DEBATE 144: Feminismo: libertad y respeto (3º de la III Evaluación)
Si queremos hablar de desigualdades deberíamos empezar mencionando la que existe entre los debates del Congreso y los de la calle. Como madre y política, cada vez que escucho las disquisiciones sobre si es pertinente incluir el lenguaje desdoblado en la RAE me llevo las manos a la cabeza. Ahora estoy esperando mi tercera hija y sé que la auténtica preocupación de las mujeres no es esa, sino si pueden quedarse embarazadas cuando en su empresa están reduciendo plantilla o si es mejor congelar los óvulos. Hay compañías americanas en Silicon Valley que pagan este tratamiento a sus empleadas porque son conscientes de que la edad óptima para ser madres coincide con su época de mayor rendimiento laboral. Por desgracia esta cultura todavía no se ha instalado en nuestro país. Cuando una mujer pide un ascenso lleva un cartel de fértil en la cara. Por eso cuando se habla de feminismo en términos de «ellos y ellas» yo pienso en tantas amigas que han tenido que guardar su maternidad en la nevera a la espera de tiempos más propicios, que a veces no llegan nunca. Y eso me produce indignación.
El feminismo no significa hacer malabares léxicos como decir «miembra» en vez de miembro. A las «jóvenas», expresión que utilizó la diputada socialista Carmen Romero en 1997 en un mitin, no les preocupan esas cuestiones de marketing. Nosotras queremos que se implementen políticas públicas que hagan posible la igualdad real entre hombres y mujeres. Yo estoy disfrutando de muchas cosas que mi madre no hubiese soñado nunca y confío en que mis hijas vivan en un entorno más igualitario. Deseo que cuando lleguen por la noche, tras cumplir con innumerables tareas, no tengan que preguntarse si han hecho lo suficiente y si han llegado a todo como madres y trabajadoras. Los hombres son parte indispensable de la ecuación y no debemos excluirlos de esta lucha porque solo lograremos ser más iguales si les damos más derechos a ellos para ejercer la paternidad, sólo dándoles más derechos a ellos seremos nosotras más libres. Todas tenemos diferentes formas de ver el feminismo, pero si algo lo define son el respeto y la libertad.
Begoña Villacís.
Tomado de www.larazon.es
Es cierto e indignante esta realidad, que una mujer debido al ámbito laboral deba aplazar su propósito ser madre. Si una mujer debe dejar este objetivo a un lado por no tener un futuro claro, es un punto de inflexión y que debe cambiar, porque sino se puede tener un hijo con plena libertad no hay igualdad.
En mi opinión, el feminismo debería centrarse en cuestiones más importantes que en un lenguaje inclusivo. Hoy en día debería plantearse el feminismo en torno al trato que recibe la mujer a diario. la mujer no puede ser libre si no se la respeta o trata como igual(en lo que se refiere a un vocabulario respetuoso, sin estereotipos de ningún tipo) y siguen sufriendo de acoso sexual. Además, hay mujeres que no quieren tener hijos y tienen todo el derecho del mundo a decidir sobre su cuerpo, ya que en muchas ocasiones se sobreentiende que la mujer por el hecho de serlo en algún momento de su vida tendrá hijos.
Ya va siendo hora de dejar de discutir por cosas poco relevantes como el lenguaje inclusivo y empezar a actuar por la verdadera igualdad. Es totalmente legítimo querer montar teorías de «el feminismo es mentira» o «los hombres son todos malos», pero eso no lleva a nada, solo demuestra el egoísmo de querer barrer para casa.
Lo verdaderamente importante es cómo actuamos en el día a día, sin tener que distinguir si estamos ante un hombre o una mujer. Todos merecemos el mismo respeto y las mismas oportunidades, y no estoy hablando solo en el mundo occidental, ya que en otros países la situación de la mujer es realmente pésima y no se le da el eco que merece.
Ser feminista no es luchar contra el hombre sino defender la igualdad y respeto entre todas las personas sean hombres o mujeres. El feminismo es necesario pero respetando las ideas de los que opinan diferente. Lo que no se puede tolerar es que cada vez haya más muertes por violencia de género. Debemos luchar contra el acoso sexual, contra la discriminación y la desigualdad, para que tengamos las mismas oportunidades laborales y salariales. Hay que evitar que la maternidad sea un obstáculo para conseguir un trabajo o un ascenso. Se nos condiciona en qué momento elegir ser madres. Tenemos que luchar por una sociedad más igualitaria.
Por lo tanto, el lenguaje inclusivo no me preocupa lo único que hace es más largos los discursos. El lenguaje no creo que sea patrón de opresión, desigualdad o desprecio.
A pesar de que los avances en relación a la situación de la mujer han sido muchos, todavía sin duda la mujer sigue estando en desventaja en muchos aspectos de su vida y uno de ellos y sin duda muy importante es su carrera profesional.
Los hombres lo tenemos mucho más fácil a la hora de acceder a un trabajo porque la maternidad para algunos empresarios es un tema que los lleva a no contratar a mujeres que pueden quedarse embarazadas o con hijos a su cargo.
Es injusto que las mujeres tengan que elegir entre ser madres o dedicarse a su profesión.
Vamos a ser sinceros desde el principio y a dejar una cosa clara: el feminismo (así como otros movimientos sociales como los derechos LGBT o de inmigrantes), ha sido secuestrado por grupos políticos de izquierdas, que utilizan su definición de diccionario como parapeto para encubrir otras políticas, las cuales son de una legitimidad moral variable. Han conseguido ligarse a movimientos aparentemente nobles para hacerse ver como «parte del pack» que conlleva el seguir principios como la igualdad entre sexos, a los que cualquier persona mínimamente decente se adheriría. Un ejemplo de este fenómeno fue la huelga feminista de este 8 de marzo, cuyo manifiesto (el cual no fue leído por la mayoría de asistentes al acto) estaba repleto de políticas con ninguna relación (o que se buscara forzosamente) con el movimiento feminista: anticapitalismo, leyes de inmigración, etc.
El motivo de este secuestro no es otro que el interés económico en subvenciones estatales, proponiendo medidas insulsas e irrelevantes como la ya comentada introducción de lenguaje inclusivo, las cuotas laborales que restringen la libertad tanto de las empresas como de los trabajadores o el desvío de fondos destinados a la ayuda a víctimas de violencia de género para los sonados «talleres» (bastante desagradables, recomiendo discreción para quien quiera informarse sobre ellos) que poco ayudan en el propósito original de ese dinero.
Si bien, cuando se trata de problemas reales y que requieren un poco más que demagogia para solucionarse, como puede ser la vulnerabilidad de la mujer en el entorno laboral por el hecho de que, al quedar su trabajo afectado por la maternidad en una mayor medida que el del hombre, sean un contrato más arriesgado para un empresario, este «feminismo» hace oídos sordos. Esto último puede incluso serle conveniente, pues si la «lucha» acabara, el negocio de las subvenciones y venta de productos con el lema reivindicativo se hundiría con ella.
Ahora, el tema planteado por Begoña Villacís es bastante difícil de tratar. Y es que, ¿cómo podemos compensar una desventaja ante el mercado causada por una diferencia biológica entre hombres y mujeres? Está claro que la igualación en los permisos de paternidad y maternidad propuesta por Podemos es un paso adelante en esto, pero, a parte de promover una cultura caritativa hacia los contratistas (algo tal vez eficaz si viviéramos en el Mundo de la Piruleta), ¿qué más se puede hacer que no coarte libertades? Y es que, literal y desgraciadamente, no se puede. Hombres y mujeres somos diferentes, y nuestra evolución nos ha adaptado para cumplir ciertos roles. Muchos de ellos, quedan obsoletos en el mundo moderno, en el que la tenencia de mayor masa muscular no es necesaria para desarrollar la mayoría de oficios no domésticos o la capacidad de amamantar no es crucial para determinar si alguien puede criar a un niño o no. Por ello, muchos de esos roles, aunque persistentes por el hecho de que la sociedad evoluciona a un mayor ritmo que nosotros, se han ido eliminando. Sin embargo, algo tan empírico como el que la mujer tenga que gestar por nueve meses, quedando inhabilitada para el trabajo durante un tiempo, no es algo que se pueda cambiar. Es así de triste. Y para quien quiera debatir esto último aportando terribles ideas como leyes de cuotas, comento que eso no sería más que otra imposición que dificulte aún más si cabe el desarrollo de empresas y oportunidades de trabajo en España. Al menos es algo más que soltar el discurso de «busquemos una sociedad más igualitaria», el cual no aporta absolutamente nada a la solución del problema.
En cuanto al resto de temas que trata el feminismo actual, ya sea la brecha salarial, la violencia de género y la supuesta existencia de un patriarcado en occidente, me es más fácil aportar esta cadena de mensajes de mi Twitter ( https://twitter.com/AnderGarciAguir/status/1104349467283808256 ), en la que hablo largo y tendido sobre ellos.
Y concluyo mi extenso comentario recordando que siempre se debería buscar el razonamiento, la investigación y el contraste de argumentos para llegar a una conclusión propia, más allá de la que un ideólogo o panfleto te sugiera y evitando sentimentalismos para tratar de llegar a una verdad crítica al atreverte a salir de tu zona de confort.
Hoy se habla mucho de feminismo, pero pienso que no hemos avanzado tanto, la mujer sigue teniendo que luchar mucho más para demostrar su valía y aspirar a puestos importantes.
También tenemos que destacar que para formar una familia, si así se desea con hijos, le es difícil puesto que ahora, que tanto se habla de la conciliación laboral y familiar en España, no se aprecia.
A día de hoy muchas mujeres luchan por sus derechos y el feminismo es un tema muy hablado en nuestra sociedad, pero pienso que aún hay mucho que hacer para cambiar la mentalidad de la sociedad que por desgracia es mayoritariamente machista. De todos modos, me parece horrible que las mujeres tengan que replantearse si quedarse embarazadas o no porque las pueden despedir en su trabajo. Visto lo visto, como he dicho anteriormente, tenemos muchoque hacer para poder cambiar esta sociedad.
Muchas veces el movimiento feminista se atribuye a la lucha contra los hombres aunque el movimiento busque la igualdad de hombres y mujeres. Aunque hoy en día las mujeres nos encontremos en una mejor posición comparándonos años atrás, creo que todavía queda muchísimo por avanzar porque me parece denigrante que una mujer tenga miedo a quedarse embarazada por el simple echo de perder su trabajo. La sociedad tiene que evolucionar mentalmente para que estas situaciones no sean cotidianas y comunes.
Estoy de acuerdo en que el problema no es de léxico ni de acciones puntuales para quedar bien o ganar un puñado de votos, lo realmente importante es que en el día a día no se penalice a la mujer por el simple hecho de serlo, debemos luchar para que todos tengamos las mismas oportunidades y que cuando se seleccione a un candidato para un puesto, en la elección no influya si es hombre o mujer si no si se trata de la persona más capacitada.
Creo que la sociedad si va dando pequeños pasos a favor de esa igualdad, como la reciente aprobación del aumento de los permisos de paternidad, para ayudar a la conciliación familiar y a que la maternidad no suponga un impedimento para que las mujeres puedan desempeñar los mismos cargos que sus compañeros hombres, cobrando los mismos salarios y recibiendo los mismos reconocimientos.
Estoy totalmente de acuerdo con este articulo de opinión. El feminismo realmente trata de mediante pequeños cambios por parte de todos, se pueda llegar a una sociedad mucho más igualitaria donde no ocurran cosas como las que cuenta acerca de la maternidad. Como dice el texto, el hecho de cambiar el lenguaje como cambio drástico para todo el mundo no va a hacer que este tipo de desigualdades paren . Sino que cambios como la mayor implicación de los padres con la paternidad en lo que respecta al trabajo debe ser igual que la de las mujeres o más facilidades para madres trabajadoras sí que marcarán la diferencia. Si eso se va implantando poco a poco si que va a tener mucha más repercusión que el decir el femenino de unas cuantas palabras al referirse a mujeres.
Coincido con lo que dice este artículo. El feminismo persigue la igualdad total entre hombres y mujeres, cosa que aún tenemos lejos por situaciones como la descrita arriba. No se puede aceptar que una mujer por el hecho de serlo, y por ello tener posibilidades de quedarse embarazada, no sea contratada. A esto habría que añadirle el hecho de que la mujer es la que es «castigada» laboralmente por tener un hijo, mientras que los permisos por paternidad son más cortos. Las mujeres no deberían tener que decidir entre ascender laboralmente o ser madres.
Estoy de acuerdo con el artículo. El feminismo lucha por los derechos de las mujeres y la consecuente igualdad entre hombres y mujeres. Me parece muy triste que a pesar de estar avanzando poco a poco, todavía existan numerosas injusticias, como a descrita en este texto. Que en pleno siglo XXI, las mujeres tengan que escoger entre tener un trabajo y un hijo es muy fustrante. Es inaceptable que una mujer, por el mero hecho de serlo y, por lo tanto, tener posibilidades de quedarse embarazada, no sea contratada, o que las bajas por maternidad la aparten de su trabajo. La reciente de medida de aumentar los permisos de paternidad me parece un gran avance, ya que ambos progenitores tiene la misma responsabilidad y deber respecto a los hijos, a pesar de que en estos últimos años, recaía más peso en la madre, siendo esto otro ejemplo más de la sociedad tan desigual en la que vivimos.
Una persona feminista no lucha contra un hombre u bsuca ser una persona más poderosa que un hombre si no que busca la igualdad y vivir en un mundo justo dónde todo sea igual para todo el mundo. El lenguaje no tiene porque cambiar, si no las acciones. Ya que por mucho que se cambie de género a las palabras, mientras ocurran injusticias en le mundo no se va a lograr el propçosito que tienen todas las personas feministas. Nadie debe ser más o mejor que nadie sino iguales ya que todos somos seres humanos.
En mi opinión este artículo aborda el tema del feminismo de forma muy acertada. Frecuentemente escuchamos sobre el lenguaje inclusivo en un intento de ciertos medios y partidos políticos de ridiculizar el movimiento feminista, desviando la atención de los asuntos realmente importantes. El feminismo lucha por la igualdad, por que las mujeres que han sufrido y sufren situaciones similares a la descrita en el texto obtengan las oportunidades que se merecen, que no son otras que las mismas que se dan a los hombres.
Si queremos solucionar el problema de la baja natalidad pero no damos empleo a mujeres precisamente por el riesgo a que se queden embarazadas damos con un problema de la sociedad provocado por las empresas.
Mientras los empresarios se ahorran unos euros para no tener que pagar bajas de maternidad, quizá están perdiendo una gran empleada que podría haber aportado mayores beneficios a la empresa, y es por eso por lo que lucha el feminismo. Por juzgarnos por nuestras capacidades y no por nuestro género.
Es interesante y una cuestión muy presente en el feminismo la que se plantea en el artículo , el tema de la maternidad. Es un hecho que en nuestra sociedad, incluso a día de hoy, aún se producen despidos por embarazos (como es el caso de Aina Clotet) y que la posibilidad de quedarse en estado en recriminada en las propias entrevistas de trabajo, como si fuese un delito o una traba escandalosa el hecho de que una muejer pueda quedarse embaraza. Aún resulta más irrisorio, cuando nos borbandean a diario que la tasa de natalidad es cada vez más baja, que somos un país que envejece y que los jóvenes tienen otros intereses ¡el apocalipsis! Después te das cuenta de que no existen medidas que protejan la integridad laboral de las mujeres embarazadas y te preguntas qué pretende la sociedad ¿a caso volver a relegar a la mujer únicamente a limpiar la casa y críar a niños lozanos? Una escena por la que aún se lucha para que no sea la realidad de muchas.
No podemos pretender que las mujeres tengan hijos si no se las protege, si cuando van a una entrevista se precede el ser varón por el simple hecho de su imposibilidad a la hora de embarazo. Queda mucho por hacer, mucho por lo que luchar y mucho que revindicar.
Me parece muy triste que muchos políticos se hagan los feministas utilizando el lenguaje inclusivo, ya que el decir jovena no hace que las mujeres tengan mayor igualdad. La igualdad se trabaja poniendo los mismos sueldos tanto a mujeres como hombres, dando las mismas vacaciones de maternidad y paternidad a ambos.
Por otra parte me parece muy triste qué haya mujeres que tengan que dejar pasar su oportunidad de ser madres o retrasarla por motivos laborales, ya que tienen que tener oportunidades de compatibilizar la vida laboral y la personal (familiar).
Además, conozco un caso de una profesora de biología que al terminar el grado universitario de biología e ir a buscar un trabajo como profesora de biología en un instituto la preguntarán en un colegio concertado (Ibaigane Ikastetxea) a ver si tenía marido y a ver si tenía pensado ser madre y al decir ella que sí que tenía marido y que no se descartaba la idea de tener hijos la dijeran «hasta luego». Por lo que dijo que tenía claro que iba a preparar unas oposiciones para trabajar en un instituto público. Me parece una pena que no valorarán su profesionalidad en los colegios concertados y privados.
Está claro que tenemos que avanzar mucho, yo creo que en el ámbito público hay bastante igualdad, aunque todavía queda mucho por mejorar. En las empresas concertadas y privadas hay bastante más desigualdad y y hay mucho más por mejorar.
Quizás, desde el ámbito público se puede hacer más de lo que se hace, por ejemplo cuando sale una obra pública y contratos de las entidades públicas a empresas privadas exigirles a estas unas condiciones de igualdad tanto salarial como de condiciones sociales.
En mi opinión, la finalidad del feminismo es conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. Aunque a pesar de esto, hoy en día la mujer tiene que seguir luchando cada vez más para obtener su objetivo de una sociedad más igualitaria, además de tener que lidiar con las desigualdades y el miedo durante mucho tiempo.
Aparte considero que, como la autora de este artículo, es muy injusto que en pleno siglo XXI las mujeres tengan que dejar de lado la maternidad o atrasarla porque en sus trabajos les pueden bajar mucho el sueldo si se quedan embarazadas, cambiarlas de puesto de trabajo e incluso pueden llegar a ser despedidas.
Para finalizar, gracias a la lucha de miles de mujeres y hombres (que apoyan este movimiento) se está consiguiendo cambiar esta situación poco a poco y se está llegando a conseguir una sociedad más igualitaria.
Aunque las mujeres han luchado mucho a lo largo de la historia para que a día de hoy gocemos de los derechos que tenemos, todavía queda mucho por luchar y batallar por una igualdad que será difícil de conseguir y que no podemos hacer solas.
Es muy injusto, como indica la autora del artículo, que las mujeres tengan que retrasar su maternidad por el miedo a ser despedidas. Los hombres y mujeres debemos ser juzgados por igual, por nuestras capacidades, por nuestro méritos, por las cosas que hacemos bien y las que hacemos mal. Porque si juzgamos una acción o un hecho sin saber el sexo del responsable de tal acto lo haríamos de manera más parcial, sin embargo y bajo mi punto de vista cuando sabemos el sexo de la persona tendemos a juzgarlo de diferente manera.
Este artículo aborda de manera acertada una cuestión que preocupa a muchas mujeres.
Últimamente, se ha hablado mucho sobre el lenguaje inclusivo y varios partidos políticos lo han utilizado como un intento de supuesta modernización, pero su mal uso ha llevado a ridiculizar el movimiento feminista y a no tratar asuntos más importantes. Como todos sabemos el feminismo es un movimiento que busca igualdad, y el lenguaje inclusivo no es que no sea algo de suma importancia, sino que hay cuestiones por las que nos preocupamos más las mujeres. Cabe recalcar que el lenguaje inclusivo no solo aborda el tema del género del léxico, sino que también trata el sexismo en el significado de las palabras en sus variantes masculinas y femeninas.
Muchas mujeres sufren situaciones similares a la que se describe en el artículo. No es normal, que por el hecho de ser mujeres y poder quedarnos embarazadas, tengamos menos oportunidades laborales que los hombres, por no hablar ya de los sueldos.
Es curioso que los políticos hablen de la baja natalidad cuando las mujeres tienen tantos problemas para encontrar empleo por la posibilidad de quedarse embarazadas. No sé como quieren que haya más nacimientos si muchas de las mujeres no tienen la suficiente estabilidad económica para mantener a un hijo. En vez de mirar la desventaja de tener que pagar una baja por maternidad, las empresas deberían tener en cuenta las cualidades de la posible empleada y los posibles beneficios que podría traer a la empresa.
Por esto lucha el feminismo, por que las mujeres seamos juzgadas por nuestras cualidades y capacidades y no por nuestro sexo.
El feminismo no es lenguaje. Es igualdad. El feminismo representa la conquista de las mujeres, de todas ellas, por unos derechos y libertades que les corresponden por derecho propio. El feminismo no quita derechos a los hombres, ni tan siquiera busca darles más, como indica la autora que debería hacer. El feminismo defiende que las mujeres sean iguales a los hombres en todos los aspectos tanto políticos, como económicos, sociales y judiciales. La lucha del feminismo no recae en obligar a la RAE a incluir nuevos vocablos o a modificar los ya existentes, su lucha se centra en lograr que las grandes empresas equiparen los salarios, confien en las mujeres y no las rechacen por cosas tan básicas como tener un hijo.
Ahora bien, aunque coincido con la autora en lo que a maternidad se refiere, no creo que la liberación de las mujeres venga de la mano de un empoderamiento masculino. ¿Por qué se critica que los hombres no puedan ejercer debidamente la paternidad y no el hecho de que estos cobren un 25% más que sus compañeras femeninas por el mismo trabajo?
El feminismo de siempre lucho por el sufragio femenino, por la inclusión laboral y por el reconocimiento de los derechos de una mayoría que había sido siempre aplastada y pisoteada. El feminismo de ahora, el moderno, acepta todo lo lo logrado y pretende ir más allá, pretende progresar, porque quedarse parado no es más que otra forma de fracasar estrepitosamente. Lucha por llenar esa brecha salarial, por romper ese techo de cristal y por evitar toda muestra de violencia machista dentro o fuera del domicilio familiar son sus objetivos, ninguno más.
Seamos coherentes, pues, con nuestras palabras y no confundamos conceptos. Begoña Villacís defiende un nuevo modelo de feminismo: el feminismo liberal. Un movimiento derrotista, símbolo de un patriarcado moribundo que no termina de desaparecer. Dar voz a estos discursos fomenta las tensiones entre grupos sociales y lleva a confusiones que crean malentendidos generales.
Antes de hablar del feminismo y criticar a los partidos de izquierdas por abanderarse como aliados suyos, hemos de saber que es realmente la lucha feminista. No se busca mancillar el idioma, no se busca minusvalorar a los hombres en favor de la igualdad, se busca, simple y llanamente, lograr que todos seamos iguales. Y, si no somos capaces de comprender esto, tenemos un serio problema.
Estoy de acuerdo con lo que se dice en el artículo. El objetivo del feminismo es conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, y esto, a día de hoy en pleno siglo XXI, sigue estando lejos. Aún queda mucho por hacer. Situaciones como la descrita arriba, son una clara muestra de ello. Es indignante que una mujer, por el mero echo de serlo, no tenga las mismas posibilidades que un hombre para que la contraten, simplemente porque se pueda quedar embarazada. Y más indignante es aún, que haya personas que no sólo no hagan nada por cambiarlo, si no que, además, nieguen que este tipo de situaciones se dan en la actualidad.
Tras leer y analizar el texto y las diversas opiniones de mis compañeros, creo que esto es un debate que siempre estará presente entre nosotros.
Lo primero de todo, debemos saber que el feminismo lo que pretende es buscar la igualdad entre hombres y mujeres, y a pesar de que no lo creamos, todavía estamos muy lejos d conseguir esa igualdad.
El hecho de que una mujer tenga menos posibilidades de ser contratada en un trabajo que un hombre por el simple hecho de que pueda quedarse embarazada me parece denigrante.
Los más ignorantes siempre defenderán que el feminismo busca destacar el género femenino cuando realmente, lo que pide es igualdad entre hombres y mujeres, y por ello debería tener muchos más apoyos de los que tiene, y quien desee hablar sobre ello debería informarse previamente. Lo que a las mujeres nos preocupa no es que al referirse a un grupo se utilice un nombre masculino, ni mucho menos, nos preocupa la brecha salarial, nos preocupa el acoso, la violencia de género, los asesinatos, las violaciones, la infravaloración, el calificativo de género débil… y sin duda, lo más preocupante es que en pleno siglo XXI tengamos que seguir reivindicandonos por esto. Gracias a la lucha feminista, hoy en día las mujeres podemos dar nuestra opinión, y por ello no vamos a quedarnos calladas ante la injusticia y la falta de conocimiento.
Estoy completamente de acuerdo con el texto. Pienso que hay temas más importantes que debatir para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, antes que pelear por el uso de un lenguaje inclusivo. Ademas, yo creo que cambiar las bases del castellano en unos pocos años no es una cosa sencilla, más cuando en determinados ámbitos se sigue sin valorar lo suficiente a la mujer.
No obstante, si miramos unos pocos años atrás veremos que el cambio que ha habido en la sociedad es muy grande. De manera, que tal ve en un futuro no muy lejano, es posible que nos permitamos debatir el usar ambos géneros en las palabras cuando nos dirijamos a un público.
Estoy completamente de acuerdo tanto con lo comentado en el artículo como con la opinión de mis compañeros. El feminismo es un movimiento social y político que busca la igualdad de las mujeres y los hombres, y no creo que adoptar un lenguaje inclusivo sea la mejor manera para lograr esto. Mas vale centrarse en otros temas que en querer cambiar la lengua que venimos usando desde hace muchísimos años y que tan difícil sería de adaptar a algo nuevo, me parece una absurdez.
Estoy completamente de acuerdo con el artículo y con los compañeros que lo defienden. El feminismo no busca la superioridad de la mujer, no busca que las mujeres tengan privilegios que los hombres no, no busca que se nos considere mejor que a ellos, no, no busca nada de eso. El feminismo simplemente busca la IGUALDAD, igualdad entre hombres y mujeres, quienes por su condición de seres humanos, son iguales desde nacimiento. Todos deberíamos ser feministas; hombres, mujeres, adultos, niños… todos y cada uno de nosotros deberíamos apoyar este movimiento, un movimiento que debe mantenerse vivo y hacerse cada vez más fuerte, hasta que las desigualdades desaparezcan, hasta que no sigan muriendo mujeres en manos de hombres, hasta que las mujeres no cobren menos simplemente por serlo… hasta entonces, debemos seguir luchando, día a día.
El feminismo es un movimiento que busca la igualdad de las mujeres y de los hombres,pienso que aunque hayamos avanzado mucho hoy en dia las mujeres aun siguen sin estar tan valoradas como los hombres.Tampoco nos podemos quejar teniendo en cuanto como era la sociedad unos años atras,pienso que algun dia conseguiremos la igualdad completa entre mujeres y hombres
Creo que el idioma no es o no debería ser el principal foco de atención a la hora de solucionar el problema. El lenguaje es una herramienta, que sirve para comunicarnos y entendernos. Cambiando una a por una e no solucionamos nada, ni hacemos el mundo mejor ni evitamos el machismo, lo único que logra es provocar una sensación incómoda a las personas que escuchan.
Al contrario de lo que aún mucha gente piensa, lo que el feminismo busca es la igualdad del hombre y la mujer, no la superioridad de éstas últimas. Es verdad que el camino trazado por el feminismo ha logrado que cada vez sea más pequeño el abismo entre ambos sexos, pero aún queda mucho por recorrer. Además, creo que hay cuestiones mucho más importantes, como la brecha salarial, que deberían solucionarse y no fijarse tanto en temas como el lenguaje, aunque bien es cierto que el cambio se da desde los detalles más pequeños.