer martes poner el acento en las cifras más alarmantes que se pueden extraer de la encuesta.

Y una de ellas es la nueva forma que ha tomado el consumo del tabaco en los últimos años, y la cada vez edad más temprana a la que empiezan. El 19,2 % de los adolescentes de 14 a 18 años fuma o consume algún derivado del tabaco, pero los vapeadores son los preferidos para uno de cada cinco, seguido de las cachimbas, que emplean el 14,3 %, mientras que un 13,1 % se decanta por los cigarrillos convencionales.

El estudio, que ha batido récord de participación con un total de 9.711 personas de todas las comunidades autónomas, demuestra cómo los nuevos productos derivados del tabaco son “la puerta de entrada” a los cigarrillos convencionales para los más jóvenes, lamentó ayer en rueda de prensa Susana Morena, coordinadora de la Semana Sin Humo.

Así, el 19,2 % de los jóvenes de entre 14 y 18 años se declara fumador o vapeador, y son precisamente los cigarrillos electrónicos los preferidos, ya que los consumen hasta el 20,8% de los adolescentes. Mientras, el 14,3% consume cachimba, el 13,1% opta por el cigarrillo convencional y un 7,5% consumen porros.

Sin embargo, las cifras se invierten en el siguiente grupo de edad: los jóvenes de 19 a 24 años que fuma asciende al 32,3%, pero en esta franja, el producto más consumido es el cigarrillo convencional, seguido de los vapeadores y las cachimbas. La proporción de consumidores de tabaco mezclado con cannabis se mantiene en un 6,7%.

Percepción del peligro

Y es que las encuestas ponen de manifiesto, según sostuvo Morena que “el cigarrillo electrónico es la forma en que se inician los jóvenes para pasar después al tabaco convencional”. Y hay una clara razón: “Por la falsa sensación de inocuidad de estos dispositivos que se ha divulgado masivamente en las campañas de marketing con intereses comerciales dirigidos a los jóvenes”, sostuvo la doctora.

De hecho, solo seis de cada diez de los encuestados asegura ser consciente de que la cachimba o pipa de agua es nociva para su salud, tanto si se usa con tabaco como con productos sin nicotina; por el contrario, el 29,7% ignora sus efectos perjudiciales, porcentaje que asciende al 40% entre los fumadores.

Todo ello, “pese a que ya existe evidencia científica sobre sus estragos para las vías respiratorias a pesar del poco tiempo que llevan en el mercado”, subrayaron los expertos.

Por ello, la semFYC urgió a las autoridades a impulsar medidas de prevención, sobre todo dirigidas al ámbito escolar y juvenil. “Es muy grave que, en pleno 2023, el 30% de los jóvenes de 19 a 34 años se considere fumador: tenemos que revisar el mensaje que estamos dando y por qué nuestra juventud se sigue enganchando al tabaco y sus derivados”, zanjó Paula Chao, vicepresidenta de la sociedad científica.

Tomado de www.deia.eus

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