ORIENTACIÓN: Dieta para tiempo de exámenes
Todo el que se ha tenido que enfrentar a una época de exámenes, puede ser a final de curso o bien preparando una oposición, sabe el desgaste físico y mental que supone.
Cuando un estudiante se prepara para un examen pueden ocurrir varias cosas, dependiendo fundamentalmente del carácter del estudiante en cuestión:
– 1ª posibilidad: El estudiante se encierra en su habitación delante de los libros y se olvida de comer. Resultado: Estudiante queda agotado, ojeroso y con varios kilos menos. Mamá dice: «mi niño/a se está quedando en los huesos. Ay, pobre…»
– 2ª posibilidad: el estudiante no come prácticamente nada porque dice que «se le cierra el estómago» con los nervios. Resultado: estudiante queda agotado, ojeroso y con varios kilos menos. Mamá dice: » mi niño/a se me está consumiendo. Ay pobre…»
– 3ª posibilidad: Al estudiante con los nervios le da por comer (las penas con pan son menos). Mamá dice: «mi niño/a tiene que comer más porque tiene mucho desgaste, pero menuda ruina para llenar la nevera. Ay pobre…». Resultado: estudiante que termina los exámenes con varios kilos más y con mamá diciendo: «que hermoso se ha puesto mi niño/a»
– 4ª posibilidad: Estudiante que se aburre de estudiar como una auténtica ostra y decide picotear constantemente comiendo toda clase de porquerías a todas horas, tanto mientras estudia como mientras descansa. Resultado: estudiante con el estómago revuelto de tanto comer y con varios kilos más (quizá también con granos por exceso de comida basura). Mamá dice: » ¡si comieras comida de verdad y no tantas porquerías…! Ay pobre»
Lo ideal es encontrar un equilibrio y no olvidar que, efectivamente, esta época supone un sobreesfuerzo por lo que la alimentación debe ser sana, equilibrada y completa, lo cual no significa carta blanca para saquear la nevera ni para atiborrarse de comida basura.
Los estudiantes deben hacer sus cinco comidas diarias, comenzando con un buen desayuno que aporte proteínas e hidratos de carbono y las comidas principales del día deben ser completas pero no pesadas, ya que la digestión de una comida copiosa dará un sueño insoportable impidiendo la concentración. No se trata de aumentar la cantidad sino la calidad aportando nutrientes como vitaminas, fósforo, zinc, calcio, potasio y magnesio.
Ejemplo de un día de dieta de exámenes:
Desayuno:
– Café con leche
– Dos rebanadas con queso fresco y miel.
– Zumo de naranja natural.
Media mañana:
– Un yogur desnatado y un puñado de nueces.
Almuerzo:
– Ensalada de lechuga, tomate y pepino.
– Un plato de macarrones boloñesa (con salsa de tomate y carne picada).
– Un plátano.
Merienda:
– Tazón de cereales integrales con leche desnatada.
Cena:
– Alcachofas con jamón.
– Tortilla a la francesa.
– Una manzana.
Antes de dormir:
– Un vaso de leche caliente con miel o con cacao (ayuda a conciliar el sueño).
Un último consejo: lo mejor para descansar después de tanto estudiar es hacer algo de ejercicio, sobre todo de tipo aeróbico. Despeja la mente y aporta sensación de poder con todo porque estimula la secreción de endorfinas. Vosotros decidiréis que momento del día es mejor para practicarlo.
Ah, y suerte con los exámenes.
Por: Salud Delgado Fuentes
Tomado de www.comeconsalud.com