Sucesos De Vitoria (1976)

Los Sucesos de Vitoria se refieren a los acontecimientos ocurridos el 3 de marzo de 1976 en la ciudad alavesa de Vitoria, en el Paí­s Vasco, durante la Transición Española y en los cuales el enfrentamiento de la Policí­a Armada con trabajadores refugiados en al Iglesia de San Francisco de Así­s, en el barrio de Zaramaga, durante unas jornadas de huelga resultó la muerte de 5 de ellos y causó heridas de bala a un total de 150.

Historia

Durante el mes de enero de 1976 unos seis mil trabajadores iniciaban una huelga en contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo. Dos meses después convocaban por tercera vez una huelga general que fue masivamente seguida el dí­a 3 de marzo. Ese mismo dí­a la policí­a armada entró en la Iglesia San Francisco de Vitoria, en la que estaba previsto realizar una asamblea de trabajadores y, haciendo caso omiso de la decisión del párroco y del contenido del Concordato, conminó al desalojo. Apenas unos segundos después disparaban gases lacrimógenos en un recinto cerrado y abarrotado de gente creando indignación y sobre todo pánico. Los que salieron por delante medio asfixiados y con pañuelos en la boca fueron apaleados por los flancos y a los del frente les dispararon con metralletas y pistolas.

La policí­a resolvió la situación que habí­an creado a tiro limpio, asesinando a Pedro Marí­a Martí­nez Ocio, trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años, Francisco Aznar Clemente, operario de panaderí­as y estudiante, de 17 años, Romualdo Barroso Chaparro, de Agrator, de 19 años, José Castillo, de Basa, una sociedad del Grupo Arregui, de 32 años. Dos meses después morirí­a Bienvenido Pereda, trabajador de Grupos Diferenciales, con 30 años. Dos obreros asesinados directamente en el lugar de los hechos, cuatro heridos muy graves de los cuales tres morirí­an, más de sesenta heridos graves, la mitad con heridas de bala, y cientos de heridos leves.

El sábado, Manuel Fraga Iribarne entonces Ministro de la Gobernación junto con Rodolfo Martí­n Villa, Ministro de Relaciones Sindicales y el General Campano, director de la Guardia Civil, intentaban, visitando a los heridos, reducir el impacto de su decisión. Aquel jueves el Secretario General del SPD de Alemania cancelaba la entrevista con Fraga que participaba en una campaña diplomática para vender internacionalmente una reforma avalada por la monarquí­a.

Todaví­a prohibidos los derechos de reunión, manifestación y de huelga, los sindicatos, ilegales también, en enero convocan huelgas en toda España. Tuvieron especial importancia en el cinturón industrial madrileño y en Vitoria. La respuesta del gobierno fue la habitual represión policial, que en Vitoria produjo cuatro manifestantes muertos y varios centenares de heridos el 9 de marzo durante una carga antidisturbios. En vez de solucionar el conflicto, los altercados se multiplicaron y las huelgas generales de protesta se sucedieron durante varios meses.

Consecuencias

Estos incidentes aceleran la acción de la oposición democrática, y su unidad de acción. La Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia se fusionan en la Coordinación Democrática o Platajunta el 26 de marzo. Esta nueva junta ejerce mayor presión polí­tica sobre el gobierno, exigiendo amnistí­a, libertad sindical, democracia y rechaza las leyes reformistas.

Se considera responsables a Manuel Fraga Iribarne y hombre clave en los últimos años del franquismo, y a Martí­n Villa, a pesar de que ambos eran considerados «reformistas» dentro del aparato franquista.

Este hecho muestra la divergencia de la nueva Iglesia con el franquismo desde 1965. Y es que si bien en los primeros años hizo oí­dos sordos a los lloros de la posguerra justificando la cruzada anticomunista, tras el Concilio Vaticano II se acercó a los trabajadores debido al cambio generacional, como habí­a sucedido en el proletariado, mucho más agresivo que sus ascendientes (a los cuales se les consideraba el sustento pasivo fundamental del Régimen franquista por aquello de los «estómagos agradecidos»).

Reparación y reconocimiento de las ví­ctimas

Tras la investidura a la presidencia del gobierno de José Luis Rodrí­guez Zapatero, el grupo del Partido Nacionalista Vasco formuló el 19 de mayo de 2004 una pregunta al senado en la que se interesaba por el esclarecimiento de los hechos de Vitoria.

En 2006, la propuesta de ley de Memoria Histórica considerará a las ví­ctimas de este suceso como ví­ctimas de la dictadura, a pesar de que sucediera 5 meses después del fallecimiento de Francisco Franco.

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