Una mañana aprovechada (Ferrería de Urdandeguieta)
Aunque sobre mi mesa tengo un buen montón de «folios» (sencillos y dobles), más o menos cumplimentados de frases, me he tomado la mañana para realizar un sencillo recorrido hasta el primitivo emplazamiento de la ferrería de URDANDEGUIETA. La verdad es que la «provocación» para esta salida me la hicieron en clase. Luego, por diversos motivos, cada mochuelo se quedó en el nido. Supongo que otro día será más propicio aunque diré que la mañana ha sido excelente para el «paseo».
He salido de casa (junto al amigo Josico) en torno a las diez. Soplaba un molesto viento cuando hemos enfilado hacia San Vicente. Por el «parque» hemos bajado a Arteagabeitia y enfilado hacia Retuerto por el lateral del BEC. Antes de la Parroquia del Sagrado Corazón nos hemos adentrado por el «callejón» (entre la Floristería y la Caja Laboral) y dado a la plazoleta que nos deja a punto de atravesar la carretera por el amplio paso. Poca gente conoce que éste pertenecio al desmantelado ferrocarril de la ORCONERA (el más importante del entorno). Si lo atravesamos y continuamos podemos llegar, tras un largo pero tranquilo peregrinaje, hasta el barranco Granada (ya en Ortuella) donde tenía sus minas y planos inclinados. Nosotros, una vez atravesado el túnel, hemos salido a la rotonda que nos enfila hacia El Regato.
Dejamos a nuestra derecha el barrio de Bengolea (¡Ay Bengolea!) y la carretera que asciende hasta el Argalario, pasamos el nuevo puente sobre el que, en su momento, discurría el ferrocarril barakaldés «por excelencia» de la Luchana Mining, y por la nueva acera continuamos. Antes del puente hemos visto un viejo edificio de ladrillo (que hace tapón a la acera). Se conoce como «Las maquinillas» porque en él se albergaban (desconozco cómo está hoy día) una bombas de presión de agua que se utilizaban para acelerar el discurrrir del agua que venía desde el pantano de Echevarría. Las ya veteranas instalaciones de Gorostiza nos contemplan. A nuestra derecha observamos la nueva «pasarela» que da acceso al mini barrio de Mesperuza. ¡Menos mal que han conservado el bonito y original paso abovedado!
Por la carretera (recién arreglada pero que conserva una peligrosa curva junto al caserío de Gorostiza) accedemos al desvío que nos enfila hacia la presa del Pantano. Recordar que este es el viejo camino hacia El Regato, cortado cuando se construyó el pantano y hubo de habilitarse la «caja» de la Luchana Mining como carretera. Nos espera un bonito y tranquilo «viaje» por la margen izquierda del pantano. Sorteamos la cortita pero empinada cuesta que supera la presa y, charlando, vamos haciendo camino. El airoso viaducto de la autopista enmarca un cielo azul. El sol, sin apretar, se agradece. Recordamos, a la altura del Colegio-Cooperativa del Regato, que en el fondo, más-menos fondo del Pantano (bastante lleno, por cierto), se ubicó el «barrio» de Aranguren, con su iglesia de la Concepción. Llegamos al Regato y, por el clásico puentecillo, accedemos al pórtico de la Parroquia de San Roque, santo culpable, según la leyenda, de la «tiñosidad» de Sestao. ¡Bien que lo siento, amiga Mayra!
Sin detenernos, atravesamos el Regato y nos adentramos por el conocido «camino de los galdameses». Un primer tramo empinado (la carretera que da acceso al Pantano de Echevarría está cortada por una valla) nos sitúa a una cierta altura. Buen camino (salvo con lluvia) que llega hasta al barrio Castaños (ya en Gí¼eñes). Lo abandonamos por en estrecho sendero que nos deja en la presa del Pantano. ¡Lleno hasta la bandera y rebosando por la cubeta que puntea el poderoso muro! Se hace notar la ventolera sobre las aguas embalsadas. Seguimos por el estrecho y cada día más abandonado senderillo junto al agua. No recomendable para niños aunque no tiene ninguna pérdida. Con cierta precaución, especialmente al final, salimos al «puente Perillas o Perines». Un brevisimo descanso y continuamos la marcha. El arroyo no lleva mucha agua pero nos dificulta el acceso a la «explanada» donde se ubicó la vieja ferrería de Urdandeguieta (propiedad, junto a la del Pobal, de Lope García de Salazar). Está situada en el paraje conocido como «las mazuqueras». Vemos que se ha colocado un expositor de nuestros amigos Javi Barrio y Goyo Bañales en el que se explican algunos detalles del entorno. Le recuerdo a Josico las peripecias pasadas hace unos años para llegar y redescubrir este emplazamiento. ¡Quién os ve, amigos Mikel y Luis!…
Subimos hacia la colmatada «presa» que recogía las aguas del «Frades» y, para nuestra sorpresa, vemos que han arreglado una cómoda escalera para acceder al espacio sin atravesar el río. ¡Mejor aunque le quite un poco de emoción!… Volvemos hacia el «puente Perines» y, en vez de tomar el sendero junto al pantano, nos decidimos por ascender la empinada cuesta que nos lleve hacia el camino de los «galdameses». Una vez en él, descendemos hacia el Regato. Son las 12:35. Un rápido trago de agua en el propio barrio. La vuelta la hacemos por el mismo bidegorri que hemos utilizado a la ida. A las 14:00 estamos en casa. Una excelente mañana de charla, contemplación y recuerdo. ¿Alguien se anima?…