HOY, DOMINGO, DÍA 3 DE OCTUBRE
El EVANGELIO que hoy se leerá en todas la Parroquias Católicas del mundo dice:
“En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Posiblemente nos traiga sin cuidado su contenido. Más aun, es posible que nunca lo hayamos oído. Coincidiréis, conmigo, sin embargo, en que el texto es de suma actualidad. Y es un texto de hace dos mil años que, por otra parte, hace referencia (Moisés) a un período muy anterior.
Dos simples detalles: las dos últimas frases adquieren una singular importancia por cuanto iguala, en el problema, al hombre y a la mujer. Los dos están en el mismo plano, cosa que, con anterioridad, era únicamente el hombre quien tenía tal derecho.
El texto está escrito para una sociedad concreta y en un momento concreto. Para nadie es un secreto que las circunstancias son otras. ¿Dónde nos situamos? ¿En el terreno de las “grandes opciones vitales” o en la “absoluta relatividad?
He sido testigo en muchas bodas. Ninguna, que sepa, se ha comprometido “por un tiempo” sino “para toda la vida”… ¿Qué ha pasado después?…
No soy quién para juzgar a nadie. Sólo me queda el respeto, la acogida, la compresión… y un interrogante: ¿se ha cuidado con cariño aquel primer compromiso?
Buenos días.