Francisco Franco
Nació el 4 de diciembre de 1892 en la calle María de El Ferrol (La Coruña). Segundo hijo de una familia de marinos. Fue bautizado en la Basílica de San Francisco. Pasó una infancia poco feliz. El padre abandona el hogar y es su madre quien se encarga de su educación. Fue un niño de aspecto meticuloso, obstinado, astuto y prudente. Su voz, aflautada, y su apariencia física le valieron el diminutivo de Paquito, con el que se le conoció durante muchos años.
En el año 1907 ingresó en la Academia Militar de Toledo donde le apodaron «Cerillito» y donde recibió el grado de segundo teniente de Infantería tres años después. Se inició su carrera militar en el Ejército de ífrica, donde cosechó méritos y ascensos por acciones de guerra. La creación de la Legión Extranjera le dio la oportunidad de convertirse en comandante a los 30 años y llegar a general a los 34, el más joven de Europa desde Napoleón Bonaparte. En 1923 se casó con Carmen Polo, perteneciente a la alta sociedad asturiana y regresó a ífrica para mandar la primera bandera del Tercio Extranjero. Director desde 1928 de la Academia General Militar de Zaragoza, hasta que en 1931 Manuel Azaña, ministro de la Guerra en el gobierno provisional republicano, decretó el cierre de dicha institución castrense. Intervino en la represión de la insurrección revolucionaria en Asturias (octubre de 1934). En 1935 asumió la jefatura del Estado Mayor.
En 1936 fue destinado a la comandancia general de Canarias. Desde este puesto intervino en el levantamiento militar contra el gobierno republicano, iniciado el 17 de julio en Marruecos, llegó a Tetuán el 19 de julio y tomó el mando del Ejército de ífrica. El 20 de julio moría en accidente de aviación el general José Sanjurjo, quien debía dirigir el pronunciamiento militar. La Junta de Defensa Nacional constituida el 24 de julio en Burgos por los militares sublevados distribuyó el mando del Ejército rebelde del Norte y del Sur entre los generales Emilio Mola y Francisco Franco. El 29 de septiembre de 1936 fue nombrado generalísimo de las fuerzas militares sublevadas y, el 1 de octubre, jefe del Estado. El fallecimiento en accidente de aviación del general Mola (junio 1937) le liberó de un posible competidor. Otro tanto sucedió al ser asesinado en la cárcel de Alicante (noviembre 1936) el fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera en noviembre de 1936. En efecto, el 19 de abril de 1937 era promulgado el Decreto de Unificación que unía a Falange con los tradicionalistas y ponía bajo la jefatura del caudillo, título preferido por el general, a la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS).
El 30 de enero de 1938, presidió el primer gobierno de su larga dictadura. Miles de exiliados partieron para América Latina; otros, para países europeos y hasta la Unión Soviética. En los años cuarenta continúo existiendo represión, de la que dan fe los cientos de miles de presos, las ejecuciones, que continuaron hasta el año 1943, o la guerrilla, que duró hasta 1953. Desde que terminó la guerra el 1 de abril de 1939 y hasta su muerte (20 de noviembre de 1975), monopolizó un régimen que se confunde con su titular: el franquismo. Comprendió que si la Falange desaparecía para complacer a los aliados, la coalición de fuerzas que le habían ayudado a ganar la guerra -militares, monárquicos, católicos, carlistas y falangistas– quedaría inclinada a favor de los monárquicos. Falange fue en el extranjero la señal de identidad del régimen de Franco y esa fue una de las razones por la que nunca la desmanteló, a pesar de que se lo aconsejaron y de que hacerlo hubiera complacido a los aliados. España se vio aislada de la comunidad internacional durante más de una década, y ello propició una economía basada en un sistema corporativista y autárquico. Sin embargo, la Guerra Fría supuso un balón de oxígeno para Franco. A principios de los cincuenta, casi simultáneamente, Estados Unidos y la Santa Sede firmaron acuerdos de cooperación con su gobierno, dándole la legitimidad internacional que necesitaba. A ello siguieron la incorporación de España a las Naciones Unidas y el primer plan de estabilización económica, acordado con el Fondo Monetario Internacional.
En julio de 1969 se anunció que el príncipe Juan Carlos de Borbón sería el sucesor de Franco en la jefatura del Estado y un año después se firmó el primer acuerdo con el Mercado Común Europeo, antecedente de la actual Unión Europea. La astucia fue la cualidad que permitió a Francisco Franco mantenerse en el poder tanto tiempo, pues supo mantener un equilibrio entre varias fuerzas políticas dispares entre sí, según el historiador inglés Paul Preston. Franco odiaba a los comunistas, a los masones y a los liberales y defendía la fe católica y los valores del Imperio Español por encima de todo. Se refería a la independencia de las últimas colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) como «el desastre» y relacionaba a la izquierda con el mismo demonio. Hasta junio de 1973, cuando por primera vez cedió la jefatura del gobierno a su «˜mano derecha’, el almirante Luis Carrero Blanco, Franco fue al mismo tiempo jefe del Estado, del Gobierno y del Ejército. Muere el 20 de noviembre de 1975.