Niños, adolescentes y porno (II)

Aumento de los delitos sexuales

Las imágenes pornográficas -tan sádicas, violentas y accesibles que existen hoy en día- están detrás del vertiginoso aumento de los delitos sexuales: un 116% desde 2017. Así lo explica Beatriz Izquierdo, criminóloga y autora del libro ‘De los Reyes Magos al porno’, donde asegura que es posible pasar de una fantasía inocente como la de los Reyes Magos a una perversa que esté tipificada en el código penal como delito. “El móvil se entrega a muchos niños y niñas sin restricciones y sin saber que a sus dispositivos llegan perfiles de depredadores sexuales que les mandan contenidos pornográficos, con consecuencias en su cerebro, imaginación y acciones”, asegura.

También explica que la violencia se ha estudiado siempre desde el punto de vista de la criminología y que se ha planteado muchas veces si la pornografía es la escuela de la violación. “Hace veinte años habría dicho que si un niño ve un contenido muy violento y pornográfico no puede convertirse en agresor sexual, porque somos multicausales. Ahora, sin embargo, me preocupa que el porno tenga tintes sádicos. De hecho, empiezan a aparecer adolescentes -que no provienen de hogares disfuncionales, que han tenido un entorno familiar en el que se han sentido queridos, tienen unos expedientes académicos buenos y no tienen conductas antisociales- que se echan a llorar delante de un fiscal o de un juez porque no entienden qué han hecho mal al intentar practicar una asfixia sexual porque pensaban que eso le iba a gustar a su pareja”.

Hay que tener en cuenta que muchos agresores no son conscientes de que están cometiendo un delito, porque ese contenido pornográfico lo perciben como algo normalizado y no entra en su cabeza que tenga consecuencias penales. Y, en ocasiones, las víctimas tampoco identifican la agresión. Precisamente por ello, Izquierdo habla de la importancia de una Criminología Educativa para ayudar a los adolescentes a entender que pueden estar presenciando delitos, incluso participando en los mismos, con el simple hecho de difundir un vídeo. “Solo podemos defendernos de lo que conocemos. A partir de los 12 años (con 14 ya se es imputable), hay que impartir clases de derecho penal en los colegios e institutos para que sepan qué es constitutivo de delito”.

Tomado de www.elmundo.es

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