Niños, adolescentes y porno (III)
Adicción a la pornografía
La pornografía provoca adicción porque a través del deseo sexual se libera la hormona dopamina. Sin embargo, la dopamina generada por la pornografía es diferente, ya que cada imagen pornográfica lanza un chute de dopamina, generando un atracón en el cerebro. “Se empieza con determinadas dosis de porno, pero llega un momento en que no es suficiente para despertar lo que se necesita y se busca una dosis mayor que genere más estímulos”, señala Izquierdo.
Para explicar mejor lo que ocurre, la experta recurre al concepto de las neuronas espejo. “Estas neuronas se activan en nuestro cerebro cuando realizamos una acción o cuando vemos a alguien realizarla. Si por ejemplo vemos a alguien sonreír, mandaremos una señal al sistema límbico y terminaremos sintiendo lo que siente la persona que sonríe. ¿Qué pasa con las neuronas espejo y la pornografía? Que nuestro cerebro se estaría comportando como si fuéramos el actor principal de la escena que estuviésemos viendo, por ejemplo, en una agresión sexual grupal”.
Tomado de www.elmundo.es