DEBATE 1: «La familia y los jóvenes»

Por Arturo Ramo Garcí­a. Inspector de Educación.

Desgraciadamente algunos jóvenes de nuestra sociedad tienen problemas con las drogas, la bebida o el sexo. A menudo se culpa de esta situación a la influencia de las amistades, a la deficiente educación, a la familia, a la falta de trabajo, etc. En general, hay mucha literatura sobre estos temas y pocos trabajos de investigación para averiguar las verdaderas causas de estas conductas.

En Estados Unidos se ha realizado un estudio cientí­fico sobre una muestra muy amplia de adolescentes (unos 90.000) y se han publicado sus conclusiones el pasado 10 de septiembre en el Journal of the American Medical Association.

La primera conclusión es que el ambiente familiar es más influyente que el cí­rculo de compañeros u otras circunstancias sociales. Los adolescentes que se sienten unidos cordialmente a su familia tienen poco riesgo de caer en el mundo de las drogas, del alcohol, del tabaco o de las relaciones sexuales prematuras. Cuanto más estrechos sean los lazos familiares y más confianza haya entre padres e hijos menos riesgo hay de sucumbir en esas conductas.

Es importante que los hijos encuentren alguien en casa al volver del colegio, a la hora de la cena y al ir a dormir. Pero es más influyente la cercaní­a emocional que la fí­sica. El doctor Robert W. Blum, uno de los investigadores y director del Programa de Salud de los Adolescentes, en la Universidad de Minnesota recomienda a cada padre que «tus hijos deben saber que cuando necesiten hablar contigo vas a estar accesible, aunque sea por teléfono».

Con respecto a la escuela, se afirma en este estudio que para proteger a los jóvenes de conductas peligrosas no cuenta tanto el tipo de colegio (público o concertado) como que los estudiantes sientan que sus profesores se preocupan por ellos y los tratan con respeto y justicia.

El autor es Inspector de Educación

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18 Respuestas

  1. Mitxel dice:

    El texto es una invitación al debate. Con él se inicia una nueva sección en la página. Será obligatoria la identificación como alumno de la Colegio (para su repercusión en nota) y la corrección de todos aquellos que participen en el mismo. El administrador del debate se reserva el derecho de publicar cualquier comentario que considere improcedente.

  2. Asier Rodríguez González dice:

    En mi opinión, las conclusiones obtenidas a partir del estudio realizado son totalmente verdaderas y estoy totalmente de acuerdo con ellas.
    Está claro que nuestra forma de ser depende de la gente por la que nos dejemos influir; como apunta el refrán «dime con quién andas y te diré quién eres», pero quienes más influyen en nosotros son nuestros padres ya que son las personas que tenemos como modelo a seguir desde que nacemos.
    Por ello, para que no pasen este tipo de irregularidades es vital la confianza que se establezca en la relación padres e hijos.
    Si los hijos ven a sus padres, además de los modelos a seguir, un apoyo más como un amigo más y éstos les llevan por el camino correcto, lo más probable es que este tipo de irregularidades no ocurran; al margen de que hay que saber diferenciar los momentos en los que tienes a tu padre como padre (guardando las distancias) y en las que tienes a tu padre como amigo, que es cuando se puede depositar una confianza total de amistad.

  3. Cristian González Otero dice:

    Como dice Asier, no siempre se ve aun padre como un amigo de confianza sino como un modelo de conducta que establece en su hijo ciertas pautas para su correcto desarrollo, tanto sociales, psiquicas, fisicas…
    De todas formas, un adolescente (como cualquier otra persona) no se comporta basandose solo en el hecho de su situación familiar, ya que obviamente, en una familia no todos tienen ideales, objetivos o una etica igual y se comportan independientemente siguiendo unos principios propios (no descarto diciendo esto que esos principios no sean influidos en gran parte por la propia familia).

    Personalmente creo que sobre una persona (sea o no adolescente) influyen muchos factores, algunos más importantes que otros, pero que no se puede achacar un comportamiento determinado a un único factor, sino a la coalición de todos estos factores (familia, amigos, medios de comunicación…) con las ideas propias del individuo.

  4. Imanol Merelas González dice:

    Lo vemos todos los dí­as: gran número de jóvenes tienen serios problemas con el alcohol, las drogas y el sexo. El origen se sitúa en distintas partes según el que hace el análisis de la situación: para unos, se ha producido la desaparición del concepto tradicional de familia por lo que se han perdido valores en los que se asentaba la sociedad: respeto, disciplina, responsabilidad … Para otros, el hecho de que los jóvenes tengamos una vida más fácil se traduce en que caemos con más facilidad en este tipo de problemas. También estan los que piensan que, hoy en dí­a, el futuro es poco esperanzador a cuenta de la crisis, el paro …. por lo que se ha pasado del optimismo propio que tení­a la gente antes, a una tristeza por todo lo que nos rodea que hace que nuestras espectativas de bienestar futuro hayan reducido. Además, ya se sabe que nuestra generación va a tener una calidad de vida inferior a la de nuestros padres, por lo que ¿para qué luchar?. Disfrutemos de la vida y de sus placeres mientras podamos porque no vamos a poder cambiar las cosas.

    Desde mi punto de vista, el origen de todos los males se encuentra en la falta de complicidad entre padres e hijos. Estoy totalmente de acuerdo con los que dicen que una buena relación de confianza entre padres e hijos influye en el crecimiento de estos, fortaleciendo su personalidad y por ello, la capacidad de poder elegir el camino a seguir y de decir NO a las drogas, al alcohol y al sexo antes de tiempo. La complicidad con nuestros padres nos ayudará a afrontar los problemas diarios ya que contamos con el apoyo adecuado y sincero de aquellos que sólo quieren lo mejor para nosotros.Cierto que estos problemas suelen achacarse a las influencias de amigos, a la falta de preocupación por conseguir un trabajo o unos estudios… pero la verdadera causa de la mala toma de decisiónes depende del ambiente en el que nos criemos.

    La misma importancia que tiene un buen ambiente en nuestras casas, en el colegio tambien es necesario dicho ambiente, puesto que tambien hay una figura de autoridad en la que se nos aconseja a nuestro favor. Nos remitimos a lo dicho anteriormente: si la relación entre profesores y alumnos es amistosa, estos seguirán los consejos de los profesores.

    Para finalizar he de decir que tanto el ambiente familiar como el ambiente escolar debe de ser bueno, ya que influye enormemente en la toma de decisiones por parte de los adolescentes ante cualquier problema. Sin embargo, la causa principal de la mala toma de decisiones es la falta de optimismo. Por tanto, la verdadera solución es luchar ante cualquier problema y no tirar la toalla o tomar las decisiones mas rapidas y faciles posibles, ya que estas no suelen ser por lo general las mejores.

  5. Ainhoa López Hermosilla dice:

    Cierto, hoy en dí­a los adolescentes tienen cada vez más problemas con las drogas, el alcohol y el sexo. Esta conducta se debe, en gran medida, a la influencia de las amistades, que pueden llegar a ser «muy persuasivas»… Los padres sí­ que deben apoyar a sus hijos e intentar estar a su disposición cuando les surja un problema; sin embargo, en mi opinión, el ser «amigo» de los hijos es un error.
    Tal como dice el particular juez de menores de Granada Emilio Calatayud: «Nos hemos convertido en colegas de nuestros hijos, pero si me convierto en amigo, estoy dejando a mis hijos huérfanos», y es cierto. Amigos, ya tienen bastantes. Los padres son figuras a seguir que deben corregirnos cuando nos equivocamos y ayudarnos. Intentan educarnos de la mejor manera posible, aunque en ocasiones también se equivoquen (no existen padres perfectos).
    De todos modos, la adolescencia es una etapa para los jóvenes de cambios, tanto a nivel fí­sico como psicológico. Es muy posible que debido a esto los chics/as se confudan en la toma de decisiones, y por ello, los padres deben ser un apoyo constante en sus vidas.
    Es interesante la conclusión que aparece en el Journal of the American Medical Association, la cual dice que «cuanto más estrechos sean los lazos familiares y más confianza haya entre padres e hijos menos riesgo hay de sucumbir en esas conductas». Para mí­ esta afirmación es algo relativa, puesto que el tener demasiada confianza con los padres, una relación demasiado estrecha, o en compañí­a más o menos constante de uno de los progenitores, puede causar en el adolescente la sensación de falta de privacidad y de espacio, lo cual puede empujarle a ciertas conductas, tales como iniciarse en el mundo de las drogas, el alcohol, y el sexo.

  6. Sául Chomón dice:

    Considero poco productí­va la investigación del texto que llega a la (evidente) conclusión de que es el ambiente (sobre todo el familiar) el que empuja a los jovenes a las drogas.

    Opino que la temprana iniciación en el ámbito sexual no es un problema, al menos en principio. Si lo es, y grave, la ingesta de sustancias estupefacientes a cualquier edad, muestra inequiboca de la necesidad de evadirse de la realidad para hallar una falsa diversión.

    Coincido totalmente con la opinión de Cristian, los factores que impulsan a una persona a comportarse de una manera determinada son muchos, muy variados y generalmente están interrelacionados.

    Difiero de Imanol, pues da por hecho que tendremos (nuestra generación) una calidad de vida inferior a la actual. Considero firmemente que el futuro está solo en nuestras manos y que mantener la calidad de vida actual no tiene que ser nuestro objetivo, sino que ha de ser mejorarla. Hemos de vernos con energí­a para lograrlo.

    Hermosilla defiende la figura del padre autoritario y despótico. Yo sin embargo soy un firme defensor del padre-amigo, considero que el hijo que se guí­a únicamente por mandatos jamás será completamente autónomo. El padre amigo guí­a a su hijo para que él elija su camino, el padre autoritario obliga al hijo a seguir el camino que él(padre) ha elegido.Que tu padre sea ,ante todo, un amigo no significa que no tenga poder sobre ti, todo lo contrario, tendrá más poder que si se limita a mandarte, ya que te dará indicaciones que tu escogeras o desecharas en función de lo que dicte tu voluntad, estando convencido en cada una de TUS DECISIONES de que te encaminas hacia tu futuro soñado, objetivo tuyo y suyo.

  7. Ainhoa López Hermosilla dice:

    Corrijo, no hago referencia al padre despótico y autoritario, ya que pocos hay. Si hubiese padres que aplicaran algo más de disciplina a sus hijos desde la infancia, podrí­an evitarse muchos de los problemas que tienen en la adolescencia. Lo que no puede suceder es que los hijos gobiernen a los padres y hagan lo que les dé la gana cuándo, cómo y donde quieran. El concepto de los padres como amigos está sobrevalorado. A mí­ me parece que un padre es un padre, que debe apoyar y ayudar en todo lo que pueda, no un amigo. ¿O quizá, en tu caso, te llevarí­as a tu padre a la Rock o a cualquier otro sitio de fiesta? Creo que hay que diferenciar conceptos, no puede ser igual el trato que se tiene con un progenitor que con un amigo, porque los comportamientos con los mismos no son iguales.

    El saber educar a un hijo desde pequeño de forma adecuada, libra de muchos problemas en el futuro (lo cual no quiere decir que los padres que los eduquen de otras maneras no tengan buena intención, pero pueden equivocarse también en sus decisiones, a pesar de ser adultos con cierta experiencia).

  8. Mitxel dice:

    En mi opinión, un padre es un padre, no un amigo. Los padres no los eleginmos; se nos da. Los amigos sí­ que los elegimos. Por otra parte diré que la función de los padres es diferente que la de los amigos. ¿Un amigo puede decire que no?… ¡Mi opinión!

  9. Aimar Rico Ruiz dice:

    La investigación que se nos presenta habla únicamente de la familia y de los amigos. Puede ser cierto que sean los factores que más influyen en los jóvenes pero ¿puede ser que por sí­ solas estas relaciones hayan empeorado en tan pocos años? ¿O han influido demás factores tanto en el chaval como en los padres? Yo creo que, por una parte, las nuevas tecnologí­as (internet, televisión…) han incentivado el tráfico de drogas y las relaciones sexuales con gente que no conocen que pueden llegar a ser fatales para los jóvenes. Por otro lado, programas de televisión del tipo de «Sálvame» o «Gran Hermano» pueden llegar a obsesionar de tal manera (tanto a padres como a hijos) que lleguen a ver normal lo que pasa en esos platós y lo apliquen en sus vidas cotidianas. Por tanto, creo que hay padres e hijos de todo tipo (mejores y peores) que están influenciados, sin ninguna duda, por la educación recibida, pero son los medios de comunicación los que actualmente con su único afán de audiencia y de conseguir dinero hacen más radical esos comportamientos incí­vicos, tanto de padres como de hijos.

  10. Álvaro San Bartolomé Prieto dice:

    Coincido con Arturo Ramo, nos preocupamos en exceso por criticar esta conductas pero poco hacemos por hallar su solución (que es lo verdaderamente importante). En cuanto al estudio cientí­fico realizado en Estados Unidos, he de decir que el lugar donde se realice, pero en general estan en lo cierto: la supervisión familiar es fundamental, y si la educación se desarrolla en un entorno de confianza y cooperación, mejor.

    Creo que cuando Saúl dice que es partidario del padre-amigo, no se refiere a un amigo como los que tenemos en la calle sino a un padre compresivo, atento, preocupado e interesado en dar una buena educación, intentando inculcarle una serie de valores. (Corrigame si me equivoco) Estoy de acuerdo con él.

    En mi opinión, el deber de los padres es hacer ver la importancia de seguir los consejos que ellos nos aportan. Más que soltar el mí­tico discurso repleto de tópicos hay que concienciar.

  11. Mitxel dice:

    De acuerdo, ílvaro. Añadirí­a un detalle a las «virtdes» que señalas a un buen padre: «capaz de decir NO cuando sea necesario».

  12. Sara Gómez Sainz dice:

    El estudio que se ha hecho es muy extenso ya que abarca a 90.000 adolescentes, aunque puede que los adolescentes americanos no tengan los mismos problemas que los españoles.
    Aún así­, las conclusiones a nivel general son muy interesantes pero cada individuo y cada familia es un mundo y no se pueden aplicar las directrices de este estudio a todos los hijos y todas las familias. Puede haber familias que, por darle todos los caprichos a sus hijos y sobrepotegerles, derive en una mala educación y en una falta de respeto y de valores, es decir, a veces un cariño permisivo puede resultar muy contraproducente y crear una sensación impunidad o facilitar que los hijos se pasen de la ralla (no hay lí­mites más que tu propio placer). Ahora bien, yo estoy de acuerdo con las conclusiones de este estudio. Es más positivo que haya un diálogo fluido entre padres e hijos que un exceso de autoritarismo. Es mejor que un hijo cuando tiene un problema serio que le sobrepase, pida consejo a sus padres si no tiene miedo a ser castigado por el error. La familia es más relevante a la hora de rechazar o elegir determinados hábitos que las amistades, aunque en determinadas edades el grupo puede influir incorrectamente en la conducta y la hora de elegir actividades perjudiciales para la salud.
    De todas formas creo que será difí­cil encontrar un punto medio entre el autoritarismo y la sobre protección. Creo que los profesores y el colegio puede jugar un papel positivo que ayude a encontrar ese equilibrio educativo en la adolescencia.
    Yo estoy de acuerdo con que un padre es una figura muy distinta a un amigo ya que a un amigo le puedes contar tus problemas sin temor a que te castiguen.

  13. Cristian González Otero dice:

    Si, yo también estoy de acuerdo con este último comentario, cuando hablamos de ver a los padres como a unos amigos, no nos referimos a un amigo de los de calle, sino uno al que puedas recurrir sabiendo que obtendrás un consejo y no una larga charla sobre (como bien ha dicho Alvaro)tópicos más que conocidos por nosotros y los adolescentes en general…
    Si bien la virtud en un padre está en marcar ciertos lí­mites, también está en comprender y saber aconsejar a su hijo, pensando que harí­an ellos si estuvieran en esa situación ya que al fin y al cabo todos acabamos pasando por las mismas etapas….

  14. Cristian González Otero dice:

    Si, yo también estoy de acuerdo con este último comentario, cuando hablamos de ver a los padres como a unos amigos, no nos referimos a un amigo de los de calle, sino uno al que puedas recurrir sabiendo que obtendrás un consejo y no una larga charla sobre (como bien ha dicho Alvaro)tópicos más que conocidos por nosotros y los adolescentes en general…

    Si bien la virtud en un padre está en marcar ciertos lí­mites, también está en comprender y saber aconsejar a su hijo, pensando que harí­an ellos si estuvieran en esa situación ya que al fin y al cabo todos acabamos pasando por las mismas etapas….

  15. Mitxel dice:

    ¿De verdad pensáis que los extremos son un «padre comprensivo» y un «padre dictador»? En otras palabras: el padre que no os «comprende» ¿es un «dictador»? ¿Podemoa aplicar lo mismo a la inversa?, es decir, el «hijo» que no comprende al «padre» ¿es un dictador?…. En mi opinión el «padre» debe asumir el rol de padre y no el de amigo. Al padre (o madre) no lo elegimos sino que nos viene dado. Al amig, sí­ que lo elegimos. Un amigo ¿es capaz de decir que NO?

  16. Álvaro San Bartolomé Prieto dice:

    Aunque el texto se centre en la influencia que los padres tienen en estas conductas, hay que decir que muchas veces son más influyentes las amistades y malas experiencias que tengan en la calle.

  17. Álvaro San Bartolomé Prieto dice:

    Un buen amigo si debe ser capaz de decir que no. Y aunque un padre no sea un amigo tampoco es un enemigo (exceptuando casos utopicos).

  18. Cristian González Otero dice:

    Claro, yo no creo que existan extremos de un «padre comprensivo» y uno «dictador» cada cual cria a sus hijos como mejor cree, valiendose de grados medios entre ambos concepto. Un hijo que no comprende a sus padres es tan grave como un padre que no comprende a sus hijos, una relación la deben labrar los dos, tan grave es una cosa como la otra.

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